Competencias literarias.
Enviado por monto2435 • 6 de Enero de 2018 • 1.354 Palabras (6 Páginas) • 336 Visitas
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No tienes que limpiarme durante un año.
Repensar más crear
Yo demostré que aún había espacio para la innovación más allá de productos relacionados con internet.
Ilustro la idea de que los avances tecnológicos implican repensar las cosas. No todo tiene que ver necesariamente con crear algo nuevo.
Los compradores potenciales deben tener claro, eso sí, que yo no los eximo totalmente de las tareas de limpieza, ya que mis pulcras fórmulas no se extienden, por ejemplo, a derrames fuera de la taza.
Ejercicio de escritura: parece que va a llover.
- Parece que va a llover.
Se dijo a sí mismo el incauto estudiante de matemáticas. Pero estaba totalmente equivocado, hacía una hermosa tarde soleada afuera. Lo que pasaba es que estaba muy ansioso por terminar su trabajo y salir a disfrutar del sol, y sabía que si tardaba demasiado -de hecho le estaba llevando mucho más tiempo del esperado-, podría caer un palo de agua. ¡Es lo que pasa en las zonas de clima tropical!
Normalmente se considera feo cuando alguien hace las cosas por hacerlas, sin ningún tipo de motivación, cuando tranquilamente podría no ser así. Pero algunas veces se producen estas situaciones, era el caso de nuestro incauto estudiante de matemáticas, quien se veía obligado a hacer una tarea que consideraba perdida de tiempo, pero de la que dependían los frutos de su esfuerzo.
Nada tenía que ver el tema con el objeto de su estudio. Se vio obligado a hacer un ejercicio literario, cuando todavía le faltaba resolver una montaña de ejercicios de matemática y geometría. ¿Fue un capricho del destino? ¿Un capricho de Dios? ¿De quién?
Pero la trama era más profunda de lo que se imaginaba nuestro incauto estudiante de matemáticas. Digamos que un, llamémoslo blogger, escribió un post sobre no comenzar nunca un relato hablando del tiempo, nunca leímos tal post, pero suponemos que hacer tal cosa debe de tener consecuencias catastróficas -nuestro relato es como muestra, un botón-, pero quien sí lo leyó retó al blogger a escribir un relato que comenzara con una frase del género y este último no tuvo una mejor idea que publicar la propuesta en su blog como un ejercicio literario.
Nadie está exento de quedar atrapado entre las telarañas de la red, sus tentáculos virtuales se materializan y provocan las más imprevisibles consecuencias sobre los incautos. Y así, de carambola, sin comerlo ni beberlo, nuestro incauto estudiante de matemáticas se vio a sí mismo haciendo tal ejercicio sin entender muy bien por qué. ¿Por qué? Tal pregunta se convertía en una pregunta retórica, las cuales no tienen respuesta. No importaba, incluirla en el relato serviría para estar más cerca de las quinientas palabras que estaba obligado a escribir.
En medio de sus reflexiones y con una sensación de profundo hastío por lo que hacía en ese momento, nuestro incauto estudiante de matemáticas recordó las palabras de un viejo maestro, un viejo maestro de matemáticas, uno con muchos, muchísimos años de experiencia en la enseñanza de su ciencia, tantos que se perdían en el tiempo, incluso los orígenes del viejo maestro se fundían y se confundían con el de las matemáticas mismas.
Queremos aprovechar la oportunidad para advertir a nuestros queridos lectores, quienes seguro se encuentran totalmente absorbidos por nuestro relato, que por muy verosímil y fiel a la realidad que pueda parecer nuestra historia, su contenido es totalmente producto de la ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Ahora si, continuemos.
Las palabras que recordó nuestro incauto estudiante de matemáticas, el maestro las había pronunciado cinco minutos antes, pues ambos se habían encontrado en la cola de la cafetería ya que fueron a beber tinto. El viejo maestro se interesó por lo que hacía nuestro incauto estudiante de matemáticas y al conocer la situación dijo con profunda solemnidad:
-Cuando un estudiante se ve obligado a realizar tareas repetitivas o vacías de contenido, si el destino le reserva la tarea de ejercer como profesor en alguna institución de enseñanza, será del tipo que hará repetir mil veces una misma palabra a un alumno que tenga un error de ortografía.
Se bebieron sus respectivos tintos y ambos siguieron su camino.
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