EL LENGUAJE COMO FACULTAD HUMANA
Enviado por mondoro • 13 de Marzo de 2018 • 2.306 Palabras (10 Páginas) • 561 Visitas
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- Primera articulación
Sea la expresión:
“El día es hermoso”. En ella, mediante el análisis, podemos distinguir –someramente- 4 unidades: el. Día, es, hermoso.
Lo grandioso se este sistema inventado por el hombre es que, a su vez, cada unidad (monema) puede ser utilizada en otros mensajes. Supongamos, el término día.
- El día lunes te visitaré.
- Te visitaré el día menos pensado.
- Este día lloverá, etc.
- Segunda articulación.
Si avanzamos en el análisis, veremos que cada unidad o monema no puede ser dividido en su significado, pero sí en su aspecto fónico:
[pic 2]
A cada una de estas unidades se le llama fonema (término definido por Trubetzkoy).
Igualmente, el descubrimiento del fonema es extraordinario, pues cada sonido básico puede ingresar en la transmisión de otros mensajes.
/d/ lo encontramos, por ejemplo, en dedo, Adela, dinero, adiós, etc.
Por lo tanto, los monemas y fonemas son utilizables, pueden ser empleados en formas infinitas de comunicación, lo que representa toda una economía, algo que jamás podría hacer especie alguna. Al respecto los otros animales están limitados, ya que para cada experiencia tienen determinadas formas de sonidos, pero no pueden combinarlos, tal como lo hace el hombre merced a su capacidad cerebral.
El hombre se vio obligado a crear un sistema tan complejo de comunicación debido a que sus experiencias son limitadas. Para ello ideó el sistema que, partiendo de un número limitado de signos, le permitiera expresar formas infinitas de comunicación; en esto estriba el secreto del lenguaje como facultad humana.
- FUNCIONES DEL LENGUAJE
- Función básica. Ha quedado establecido que el fin básico del lenguaje es el de servir como instrumento de comunicación, de interacción entre los seres humanos, permitir que vivan en sociedad. En este sentido, todas las lenguas del mundo cumplen con este fin.
- Otras funciones. Diversos lingüistas y estudiosos del lenguaje lo han analizado y, de acuerdo a los usos específicos, han establecido otras funciones. De aquí que Bühler –lingüista austriaco- al tomar como base las ideas de Platón, distinguía tres aspectos esenciales: de representación, de manifestación y de apelación. A esta clasificación se han sumado otras.
- Función de representación (o referencial). Merced a que el lenguaje es un símbolo, cumple una función de representación, es decir, de reflejar una realidad. Por ejemplo, si digo gato, me refiero a un tipo de felino; o si enuncio la magnolia es una flor, la especifico en relación al campo al que pertenece. Por tanto, en gato, y la magnolia es una flor, el lenguaje está cumpliendo una función de representación.
Por otro lado, es importante advertir que la función referencial se emplea mucho en los postulados científicos: “el corazón es el órgano fundamental del sistema circulatorio”, “la Tierra gira alrededor del Sol”, “el pato es un ave palmípeda”, etc. En lo expuesto hay una relación entre el mensaje y la realidad:
[pic 3]
- Función expresiva (sintomática o de manifestación). Con relación al emisor el lenguaje es un síntoma o indicio, esto es, descubre su estado de ánimo, expresa su propia subjetividad. Asimismo, a través del lenguaje –y sin que el sujeto se proponga decírnoslo- podemos descubrir una serie de rasgos: lugar de procedencia, grado cultural, sexo, edad, estado de salud, etc.
Por ejemplo, si escuchamos expresiones como las siguientes: “Ché vos, andá”, deducirnos que es un argentino: “señor, por favor, querer decir a mí dónde ser el miuzíum”, concluimos que es un turista extranjero, etc.; por otro lado, si alguien dice: “Se ha rompido el plato”, está reflejando su grado cultural, y así tantos otros casos. En todos estos ejemplos, el lenguaje nos dice algo sobre el sujeto hablante. Por tanto, hay una relación entre el mensaje y el emisor.
[pic 4]
- Función apelativa (conativa, de llamada o señalativa). En este caso el lenguaje se orienta a la conducta interna o externa del oyente. Mediante esta función, pues, buscamos que actuar sobre él, tratamos de convencerlo. Para ello podemos ser suaves o bruscos, directos o indirectos en nuestro trato:
- Disculpe, señorita, ¿podría proporcionarme alguna información?
- “¡Juan, cierra la puerta!”
- “Déjeme en paz, por favor. Tengo mucho que hacer”, etc.
Graficando, diremos que la relación es entre el mensaje y el oyente:[pic 5]
- Función fática. Esbozada por Jakobson. En esta función el lenguaje permite aperturar, prolongar o interrumpir la comunicación. Está constituida por una serie de clichés o expresiones que mantienen en contacto a los interlocutores. Recordemos al respecto giros como: “¡Aló!”, “¿María?”, “¿me entiendes?”, los cuales son usuales al hablar por teléfono; o cuando deseamos algo de una persona e intentamos ingresar en su oficina: “¿no está usted muy ocupado?”, “buenos días, ¿le puede hacer una consulta?”, etc.
- Función metalingüística. Esta función se da cuando utilizamos el lenguaje para hablar acerca del mismo, en una forma reflexiva. Esto se clarifica de la siguiente manera: en la comunicación, lo normal es que se emplee el lenguaje para hablar de otras realidades (así por ejemplo, un patólogo lo utilizará para hablar acerca de las enfermedades; un entomólogo, para decirnos algo sobre los insectos, etc.). Pero también se puede utilizar el lenguaje y realizar un estudio acerca del mismo, tal como lo hacen especialmente los lingüistas, denominándosele por esta razón función metalingüística. Los siguientes ejemplos son de este tipo:
- “En la expresión: Las aves vuelan, el sujeto es las aves y el predicado, vuelan”.
- “Los verbos auxiliares por excelencia son haber y ser”.
- “En la expresión: Inés es cándida, la palabra cándida tiene el significado
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