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“El Gaucho Martín Fierro” escita en 1872

Enviado por   •  29 de Diciembre de 2018  •  1.812 Palabras (8 Páginas)  •  406 Visitas

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Concluye con que deciden ir a tierras indígenas porque allí iban a tener más seguridad y pasarían menos males.

La vuelta de Martín Fierro

Fierro no pudo hablar con cruz por dos años porque los indios los había separado porque no confiaban en ellos y recién al cabo de ese tiempo el cacique los dejó vivir juntos. Fierro cuenta que cuando más salvaje es el indio, peor trata a su mujer, que no sabe lo que es amar y se ve demostrado cuando mata a su mujer sin compasión.

Pasa el tiempo y ellos seguían solitarios. Después de un tiempo, Cruz se enferma de viruela y muere, éste le pide a fierro que si volvía busque a su hijo. Fierro enterró a Cruz, y allí pasaba las horas pensando en su familia. Una vez escucha a una mujer pidiendo auxilio, la mujer era llamada Cautiva, Fierro mata a un indio y se va con cautiva a caballo. Al acercarse a una estancia se encuentra con un viejo amigo que le dice que todos sus crímenes ya fueron olvidados. Y unos estancieros, al reconocerlos, le contaron que su mujer había muerto por la miseria, Fierro mientras tomaba unos tragos se consoló al encontrarse con sus hijos, que le contaron sus historias.

Hijo mayor de Martín Fierro

Vivió en soledad y pobreza, trabajó como peón. Un día fue a la cárcel porque le echaron la culpa de haber matado a un boyero. Lamentaba también el no haber aprendido a leer, y sufrió mucho al ver que a otros presos los visitaban sus familias y a él nadie. Luego les pide que guarden en su memoria lo que les acaba de decir, que poco tenía que contar por haber vivido encerrado.

(Vuelta, Canto 12, estrofa 62, verso 2-3-4-5)

ninguno debe olvidar

la historia de un desgraciado:

quien ha vivido encerrado

poco tiene que contar.

El hijo menor de Martín Fierro

Cuenta que vivió diez años entre extraños, hasta que lo encontró una tía que le dio todo (cuidado, cariño, etc.) y lo nombro heredero de los bienes que tenía. Al fallecer la vieja, heredo todo, pero como era menor el Juez le confiscó la herencia hasta que sea mayor. Le nombró un tutor y pasó al cuidado de este.

El tutor era un viejo salvaje, muy renegado y muy ladrón que lo llamaban Vizcacha. El juez le había dicho que su tutor le iba a enseñar a trabajar y dar educación, pero parecía lo contrario, dicen que mató a su mujer porque le dio un mate frío. Vizcacha aconsejaba al hijo de Fierro cuando estaba borracho, le decía que se haga amigo del juez y nunca le lleve la contra; que a nadie le tenga envidia; y que si buscaba vivir tranquilo que no se case. Le aconseja que es necesario llevar armas. Luego de estos consejos se quedaba dormido por la borrachera.

Al tiempo el Viejo Vizcacha falleció por un tubérculo, el juez le dijo al hijo de Fierro que él sería el heredero, aunque lo que había quedado eran todas porquerías. Al poco tiempo el juez lo manda a la frontera porque el cura le dijo que era un cabeza dura.

Martin Fierro y sus dos hijos festejaban el reencuentro. En ese momento, vino un mozo que venía de la frontera y les dijo que el nombre de Picardía era lo único que llevaba y para contar su historia a todos les pedía licencia, diciéndoles que enseguida iban a saber quién era. Picardía comenzó relatando que era huérfano y no pudo conocer a su padre y su madre era Inocencia. Anduvo siendo pobre, de lado a lado, hasta que lo mandaron a la frontera. Alli el comandante le dijo que debía ser un bandido como su padre y, a pesar de que no lo conocía, lo averiguó y se enteró que era el sargento Cruz.

Eso fue lo que conto Picardía, mientras todos celebraban ese casual encuentro, llego también un moreno que presumía ser cantor, éste desafió a Fierro, que siempre se halla dispuesto, tomó la guitarra y los dos empezaron a cantar. Fierro explica que el hombre debe mostrarse cuando llega la ocasión, hace mal en que se niegue o en que se lo rueguen. Cuenta que era costumbre de él cantar las noches enteras. El moreno le dice que él es un pobre guitarrero y da gracias a Dios por poder cantar con alguien que lo experimentara. El negro cuenta que tenía nueve hermanos, que ha vivido libre sin depender de nadie, y que sabe mucho. Despues de varios cantos, el negro cuenta que de los diez hermanos solo quedan nueve, el primero murió a manos de un pendenciero, que jamás encontró. Dice finalmente que si en otra ocasión payan, cantarán sobre las muertes injustas que algunos hombres cometen. Fierro le responde que por fin se había callado, que él conoció a los morenos más peleadores, y que él no busca peleas y que las contiendas no le gustan, pero ni las sombras lo asustan ni los bultos lo menean.

Luego se separaron todos, una para cada punto cardinal, pero hicieron una promesa: convinieron entre todos cambiarse el nombre.

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