El cerebro es un órgano demasiado complejo
Enviado por Stella • 7 de Diciembre de 2018 • 8.667 Palabras (35 Páginas) • 315 Visitas
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No sabemos casi nada y seguimos buscando empecinadamente las respuestas. ’’La conciencia solo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que existe’’.
Del derecho de admisión cerebral
Nuestro cerebro, dispone de una protección que se conoce como una barrera hematoencefalica. Las neuronas cerebrales necesitan de un medio controlado con exactitud para su buen funcionamiento, ya que, de no existir esta valla cerebral, el delicado tejido nervioso estaría expuesto a sustancias perjudiciales para el que circulan en nuestra sangre. Sustancias transmisoras muy potentes como la adrenalina o la acetilcolina, que a veces circulan por nuestro torrente sanguíneo en concentraciones elevadas, tendrían efectos devastadores de impactar directamente en nuestro órgano supremo.
Los capilares sanguíneos que llegan al cerebro forman una capa muy firme en esta zona, mientras que en resto del cuerpo forman una barrera más flexible y permeable. Fuera del cerebro las paredes de los capilares están formadas por células endoteliales que tienen pequeños agujeritos entre sí, pero dentro el cerebro estas células están estrechamente apiladas sin esos huecos entre ellas, haciendo muy difícil el paso de las sustancias, Esta primera barrera bloquea el paso de moléculas con excepción de las que cruzan la membrana celular por ser liposolubles. Una segunda capa de células, con alto contenido de grasas, impide el paso de sustancias hidrosolubles.
Las drogas y otros tóxicos son, por lo general, demasiado grandes para pasar. asimismo, la barrera protege de infecciones y por ello las infecciones cerebrales son cosa rara, sin embargo, hay unos virus y bacterias capaces de atravesarla, como los responsables de la rabia, la meningitis o el cólera. Aunque muchos tóxicos no pueden brincar la barrera, algunos como alcohol, nicotina, heroína o éxtasis si pueden, lo que provoca un efecto inmediato sobre los receptores en el sistema nervioso central. Lo malo de esta barrer, tan importante para nuestra supervivencia, es también un obstáculo para que cientos medicamentos trabajen contra determinadas enfermedades cerebrales. Muchas infecciones y hasta tumores cancerosos no pueden ser tratados precisamente por esta defensa, que hace a nuestro cerebro inaccesible a la quimioterapia.
Al investigar como estas bacterias logran penetrar la barrera hematoencefàlica, los neurobiológicos buscan la manera de que otras sustancias químicas benéficas lleguen al cerebro, ayudando así a la curación de muchas enfermedades, especialmente las neurológicas, de ser esto posible, males terribles como los tumores cerebrales, las infecciones e incluso el Alzheimer podrían ser curados en porcentajes significativos. El sitio del cerebro ha comenzado; la batalla será larga y llena de insospechado peligro. Yo, cual corresponsal de guerra, les ofrezco mantenerlos al tanto de su desarrollo.
De los engañosos sentidos
La epistemología es la teoría del conocimiento o más bien, de cómo conocemos. Este asunto viene muy atrás, En Grecia, tipo de conocimiento llamado episteme se oponía al conocimiento llamado doxa. La doxa era el conocimiento común y corriente del hombre, el que no era resultado de una rigurosa reflexión o detalle. Por el contrario, la episteme era el conocimiento reflexivo al que se llegaba con rigor, De ahí el termino epistemología se utilice como equivalente de teoría del conocimiento científico.
Sabemos ya que el mundo percibido por el hombre es bastante diferente al percibido por otros vertebrados, pero en lo que nos parecemos mucho es en los sentimientos. Los humanos también percibimos solo una parte de la realidad, restringidos como estamos a la utilización de los canales sensoriales con los que nacimos. Como diría Immanuel Kant, la realidad es una construcción de nuestro cerebro, o mente, si ustedes prefieren. Nosotros percibimos colores, olores, formas y sonidos a través de nuestros sentidos, y al combinarlos con nuestra experiencia previa sentimos emociones como la alegría, el miedo, la ira, etc. Nosotros organizamos el espacio y el tiempo para darle coherencia y congruencia a lo que vivimos, Nosotros creamos al mundo, lo elaboramos gracias a nuestro cerebro, le damos la forma a las cosas que percibimos en una organización espacio-temporal. En fin, la realidad en si no existe, es solo la construcción que hacemos con los estímulos la que nos hace tener una visión de ella.
Del cerebrito azucarado que sabe a bombón
El cerebro, es un empedernido dulcero que se alimenta tan solo de azúcar y no acepta ningún otro alimento por más ruegos y suplicas que se le han hecho a lo largo de su prolongada existencia. El tejido cerebral depende exclusivamente del metabolismo de la glucosa para obtener energía. Si bien el cerebro consumo solo glucosa, sus requerimientos energéticos son notablemente bajos, para una hora de esfuerzo mental intenso, puede ser proporcionada por la mitad de un cacahuate.
El cerebro de una persona promedio pesa un kilo y medio, algo así como 2% del peso corporal. Sin embargo, consume alrededor de 20 por ciento de la energía del cuerpo. El cerebro necesita un suministro regular sistemático de glucosa, Si le llegan de forma súbita grandes cantidades de azúcar puede tener serios problemas.
Cuando la elevación de los niveles de glucosa es gradual, todo transcurre sin problemas, pero si ingerimos en una sola comida grandes cantidades de carbohidratos simples, que se digieren rápidamente, el páncreas se ve obligado a secretar mayores cantidades de insulina y a trabajar forzadamente y de prisa. Si esto se repite frecuentemente a través de los años, el páncreas se agota y produce menos insulina de la requerida, o de una calidad que no puede ser utilizada efectivamente por las células, A esta condición se le conoce como resistencia a la insulina y puede causar temible diabetes tipo 2. También puede provocar hipertensión arterial y engrosamiento de las arterias, entre ellas las carótidas, que llevan sangre al cerebro. Así nuestra capacidad intelectual depende de ese cerebrito azucarado que sabe a bombón.
De los perfumes y otros aromas
Pues si, porque el único responsable de que usted y yo disfrutemos de los olores de nuestro humeante y complejo sistema olfatorio. El nombre anatómico de esta estructura cerebral es rin encéfalo, esta zona del cerebro varia en cuanto a su importancia relativa en los distintos vertebrados. Sin embargo, los roedores dependen en gran parte del sentido del olfato para buscar su alimento y poseen, por lo tanto, un rin encéfalo altamente desarrollado,
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