Ensayo Qué es la justicia

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Hans Kelsen de acuerdo a mi punto de vista trata de forma muy injusta las teorías de Platón, Kant, Aristóteles, en las que parece minimizar que los conceptos de justicia, moral, amor y orden social entre otros, cambian y/o evolucionan de acuerdo a la época, a la región o al pueblo de los que se trate, lo que para unos puede parecer cruel, para otros se puede tratar simplemente de supervivencia, lo que actualmente es un derecho humano, en la antigüedad sería poco práctico o simplemente incomprensible, ¿Qué pensarían en la antigua Esparta si pudieran ver que nos hacemos cargo de nuestros niños, niñas y adultos discapacitados?, ellos que sacrificaban a sus bebés al nacer en caso de que mostraran alguna deformación o discapacidad. Simplemente no lo entenderían.

¿Que pensaron los españoles al llegar a la antigua Tenochtitlán y ver que los aztecas realizaban sacrificios humanos y que además en ocasiones comían la carne de los guerreros vencidos? Debió ser a la vista de Cortés un espectáculo aterrador, pero no vayamos con temas ya aparentemente superados en estos días, ejemplifiquemos con la antigua Roma, pueblo quienes en cuestión de sexualidad eran bastante tolerantes en lo relacionado con las relaciones homosexuales, para ellos no era algo extraño o aberrante, sin embargo, para nosotros en pleno siglo 21, hay lugares donde todavía discutimos si las personas con ese tipo de preferencia sexual son sujetos de derecho para contraer matrimonio o de adoptar un hijo o hija.

Habla de Ulpiano y su frase “Dar a cada uno lo suyo” como si fuera un loco delirante que no hubiera reflexionado al respecto, dice no poder responder la pregunta fundamental ¿Qué es lo que cada uno puede considerar realmente como “lo suyo”? ¿Acaso el concepto de propiedad o de derechos era muy diferente en los inicios del siglo 20 y los de hace dos mil años? Claro que eran diferentes, y cabría esperar que Kelsen con más de dos mil años de adelantos en las ciencias físicas y humanísticas, tuviera una mejor respuesta, por supuesto que es posible delimitar a cada uno “lo suyo”, tal vez el problema sería si el ser humano es capaz de aceptar hasta dónde llega lo de mi vecino con relación a lo mío.

He de aceptar que concuerdo con sus reflexiones sobre el Derecho Natural, no veo ningún fallo en su línea de pensamiento, al contrario, se me figura este tipo de creencia como algo sobrenatural, tanto como dilucidar los designios de una deidad a la que nunca hemos visto o escuchado físicamente, sólo por lo que alguien me dice que cree ver o interpretar, o simplemente por lo que inferí que ese personaje superior me quiso decir en base a una serie de mecanismos no muy claros.

En suma, el ser humano debe aprender a escuchar, ser tolerante, negociar, ceder, conceder, aceptar, caso contrario, tendremos grupos de gente o grupos sociales que quieran algo por encima o acosta de los otros, continuaremos teniendo personajes y países voraces que actúan a pesar de saber que hacen un mal para la sociedad.

Hace algunos años alguien me preguntó qué prefería, si la justicia y el derecho, en aquél momento pensé que la justicia era algo elemental, algo natural, pero, con el tiempo aprendí que sin el derecho, los seres humanos nos mataríamos los unos a los otros reclamando justicia, sopesando valores que solamente existirían en nuestro pensamiento de acuerdo a medidas relativas sobre nuestra valía o sobre nuestra perdida, el Derecho es la mejor herramienta que nos permite vivir en una sociedad con cierto grado de justicia, a veces más o a veces menos, pero una justicia que trata de resolver los problemas de manera desapasionada, equilibrada, hasta donde es posible.

El gran defecto es tal vez que esa justicia la imparten los hombres, seres apasionados y volubles que hacen lo mejor que pueden en un mundo lleno de más seres apasionados y volubles que claman justicia con un fervor religioso pero que nos son capaces de dar concesión para llevar a buen término una disputa.