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LA IMPORTANCIA DEL CIVISMO EN LAS ESCUELAS

Enviado por   •  20 de Noviembre de 2018  •  17.437 Palabras (70 Páginas)  •  1.973 Visitas

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- LA FORMACIÓN CÍVICA Y ÉTICA

1.1 El civismo en la educación

En la formación cívica y ética se expresa el carácter democratizador, nacional y laico que orienta a la educación pública y, por tanto, promueve en los educandos el establecimiento y la consolidación de formas de convivencia basadas en el respeto a la dignidad humana, la igualdad de derechos, la solidaridad, el rechazo a la discriminación, el aprecio por la naturaleza y el cuidado de sus recursos.

La formación cívica y ética promueve la capacidad de los individuos para formular juicios éticos sobre acciones y situaciones en las que requieren tomar decisiones, deliberar y elegir entre opciones que, en ocasiones, pueden ser propuestas.

En este enfoque se enfatiza la movilización de los movimientos, habilidades y valores antes situaciones-problemas. La aplicación del aprendizaje, así como la estrecha relación de éste con el contexto, da lugar a la significatividad y a la incorporación de diversos contenidos y preocupaciones locales.

En el libro Pedagogía familiar se define el civismo como un valor que lleva a tener una actitud positiva hacia la comunidad, respetando los objetos y actuaciones, etc. Esta actitud positiva puede dirigirse, también, hacia los demás como comunidad, desvelando el interés hacia una posible participación para optimizar el funcionamiento del grupo (más o menos amplio) en el que se vive, ya sea barrio, escuela, empresa, pueblo, ciudad, etc.

Implica ser solidario más allá del cumplimiento de las normas no evadiendo responsabilidades que se pueden derivar de ellas, colaborando con más o menos protagonismo en las iniciativas de los demás, pensando en cómo favorecer la convivencia, manifestado sentimientos de solidaridad. Pues afirma O. Reboul (1988:34), “la humanidad constituye un valor que trasciende a todos los relativismos”.[1]

Dentro de las primeras jornadas de pedagogía organizadas por la Escuela de Educación de la Universidad Católica “Andrés Bello” y su departamento de Ciencias Sociales de Caracas Venezuela, se define el concepto de competencia cívica como un conjunto de comportamientos, valores, saber y creencias complejas que se ponen en marcha en situaciones concretas y que favorecen que la niñas, niños y jóvenes establezcan relaciones sociales basadas en el reconocimiento de la dignidad propia y ajena; se asuman como parte activa de la comunidad de su país y del mundo; se comprometen con la defensa de la vida democrática, de la legalidad y la justicia. [2]

En el marco del Artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley General de Educación y las leyes locales de los estados libres y soberanos que constituyen el país, la educación que imparte el Estado debe contribuir al desarrollo integral de los individuos con el fin de que ejerzan plenamente sus facultades.[3]

Impulsar la formación cívica y ética es una tarea relevante frente a los retos de las sociedades contemporáneas y las necesidades de la sociedad mexicana que demandan el desarrollo de personas libres, responsables, capaces de convivir y actuar de manera comprometida.

El desarrollo de una experiencia global de aprendizaje, requiere que involucre la intervención en los cuatro ámbitos de formación: el ambiente escolar, la vida cotidiana del alumnado, la asignatura y el trabajo transversal con el conjunto de asignaturas.

1.1.1 Que es el civismo, definición y procedencia

El civismo ante todo es una actitud que deberían observar todos aquellos ciudadanos de una comunidad y que consiste en el cumplimiento de las obligaciones que se presentan para con la comunidad a la cual pertenece.

El civismo supone la observación de unas pautas mínimas de comportamiento social que son las que permitirán que los seres humanos podamos vivir en colectividad. Las bases que propone esta conducta social son el respeto hacia el prójimo, hacia el entorno natural, los objetos y las instituciones públicas, la buena educación, la urbanidad y la cortesía.

La palabra cívica proviene del concepto de ciudadano. Un ciudadano es una persona que se considera en una etapa madurativa lo suficientemente desarrollada para actuar consiente y responsablemente dentro de la sociedad. Normalmente, los niños y adolescentes quedan fuera de esta categoría que incluye entonces a todo el resto de la población de una comunidad. Entonces, cívico será todo lo que tenga que ver con los ciudadanos y con el ámbito de la ciudad especialmente, lugar donde se considera que nace el concepto de ciudadano.Si bien la educación cívica es una de las asignaturas escolares más vapuleadas y menos consideradas, en realidad es la que quizás tiene mayor vínculo directo con la realidad (característica que puede faltar a muchas otras asignaturas escolares y por lo cual se las critica).

En educación o instrucción cívica los alumnos deben aprender y conocer datos de gran importancia por ejemplo cómo se compone una sociedad, cuáles son los derechos y obligaciones de quienes la componen, qué es la familia, qué es el grupo de amigos, qué tipos de vínculos se dan dentro de una sociedad, las diferentes formas de gobierno y los modos que cada ciudadano tiene para participar activamente no sólo en política sino también en muchos espectros más relativos a la sociedad.

1.1.2 Responsabilidad cívica ciudadana

Desde el punto de vista político y jurídico, la ciudadanía se caracteriza por el conjunto de derechos y deberes que los ciudadanos y las ciudadanas asumimos como propios. En relación a tales derechos y deberes, el ciudadano y la ciudadana pueden adoptar una posición más o menos activa. En el mejor de los casos, el ciudadano y la ciudadana no se limitan a disfrutar de los derechos civiles, políticos y sociales que tiene reconocidos por ley, sino que actúan reivindicando el cumplimiento de tales derechos, para sí y para los demás, y cumpliendo sus deberes. El civismo es la dimensión activa de la ciudadanía y comporta participación y responsabilidad. El civismo es la actitud y manera de actuar del buen ciudadano.

El civismo es el resultado de imposiciones legales y convenciones sociales de tipo práctico, puestas al servicio de la organización de la convivencia. Para quienes piensan así, el civismo coincide con el respeto a la legalidad y a las normas de la buena educación, y es independiente de toda fundamentación ética. Se puede ser cívico sin necesidad de ser moral; la vida social se basa en convenciones más que en convicciones. Y las leyes

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