LENGUA Y CULTURA MÁS PALABRAS PARA LOS NIÑOS
Enviado por tolero • 20 de Diciembre de 2017 • 1.586 Palabras (7 Páginas) • 546 Visitas
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Habla de que se hizo una investigación basada en una muestra de textos de tema libre que escribieron alumnos de tercero a sexto de primaria de todo el país. Los resultados señalan que los estratos sociales bajos urbanos y, más aún, rurareles poseen un vocabulario más limitado que los de estratos altos que viven en las ciudades; y que quienes utilizan más vocablos son las niñas cuyas casas tienen todos los servicios y el espacio suficiente para que los miembros de la familia no se tropiecen unos con otros. Esto no necesariamente implica que unos sean más capaces que otros, sino que las necesidades comunicativas son distintas: los nuños urbanos viven inmersos en un ambiente que requiere más palabras para ubicarse social y físicamente.
4.- Los niños en la escuela y en la casa
En estos escenarios se intercambian fundamentalmente palabras y más palabras, habladas y escritas, pensadas y dichas, en voz baja y gritos. En la escuela se utiliza y se aprende lenguaje de manera inevitable. Es natural que el que maneje mejor lenguaje obtenga mejores calificaciones. En el ambiente escolar sería muy necesario, para lograr la mayor eficiencia, descubrir en primer lugar qué es lo que los niños ya saben, para enseñar precisamente lo que no saben. Para eso hace falta conocer las investigaciones que ya se han hecho e iniciar nuevas, o por lo menos, abrir bien los ojos para descubrir cuáles son las características de los alumnos del grupo y de la comunidad en que bien.
La escuela podría ser un escenario en el que se produjeran las situaciones comunicativas que aún no dominan los alumnos y que se ve presentan en el lugar donde viven.
Si no hay practica, no hay adquisición, ni se mantiene el conocimiento. En el salon de clases inevitablemente hay una extensa práctica: la que ha hecho que todos nos hayamos aburrido alguna vez de tanto escuchar al maestro.
A partir de lo anterior, podría encontrársele sentido a uno de los objetivos de la educación.
5.- La familia, la escuela y la comunidad
Primeramente hay que plantearnos una pregunta, ¿Qué hacer si en la casa se habla una modalidad del idioma que es diferente de la que se usa en la escuela?
Hablemos de este ejemplo:
Un niño campesino en cuya casa dicen “truje, ansina, juites y subemos”. El niño puede estar bien integrado a su familia hasta que entra a la escuela. En ese momento aprende que no debe hablar como le enseñaron sus papas, sus hermanos y sus amigos, sino que tiene que decir “traje, así, fuiste y subimos” lo que lo diferenciará lingüísticamente del habla familiar aunque lo asimilará al ambiente escolar y a la sociedad.
El asunto es, cuestión de estilo, todos hablamos de una manera con los amigos, de otra manera con los compañeros de trabajo. Así pues, sería mejor no olvidar nuestro lenguaje familiar o el de nuestra región y aprender, a la vez, la norma nacional. Ambas modalidades nos identifican y nos integran en diferentes niveles, y a las dos se nutren una de otra.
6.- La proposición
Habría que rechazar la disyuntiva de unidad o diversidad lingüística, y quedarse con ambas: unidad y diversidad, norma regional y nacional y tambien, cuando sea necesario, norma nacional y general hispánica.
A partir de una enseñanza bidialectal, se debería buscar que los niños se desarrollaran en primer lugar a partir de su propio lenguaje y aprendieran gradualmente los usos prestigiosos que propician la unidad lingüística de nuestro idioma. Esto no supone el empleo de una sola modalidad idiomática, sino el de ambas, en las situaciones comunicativas que así lo requieran.
Es importante destacar que las diferencias sociales que establece el lenguaje y en las cuales nos fijamos para discriminar a unos y aplaudir a otros no son de tipo denotativo o conceptual, sino sólo sintomáticas, se basan en la parte externa de las palabras, en cómo se dicen.
CONCLUSIÓN
El lenguaje ha sido perjudicado debido a diversos factores como lo son el contexto, ya mencionado anteriormente. La mayoría de la población del país enfrenta problemas con el habla, pero es por eso que a partir de lo anterior, podría encontrársele sentido a uno de los objetivos de la educación, que no cabe duda de que podría ser universal.
De acuerdo con ese propósito, los alumnos, además de aprender a aprender y desarrollarse en forma integral y armónica, para lograr una realización plena deben poderse adaptar a la familia, la escuela y la comunidad que los rodea.
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