Leucemia linfoblastica aguda.
Enviado por Sandra75 • 14 de Marzo de 2018 • 16.896 Palabras (68 Páginas) • 504 Visitas
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El paciente con leucemia visto por Velpeau, conocido como Monsieur Vernis, era un florista y vendedor de limonadas parisino de 63 años de edad, quien se quejaba de fiebre, debilidad y crecimiento del hígado y bazo. A la muerte de Vernis, ocurrida pocos días después de su ingreso al Hospital, Velpeau realizó la autopsia y encontró que el bazo estaba crecido y pesaba 4.5 kg y notó que la sangre era muy espesa y de consistencia “semejante a una papilla”, y bajo el microscopio, vio que esta presentaba numerosos “glóbulos de pus en la sangre”. Los hallazgos anatómicos e histológicos de este paciente, Velpeau los informó ante la Academia Royale de Medicine en Paris, y fue publicado en marzo de 1827.7 Unos años después (en 1839), también en la ciudad de Paris, Alfred François Donné (1801-1978), del Hospital Hôtel-Dieu (que está en la Île de la Cité, junto a la Catedral de Notre Dame), fue consultado por su amigo Jean B.P. Barth (1806-1877) para ver una mujer, ama de casa, de 44 años de edad que presentaba el bazo crecido que ocupaba toda la cavidad abdominal. La paciente había sido internada el 26 de junio de 1839 y comentó que unos meses después de haber dado a luz había notado poco a poco el crecimiento de un tumor en su abdomen. Donné solicitó que se le tomara una muestra de sangre y la examinó en su microscopio. Donné, hay que hacer notar, era un experto micros-copista y pregonaba el uso de este instrumento como una importante arma diagnóstica.
Fue con ayuda de este instrumento que, en 1836, descubrió en citologías vaginales el protozoario Trichomonas vaginalis, conocidas como tricomonas de Donné y fue el segundo protozoario descrito en humanos; el primero fue la Giardia, encontrado por Leeuwenhoek a fines del siglo XVII en sus propias heces fecales) y publicó numerosos estudios microscópicos donde describió el contenido celular del calostro y el de la secreción, nasal entre muchas otras aportaciones originales.
Muy probablemente fue con uno de esos microscopios con que examinó la sangre del paciente que le había sido consultado por el Dr. Barth. En su informe Donné dice lo siguiente: “la sangre que me mandaron tiene cambios sobresalientes y notables Más de la mitad de las células son glóbulos mucosos, y esto debe de ser explicado. Usted sabe, que la sangre tiene normalmente tres tipos de célula:1) células rojas, las células esenciales de la sangre; 2) células blancas o células mucosas y 3) los glóbulos pequeños. Es la segunda variedad la que domina, que uno piensa, no sabiendo nada de la historia clínica, si esta sangre no contiene pus, y como usted sabe, las células de la pus no pueden ser todavía diferenciadas de las células mucosas ”. A pesar de que Donné vio a este paciente en 1839 el caso fue informado en 1844 en su libro Cours de Microscopie, junto con otro caso posterior similar. Donné utilizó daguerrotipos para ilustrar bellamente su tratado de microscopía donde aparecen imágenes de cristales de ácido úrico, moco vaginal con tricomonas y pus de pacientes sifilíticos, entre muchas otras “Daguerre micrografías”
En la introducción de este tratado de microscopía Donné menciona que muchos estudiantes extranjeros asistían a sus clases y demostraciones microscópicas y uno de estos alumnos fue el médico Inglés John Hughes Bennett (1812-1875). Bennett había llegado a Paris, donde permaneció un año, (1837-1838) y posteriormente pasó dos años a Alemania (1838-1840). A su regreso al Reino Unido Bennett ingresó al Edinburgh Royal Infirmary e instauró cursos de histología y patología en esa universidad. Su actividad académica fue enorme. Estableció el curso de histología y el uso del microscopio como instrumento de diagnóstico. Fue él, por ejemplo, quien describió la aspergilosis pulmonar en 1842 en el trabajo titulado On the Parasitic Vegetable Structures found growing in Living Animals y publicó libros tanto de medicina general como de patología. En febrero 27 de 1845, en el Hospital Edinburgh Royal Infirmary, Bennett atendió a un paciente escocés llamado John Menteith, de 28 años de edad, con un “misterioso” crecimiento del bazo e hígado, de 8 meses de evolución.
El joven Menteith evolucionó con fiebre, sangrados, dolor abdominal y con tumores en cuello, axilas e inglés. Murió la mañana del 15 de marzo de ese mismo año. Cuatro días después de su muerte Bennett realizó el estudio post mortem y encontró crecimiento masivo del bazo (midió 35 cm de longitud), del hígado y de los ganglios linfáticos.
Aunque Velpeau y Donné informaron casos de leucemia, no dieron un nombre a esta entidad y fueron Bennett y Virchow los que la describieron con mayor detalle. La historia le ha dado la prioridad a Bennett porque su artículo apareció algunas semanas antes que el artículo de Virchow.
Además, es posible que el término de “leucocitemia”, elegido por Bennett, sea más correcto, pues indica las características microscópicas de la sangre, a diferencia del término de sangre blanca (Leukämie) propuesto por Virchow, pues aunque lo que prolifera son efectivamente los “glóbulos blancos”, el aspecto de la sangre de estos pacientes no tiene color blanco. Lo que es irrefutable es que ambos identificaron a la leucemia como una enfermedad propia de las células sanguíneas de los elementos entonces llamados “corpúsculos sin color”; sin embargo, ninguno de los dos pudo explicar el mecanismo o el origen de esta nueva enfermedad. Para entonces, las tinciones para células eran rudimentarias y el conocimiento del origen de las células de la sangre no se conocía con precisión. Bennett creía que las células rojas eran los núcleos expulsados de las células blancas, “las células sin color”, y que un problema en este proceso podría dar el predomino de células blancas. Por su lado Virchow pensaba que las “células blancas” de la leucémica podían originarse de la linfa o en el bazo. Entretanto se produjeron diversos debates entre los líderes médicos europeos de la época donde se cuestionaba si la leucemia era una enfermedad per se o el resultado de caquexia crónica o una forma de paludismo. Solamente unos pocos pensaban que la leucemia era una enfermedad en sí misma Por diversas observaciones realizadas en estudios de autopsias en pacientes leucémicos Andral consideró que la leucemia era una alteración propia de la sangre, y a partir de entonces poco a poco la leucemia fue aceptada en el terreno médico, nuevos casos comenzaron a ser publicados y diversos estudios aparecieron en la bibliografía mundial. No fue sino hasta 1869 cuando se realizó un importantísimo avance biológico en el estudio de la leucemia: fue relacionada
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