Lingüística comparada, el análisis contrastivo y el análisis de errores.
Enviado por Albert • 21 de Febrero de 2018 • 1.459 Palabras (6 Páginas) • 421 Visitas
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Al aprender una lengua extranjera (L2), tendemos a “traspasar” de alguna manera nuestro conocimiento sobre las estructuras y rasgos de nuestra lengua materna (L1) a esa (L2). A esta influencia de la L1 sobre la L2 se llama “transferencia”. Sin embargo, con frecuencia esa transferencia provoca errores; en este caso, a esa “transferencia de efectos negativos” se la denomina “interferencia”. En la opinión de los primeros partidarios del Análisis Contrastivo, la enseñanza de lenguas debía conocer cuáles eran esas zonas de interferencia entre dos lenguas de manera que este conocimiento guiara la estructuración de los métodos de enseñanza; aquellos aspectos del lenguaje supuestamente conflictivos para unos determinados hablantes debían recibir una atención pedagógica especial.
El análisis contrastivo nace de la preocupación por encontrar una explicación teórica de los errores y del interés didáctico para resolver los problemas de la enseñanza de idiomas, pues proponía una metodología cuyo objetivo era evitar los errores, en los años 70 entró en declive por diversos motivos: las investigaciones empíricas realizadas para validar las hipótesis demostraban que la interferencia de la lengua materna no explicaba la mayoría de los errores de los aprendientes. Las propuestas de las nuevas corrientes en Lingüística, Psicolingüística y Sociolingüística ponían serios reparos a los planteamientos del análisis contrastivo y los métodos de enseñanza que se apoyaban en esta metodología no conseguían evitar los errores. A la vista de estos resultados, la corriente de investigación análisis de errores se presentó como alternativa a este enfoque.
Análisis de errores.
La utilidad del análisis de errores tradicional era pedagógica: los errores proporcionaban la información que podía utilizarse para secuenciar las cosas que se iban a enseñar o para programas actividades de recuperación. Inició a mediados los años 60, como consecuencia de las revisiones críticas hechas al análisis contrastivo al constatar su falta de validez predictiva, pues diferentes investigaciones demostraron que allí donde no debía producirse un error, por la similitud entre la L1 y la L2, los aprendices de la L2 se equivocaban y, por el contrario, estructuras diferentes en ambas lenguas eran asimiladas sin ninguna dificultad.
Al mismo tiempo, esas investigaciones empíricas mostraron que hablantes de lenguas maternas distintas cometían idénticos errores al aprender una misma L2; más todavía, algunos errores estaban también presentes en los hablantes que aprendían determinada L2, pero esta vez como lengua materna Así, de manera casi simultánea, se abrieron camino dos metodologías: la del análisis de errores y la de la interlingua, es decir, el estudio del sistema lingüístico empleado por el estudiante de una L2, sistema que media entre el de la lengua nativa y el de la lengua meta. Para algunos, además, es el reflejo de las propiedades de la gramática universal con la que supuestamente todos nacemos.
En lingüística, no en psicología, el análisis de errores ha tenido, originariamente, como ámbito natural de aplicación la enseñanza de segundas lenguas, pero habrá que ir pensando en la necesidad de ampliarlo a la enseñanza de la lengua materna, donde, para el caso del español, lo que se ha hecho hasta ahora son investigaciones sobre la estructura sintáctica de la oración en la expresión escrita de alumnos cuyas edades oscilan entre los 8-14 años, sobre todo alumnos que presentan dificultades en el aprendizaje en general.
Un análisis complementario entre el AC y el AE sirve tanto para tener un panorama más completo de la naturaleza de los errores y del aprendizaje de la LE, como para conocer si la lengua materna es la principal causa de los errores cometidos y lo que impide el avance del aprendizaje en las etapas sucesivas, o si existen otros factores que provocan los errores. Sin embargo, en el análisis del aprendizaje y la adquisición de la LE o la L2, que parte de perspectivas lingüísticas muy diversas con diferentes modelos, tanto el AC, como el AE y el análisis de la interlengua dan una importancia diferente al papel desempeñado por la lengua materna.
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