Prácticas de lectura en el 2º grado de educación primaria, Desafíos y oportunidades en la formación de experiencias de lectura”
Enviado por Rebecca • 7 de Enero de 2019 • 19.927 Palabras (80 Páginas) • 443 Visitas
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Finalmente, se sostiene que el docente juega un papel central en la formación de experiencias entorno a la lectura ya que ofrece la posibilidad de mediación para apoyar a los alumnos a formarse como lectores.
1. Enfoques de la enseñanza de la lectura.
La lectura a lo largo de la historia ha tenido características y transformaciones específicas, de tal forma que podemos distinguir diferentes propuestas y enfoques para abordarla. De acuerdo con Yolanda de la Garza se pueden identificar 3 enfoques de lectura y escritura: el tradicional, el basado en procesos y el social, los cuales describiré en las próximas líneas.
Enfoque Tradicional.
Este enfoque predomino hasta alrededor de los años 60´s, en las escuelas. El enfoque tenía una la visión técnica de la alfabetización que limitaba la adquisición de la lengua escrita, su uso a un proceso mecánico que exigía dominar las letras, sus sonidos, controlar las reglas que gobiernan su uso vinculadas con el desarrollo nacional, el bienestar individual, la movilidad social y económica.
Enfoque Basado en Procesos.
El enfoque de la lectura como proceso se basa en la teoría del desarrollo “pone más énfasis en la enseñanza orientada al proceso rebasa a la de aquellos que se centran principalmente en la enseñanza basada en habilidades” (La Garza, 2009: 160). De la misma manera dentro de este enfoque se encuentran perspectivas de investigación realizadas en México durante el periodo 2002 al 2011 que a continuación describo.
Desde perspectiva psicológica se realizaron estudios cognitivos bajo una fundamentación constructivista o conductista en los que se evalúa el comportamiento lector de grupos escolares para tratar de incidir en las prácticas didácticas. Dentro de las prioridades se encuentra el análisis de la formación del lector como aprendiz de estrategias de lectura y la responsabilidad de la escuela en asumir el reto cognitivo.
La perspectiva psicolingüística se enfoca en aspectos especializados en la adquisición del lenguaje, de la lengua escrita, en los procesos de adquisición de saberes. Estos trabajos permiten entender la diferencia entre el desarrollo lingüístico de las personas que siguen un desarrollo “normal” y las que demandan una educación especial. Los trabajos muestran la diferencia en el desempeño lector. Permiten reconocer problemas y atender la diferencia entre los estudiantes como un reto de la inclusión educativa para atender dificultades de lectoescritura.
Enfoque Social.
Este enfoque surge en la década de los 80´s en donde las investigaciones “se han orientado a dilucidar cómo los niños aprenden a leer y escribir como prácticas sociales, como formas culturalmente determinadas de hacer, conocer y ser” (La Garza, 2009: 170). Se destaca la perspectiva sociocultural de la lectura en la cual se realizaron estudios sobre la apropiación de la cultura. La investigación se fundamenta en la teoría sociocultural, la cual privilegia los procesos sociales de aprendizaje sobre los individuales, las nociones de acceso y disponibilidad, prácticas de lectura y escritura, la alfabetización, los nuevos estudios de literacidad.
Por lo tanto los estudios centrados en la lectura como una práctica social y cultural “reconocen el carácter ideológico de los procesos de adquisición y de los significados y visiones del mundo específicas y usos particulares de las prácticas letradas en determinados grupos sociales y culturales. Es decir, existe una relación entre los diversos contextos socioculturales y el desarrollo de las prácticas letradas” (Ortega, 2008:17).
Cabe resaltar que hablar de prácticas de lectura resulta de vital importancia “porque una práctica de lectura se refiere a las formas o maneras de leer que desarrollan los lectores para acceder al texto” (Sánchez, 2011:11). De misma forma en palabras de Ortega “La práctica alude también a las representaciones de los lectores que acompañan a las conductas cotidianas y a la manera en que se asume la lectura o se manejan los textos, al ordenamiento que se le da al proceso de lectura en un contexto particular, por lectores también particulares” (Ortega, 2008:25). En este sentido se pretenden observar las prácticas de lectura que desarrollan los lectores de segundo grado de la primaria Miguel Hidalgo, además analizar la forma en que los alumnos se apropian de los textos independientemente si el propósito que se persigue es escolar, social o por interés propio, para establecer las relaciones que tienen los lectores ante el texto que se lee y el contexto en el que vive.
El trabajo se desarrollara recuperando el enfoque sociocultural, el cual implica considerar las concepciones que los propios sujetos tienen sobre los procesos de lectura, además “pone de manifiesto los eventos de la literacidad en entornos sociales específicos -familiares, escolares y sociales- para dar cuenta de las prácticas sociales de la cultura escrita; es decir, de lo que las personas hacen con la lectura y la escritura, independientemente si se trata de una práctica culta o vernácula” (Carrasco y Albarrán, 2013, p. 316).
Nuevos Estudios de Literacidad (NEL).
Continuando me parece importante dilucidar el concepto de vernáculo y su relación con los Nuevos Estudios de Literacidad (NEL). “Vernáculo/a se entiende entre lingüistas y sociolingüistas como una lengua materna, en especial lengua indígena. Esta acepción enfatiza el hecho de que vernáculo se refiere a una comunidad lingüística que carece de poder, estatus y educación formal” (Hernández, 2013: 359). En esta perspectiva se ubican los Nuevos Estudios de Literacidad, sostiene que leer y escribir son actividades inseparables de eventos comunicativos donde lo oral y lo escrito son momentos de un mismo continuo de interacción social; y que leer y escribir no son habilidades psicológicas individuales, sino “prácticas sociales” medidas por relaciones sociopolíticas y culturales. “Desde esta perspectiva se hace una distinción entre literacidades dominantes, que son institucionalizadas y oficiales y literacidades vernáculas, que son autogeneradas y cotidianas” (Barton y Hamilton, 2000, citado por Hernández: 360). Las primeras son aprendidas en instituciones formales, se asocian con discursos especializados controlados por expertos y maestros, y son socialmente valoradas y poderosas; las segundas surgen de necesidades de la vida cotidiana, sus fines no son regulados por instituciones formales y son poco valoradas o incluso desaprobadas y
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