Resumen del Libro Miguel Strogoff

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Strogoff siguió su camino, y se detuvo en Ichim para cambiar los caballos; el problema es que quedaba solo uno, y tuvo que cederlo a un furioso hombre, para no utilizar su salvoconducto, que podía ser arriesgado.

Cuando iban llegando a Omsk, fueron atacados por los tártaros cuando cruzaban un río, y solo Strogoff pudo saltar del vehículo. Cuando despertó, se encontraba en la casa de un campesino, quien le dijo que vio la escena del ataque, y que encontró al oficial inconsciente a las orillas del río. En el momento en que Strogoff recuperó fuerzas para seguir, se encaminó a Omsk para conseguir un caballo; En eso vio un destacamento tártaro, en el que reconoció al hombre que le arrebató el caballo en Ichim, y resultaba ser Iván Ogareff. Cuando Miguel Strogoff se encontraba en la casa de postas, una mujer anciana se acercó exclamando “Hijo mío, hijo mío”, a que el oficial respondió negativamente, y resultaba que la mujer realmente era su madre, pero Strogoff debía permanecer incognito; Iván Ogareff, observó la escena y ordeno a la anciana a que se le acerque para interrogarla, esta se le acercó y negó todo lo que le preguntaban.

Strogoff siguió su camino, y en el en un momento se topó con una casa envuelta en humo, y vio a un anciano rodeado con niños llorando, y este le dijo al correo del Zar que Tomsk se encontraba ocupada por los tártaros, por lo que supo de debía desviar su camino hacia Kolivan. En un momento del camino, de noche ya, vislumbró un resplandor, y se escondió entre un bosque. Cuando los tártaros estaban instalados en el lugar, Miguel Strogoff decidió renovar su cansado caballo por uno de los enemigos; pese a que el oficial intentó ser sigiloso, llamó la atención, y lo descubrieron. Strogoff escapo con el cansado caballo, hasta que llegó a un río, en el que los tártaros mataron al animal, y Strogoff tuvo que seguir a pie.

Strogoff llegó a Kolivan, ciudad que estaba en ese momento sufriendo una batalla entre los rusos y los tártaros. Ahí encontró una estación de telégrafo, en la que se refugió, y justo se encontró con los periodistas Blount y Jovilet, quienes se encontraban enviando mensajes a sus respectivas editoriales. En un momento, una pared de la estructura se derrumbó, y todos fueron capturados por los enemigos.

Strogoff tenía miedo de encontrarse con Iván Ogareff en el campamento de los tártaros que se encontraba capturado, pues lo reconocería. Marfa Strogoff y Nadia se encontraban capturadas en otro campamento, pero Iván Ogareff, el encargado del campamento de la madre de Miguel unió ambos. Ahí, Nadia reconoció a el correo del Zar, y gritó de alegría, y Sangarra, debido a el gesto que hizo la anciana para callar a la joven, le conto a Iván Ogareff de que estaba segura de que Marfa era madre de Miguel, quien también estaba en el campamento.

Marfa fue llamada por Ogareff para que indique en que parte del campamento se encontraba su hijo, o sería matada, y la anciana negó todo. Cuando el verdugo la iba a asesinar, Miguel tomó la espada e hizo una herida de gran tamaño en la cara de Ogareff. Luego, registraron a Strogoff y le arrebataron la carta imperial.

Ogareff dirigió a todos los prisioneros y guerreros a Tomsk para que se celebre el esfuerzo de los soldados, y ahí, Fèofar-Khan, sentencio a Strogoff, a quien se le cegaría. Luego de que terminara la ceremonia de castigo, a Miguel lo dejaron tirado en medio de la plaza, ciego, y Nadia, quien observó todo, lo condujo para que salieran de la ciudad.

Nadia y Miguel continuaron su viaje, y cuando llegaron a Semilowskoe, se encontraron con un viajero, quien se ofreció a llevarlos. Ya avanzada su travesía con él, estaban entrando a un pueblo, y de la nada aparecieron muchos soldados tártaros, quienes los capturaron.

En la noche, los soldados, ebrios, comenzaron a insultar a Nadia, a lo que Nicolás Pigaroff, conductor de la carreta, respondió disparándole con la pistola del soldado, y lo ataron a un caballo. Miguel Strogoff comenzó a roer la cuerda con la que era dirigido, y la cortó y pudo escapar con Nadia.

Siguieron a pie, hasta llegar a un río, en el que divisaron un asentamiento ruso, y ellos habían construido una balsa, que transportaba a todos los fugitivos rusos que escaparon de los tártaros.

En un momento, la balsa fue atacada por los tártaros, a lo que Miguel Strogoff saltó con Nadia en los témpanos de hielo del río, hasta que llegaron a uno que se encontraba medio quebrado; se terminó de quebrar y se desplazaron a gran velocidad por el río, hasta llegar a Irkutsk.

Iván Ogareff llegó a Irkutsk también, y se hizo pasar por Strogoff, entregándole la carta que le robó al correo del Zar, al gran Duque de Siberia Oriental. La autoridad le recompensó asignándole un rol de oficial, y Ogareff tenía todo armado para su invasión.