TALLER DE COMUNICACIÓN ESCRITA

...

Corrección: verificar que el texto se encuentre libre de errores, tanto a nivel formal (presentación, formato, tipo de letra, ortografía, sintaxis, etc.) como a nivel de contenido. Integridad: buscar transmitir el mensaje completo sin dejar dudas innecesarias. Dar créditos a los referentes bibliográficos utilizados en la parte de investigación, tratar de ser coherentes y honestos en los planteamientos vertidos. Originalidad: mantenerse atentos a la condición de imprimir el sello propio en el tratamiento del tema, buscar otras propuestas de relación entre los temas, análisis novedosos.

En la comunicación Escrita, la subjetividad que es el uso del yo, al momento de contar una historia o hacer un relato ya sea oral o escrita, es un aspecto relevante. En todo texto, el emisor involucra sus sentimientos, sus opiniones, sus expectativas y sus vivencias. Por esta razón el emisor cuando está relatando suele contar su propia visión del mundo, y da énfasis a lo que para él o ella es más importante, es decir, toma una posición personal frente a los acontecimientos. Esto es un punto importante, ya que ser conscientes de la participación de nuestra subjetividad implica poder alcanzar mayor claridad en lo que se quiere decir. Todos los relatos serán diferentes dependiendo de los receptores, puesto que reciben el mensaje y lo acomodan de acuerdo a sus vivencias, es más fácil que una persona relacione algo que le cuenta con algo que le haya sucedido, a que se lo imagine. Por eso, los relatos pueden ser interpretados de diferentes formas, dependiendo de las personas que lo reciben. Esto es un punto muy importante a entender bien, ya que hay que ser consciente de cuando uno está siendo subjetivo y cuando no, ya que al momento de escribir, uno no se puede dar el lujo siempre de escribir lo que piensa. Todos los relatos son diferentes para cada uno de los receptores, ya que éstos reciben el mensaje y lo acomodan de acuerdo a sus vivencias, es más fácil que una persona relacione algo que le cuenta con algo que le haya sucedido, a que se lo imagine. Por eso, los relatos pueden ser interpretados de diferentes formas, dependiendo de las personas que lo reciben.

Técnicas adecuadas para la elaboración de un texto académico.

La preparación de un trabajo escrito es considerada como una de las mejores maneras de aprender en profundidad acerca de un tema, y por esa razón es parte importante de las actividades académicas dentro de un plan de estudios. Comunicar a otras personas lo que hemos aprendido acerca de un tema requiere también la aplicación de ciertas habilidades concernientes a la organización de ese saber y el manejo de algunas técnicas de expresión escrita.

1. Diversos tipos de trabajos

Hay cuatro tipos fundamentales de trabajos escritos que son requeridos dentro de los planes de estudios universitarios.

a) Ensayos sobre temas específicos asignados.

b) Ensayos críticos, en los cuales se pide analizar y comentar libros, artículos u otros documentos seleccionados.

c) Informes o reportes sobre una experiencia de investigación previamente determinada.

d) Trabajos de investigación basados en una indagación bibliográfica y/o empírica.

2. asignación de un trabajo de investigación

Cuando nos ha sido asignada la realización de un trabajo de investigación, y sin importar cuánto tiempo se nos ha dado para tal efecto, es necesario fijar un calendario de trabajo que nos permita contar con una estimación de tiempo necesario para materializar esa labor.

Generalmente hay una tendencia a comenzar esta tarea tardíamente. Esto ocurre porque el calendario mental que nos trazamos se plantea asumiendo condiciones óptimas (aquel fin de semana que precede a la fecha última de entrega del trabajo, período en que trabajaremos intensamente y con dedicación exclusiva, lo que significa doce horas diarias). En la realidad, las condiciones óptimas nunca se dan, y es probable que tengamos que experimentar interrupciones por compromisos de última hora.

3. Investigación previa

Cuando nos ha sido asignada la realización de un trabajo de investigación, y sin importar cuánto tiempo se nos ha dado para tal efecto, es necesario fijar un calendario de trabajo que nos permita contar con una estimación de tiempo necesario para materializar esa labor.

Generalmente hay una tendencia a comenzar esta tarea tardíamente. Esto ocurre porque el calendario mental que nos trazamos se plantea asumiendo condiciones óptimas (aquel fin de semana que precede a la fecha última de entrega del trabajo, período en que trabajaremos intensamente y con dedicación exclusiva, lo que significa doce horas diarias). En la realidad, las condiciones óptimas nunca se dan, y es probable que tengamos que experimentar interrupciones por compromisos de última hora.

El registro por separado de cada idea utilizable tiene dos ventajas. Primero, permite ordenar tales tarjetas u hojas de diversas maneras según convenga al ordenamiento que posteriormente quiera dárseles para estructurar definitivamente el trabajo que se prepara. Segundo, puede dárseles un ordenamiento alfabético por fuentes para compilar así la bibliografía que se incluirá al final del trabajo.

4. Organización del documento

Quizás lo más importante de recordar sobre este aspecto de organización del trabajo, sea la necesidad de distinguir entre lo que es un documento que se escribe con el fin de informar o ilustrar acerca de los debates o el estado de la discusión sobre un tema, y un documento que se escribe con propósitos de ganar una argumentación o hacer propaganda a favor de una posición. En el primer caso, es importante presentar todas las perspectivas en debate, sin seleccionar los argumentos que apoyan nuestro particular punto de vista.

Esa pregunta central nos permite focalizar la premisa básica del trabajo, la cual define lo que nosotros queremos decir en ese trabajo y la información que debemos utilizar para sostener esa premisa.

Se dice que hay tres formas básicas de organización de ese material:

a) Como secuencia histórica real. En este caso, la información se presenta siguiendo el orden en que ocurrieron los sucesos, siguiendo el orden cronológico de esa ocurrencia, sin modificar ese orden, lo que constituye un verdadero relato histórico.

b)