TEMA> Salario, precio y ganancia.

...

Ahora que ya sabemos que para poder determinar el valor de una mercancía, como dijimos anteriormente, este se constituye por la cantidad de trabajo plasmado en ella, nos preguntamos:

¿Cómo hacemos para determinar el valor de una jornada de trabajo?

Marx expresa que el obrero no vende su trabajo sino su fuerza de trabajo, puesto que él cede al capitalista, temporalmente el uso de fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo se distingue de cualquier otra mercancía porque es la única que se reproduce por sí misma y desde su propia individualidad viva.

El hombre para subsistir y desarrollarse él y su familia necesita una cantidad de bienes de primera necesidad. Pero esté al igual que las herramientas o las maquinas sufre un desgaste y será sustituido por otro quien cumpla su rol, quizás alguno de sus hijos y de esta manera, como dice Marx perpetuar la clase obrera.

Entonces recapitulando, el valor de la fuerza de trabajo se fija al igual que cualquier otra mercancía o como cualquier otra fuerza de trabajo dependiendo de la destreza y perfeccionamiento tendrán distinto valor dentro del mercado laboral.

Expresa el autor:”Según lo que dejamos expuesto, el valor de la fuerza de trabajo se determina por el valor de los artículos de primera necesidad exigidos para producir, desarrollar, mantener y perpetuar la fuerza de trabajo”

Tengamos en cuenta el siguiente ejemplo: un obrero, añade a las mercancías el equivalente a su salario (que es lo necesario para reproducir su fuerza de trabajo), supongamos que son $200 en 2 horas, pero su jornada laboral es de 8 horas. Los insumos básicos para la reproducción de su fuerza de trabajo no tienen proporción o relación alguna con las 2 horas de su jornada, puesto que no le quita la capacidad de trabajar las otras 6 restantes horas. A estas horas restantes es a lo que Marx denomina Plustrabajo se traducirá en plusvalía y en un plusproducto.

Es decir que solo se está pagando una pequeña parte del trabajo realizado por el obrero, mientras que la otra parte no retribuida, la plusvalía es apropiada por el capitalista en forma de ganancia.

”Esta apariencia engañosa distingue el trabajo asalariado de otras formas históricas del trabajo. Dentro del sistema de trabajo asalariado, hasta el trabajo no retribuido parece trabajo pagado”

Por tanto:…Lo que la mercancía le cuesta al capitalista, y que lo que en realidad cuesta, son cosas distintas. Repito pues, que las ganancias normales y medias se obtienen vendiendo mercancías no por encima de su verdadero valor sino a su verdadero valor….ciento treinta y siete

Con una parte de la plusvalía el empresario capitalista paga la renta del suelo al terrateniente, bajo el nombre de interés, es entonces así como la ganancia del capitalista, es decir el trabajo no retribuido circula entre las distintas esferas.

Para finalizar queda en claro que las premisas expuestas por Weston constituyen una falacia, puesto que Karl Marx nos muestra como el capitalismo se expresa a través de la explotación de los trabajadores y a pesar de que en los tiempos modernos no se observa la explotación tan evidente como en la época esclavista o feudal. La explotación existe de pleno en cada instante en el cual el patrón, obtiene ganancia de los productos que se han elaborado mediante el trabajo de sus obreros, los cuales son engañados a través de la mención de un salario justo que en realidad no cubre más que los costos de su reproducción.

“El hombre que no dispone dispone de ningún tiempo libre, cuya vida, prescindiendo de las interrupciones puramente físicas del sueño, las comidas, etc. Esta toda ella absorbida por su trabajo para el capitalista, es menos que una bestia de carga. Físicamente destrozado y espiritualmente embrutecido, es una simple máquina para producir riqueza ajena”.

Concluye su discurso pidiendo: ¡Abolición del sistema de trabajo asalariado!!

Conclusiones

La selección del texto se hizo por la relevancia y trascendencia del mismo, puesto que este reviste un carácter científico, desde una mirada total e histórica y su vigencia se hace clara a la hora de las negociaciones salariales, puesto que el Estado parece calcar el discurso de Weston.