EL MAPA DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

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El principio del placer-dolor

“Todo lo que hacemos persigue dos fines:

la supresión del dolor o la obtención del placer.”

Epicuro

Pero, ¿qué determina lo que siente y lo que piensa una persona? ¿Por qué uno siente de una manera y no de otra? ¿Por qué una persona siente diferente a como lo hace otra, frente a la misma situación? ¿Por qué uno piensa de una manera y no de otra? ¿Por qué una persona piensa diferente a como lo hace otra, frente a la misma situación? ¿Cuál es la clave del comportamiento humano? ¿Cómo puede cambiarse uno mismo? ¿Cómo puede cambiar a otros?

Epicuro fue el primero que se formuló estas preguntas en la Grecia antigua. Otros pensadores lo hicieron después, entre ellos el inglés Hobbes y, en los tiempos modernos, el norteamericano Anthony Robbins.

La respuesta a estas preguntas es muy simple y trascendental: todo lo que sentimos o pensamos, y por lo tanto todo lo que hacemos, de manera consciente o inconsciente, está movido por una fuerza impulsora que afecta a cada una de las facetas de nuestras vidas. Esta fuerza impulsora es el placer y el dolor.

Lo que hacemos todas las personas, todo el tiempo, no es otra cosa que alejarnos de todo aquello que asociamos con dolor, displacer o sufrimiento, o acercarnos a todo aquello que asociamos con placer, ausencia de dolor, disfrute de la vida.

Este es el principio del placer-dolor, los dos polos que determinan la forma como usted siente y piensa, es decir cómo es o cómo se comporta, y el que forja su destino, para bien o para mal.

Al otro extremo del dolor se encuentra el placer. Alejarse del dolor o acercarse al placer significan lo mismo. Ambos expresan el mismo concepto o designan la misma dirección hacia la cual se mueve el comportamiento humano. Son las dos caras de la misma moneda.

Es más fuerte la necesidad de alejarse del dolor que de acercarse al placer. Más personas están dispuestas a modificar su comportamiento por el temor al infierno que por la promesa del cielo. Es una palanca más eficaz la asociación con el dolor que con el placer. Como dice Anthony Robbins, “el sufrimiento constituye uno de los motivadores más poderosos para configurar el comportamiento de la gente”.

MAPA DEL PRINCIPIO DEL PLACER-DOLOR

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Ahora bien, ¿qué es más fuerte, un dolor a corto plazo o a largo plazo? ¿Un dolor cierto o uno probable? Es más fuerte un dolor a corto plazo. Es más fuerte un dolor más probable.

¿Me fumo este cigarrillo o lo desecho? Esta es la disyuntiva que enfrentan los fumadores, consciente o inconscientemente, cada vez que siente deseos de encender un cigarrillo. Fumárselo significa correr el riesgo de enfermarse algún día. Es el riesgo de un probable dolor futuro, enorme pero remoto e incierto. A lo mejor no contrae ninguna enfermedad. De hecho, muchas personas fuman durante toda sus vidas y mueren por otra causa. O a lo mejor contrae la enfermedad pero para ese momento habrá un remedio para curarla. Cuando llegue ese momento ya decidirá qué hacer.

No fumárselo, por otro lado, lo priva de un placer inmediato, y eso lo asocia con dolor. No es un dolor futuro ni improbable. Es un dolor actual y cierto. Aunque el dolor futuro puede ser infinitamente mayor, puede prevalecer el dolor presente, por lo tanto, decide fumarse otro cigarrillo.

Distinto será el día que un oncólogo le diagnostique cáncer en el esófago. Lo más probable es que ese mismo día y para siempre, esta persona abandone el hábito de fumar. En ese momento su enfermedad ya no será un dolor remoto ni improbable. Será un dolor real, aquí y ahora, que llevará al fumador a comportarse de otra manera.

¿Qué asocia usted con dolor o con placer? Las respuestas a esta pregunta determinan su manera de ser y de comportarse. Explica la diferencia entre un héroe y un canalla. Entre un ganador y un perdedor. Entre un guerillero y un policía. Entre un rico y un pobre. Entre un vendedor exitoso y uno fracasado.

¿Puede usted cambiar a voluntad lo que asocia con dolor? Sí puede. El ser humano es el único que puede hacer este cambio de asociaciones. Puede cambiar a voluntad lo que asocia con placer y empezar a asociarlo con dolor, y viceversa. El principio del placer-dolor es una herramienta que está a disposición de cualquier ser humano. Entenderlo significa disponer de una palanca capaz de moldear su vida en cualquiera de sus aspectos a partir del momento en que se decida a aplicarla. Es un poder descomunal que cada persona tiene a su alcance para configurar su propia vida. Y es al mismo tiempo un poder que, bien usado, le permite cambiar a otras personas, llámense hijos, clientes, empleados, feligreses, amigos o lectores.

MAPA DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

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Imagine por un instante que su empresa no necesita trabajadores. Que las funciones empresariales, como gerencia, compras, producción, ventas, etc. las realizan robots. ¿Cuáles serían las funciones del gerente-máquina? Escasamente diseñar un software competitivo, de tal manera que todas las cosas se hagan en su empresa más efectivamente que en las demás. Y, en segundo lugar, diseñar un buen programa de mantenimiento para que las máquinas funcionen sin contra-tiempos. Este programa sería ejecutado por las mismas máquinas.

Haga ahora otra suposición. Imagine su empresa con los mismos trabajadores que tiene ahora, pero sin emociones. Imagine que el gerente tampoco las siente. ¿Cuál sería el papel de ese gerente en una empresa así? Dictar órdenes frías y racionales, con la certeza de que serán entendidas y ejecutadas por sus traba-jadores sin rechistar. En ningún momento será cuestionada su autoridad. No habrá conflictos entre los trabajadores, ni entre ellos y el gerente. Sin emociones, los trabajadores se convierten en un rebaño de ovejas dóciles, sumisas, fáciles de conducir en cualquier dirección.

Pero la realidad es muy diferente. No existen empresas sin trabajadores. No existen empresas con gerentes o trabajadores libres de emociones,