Capítulo I - La vocación intelectual.
Enviado por mondoro • 20 de Abril de 2018 • 2.013 Palabras (9 Páginas) • 318 Visitas
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La psicología de los sentimientos sin duda rige la práctica, pero también una buena parte del pensamiento. La ciencia depende de nuestras orientaciones pasionales y morales, si no fuera así extraíamos en un continuo retroceso intelectual, o un estancamiento ya que las personas no se interesarían por la comprensión del universo.
Ahora veamos a los enemigos de saber, estos pueden ser la carencia de la inteligencia (en una palabra: la ignorancia), la pereza, por la cual muchas personas no se adentran más allá del horizonte.
Capitulo III – La organización de la vida.
La inteligencia no cumple plenamente su cometido más que cuando ejerce una función religiosa, es decir, dando un culto a la suprema Verdad a través de la verdad reducida y dispersa. Esto para mi significa que la inteligencia debe ser utilizada para el mejoramiento de la comunidad, que esta no sea usada con fines de someter a otra comunidad diferente, si no elevarnos todos mutuamente a un bien común, compartir con el prójimo, dar culto a dios mediante nuestro sacrificio por el saber y por el ayudar a los demás, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Los conocimientos que poseemos nos permiten crear herramientas que faciliten nuestra vida, a esto le llamamos tecnología, esta tecnología no puede ser utilizada con el fin de perjudicar a los demás, deben tener ciertas reglas para que la humanidad pueda prosperar, por ejemplo, no se debe buscar el conocimiento si esto significa dañar a los demás, ya que en este caso nos encontraríamos en un retroceso, agrediendo a la ética. “Cuando piensa bien, el pensador sigue de cerca las huellas de Dios, no sigue su propia quimera” (pág. 6). Los sacudimientos ocasionados por la incomprensión del alma hermana son fatales para la producción; dan ocasión a que el espíritu viva en una zozobra que lo malogra; ningún don y ningún gozo quedan perteneciéndole y ¿cómo podrá volar el pájaro sin alas, y el pájaro y el alma sin cantos?
Capitulo IV – El tiempo del trabajo
El estudio puede ser llamado una oración a la verdad y al igual que una oración, esta actividad no debe ser interrumpida. La oración es la expresión del deseo: su valor está dado por nuestro anhelo interior, su contenido y su fuerza. Sin este deseo, la oración solo son palabras vacías sin significado para estas personas carentes de deseo. Es necesario orar siempre, equivale a decir: es necesario desear siempre las cosas eternas, el pan de cada día de toda especie, y de toda oportunidad, la vida en toda su amplitud, terrestre y celeste. El pensador es un consagrado, sin embargo, no es pensador en actividad, si no en unas cuantas horas del día. El deseo del saber califica nuestra inteligencia como potencia de vida.
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a vida intelectual de A.D Sertillanges define lo que se necesita para llegar a ser un vacacionista, ha comunicado el clima espiritual para que un pensador crezca, evolucione, progrese y se inspire.
La vida intelectual es concebida por Sertillanges como ese modo de vivir (se le dedique todo el día o sólo un par de horas) que se orienta al conocimiento superior, el que merece ser llamado propiamente conocimiento libre y contemplativo.
Esta gran obra de Sertillanges muestra en sus primeros capítulos el éxtasis que este autor tenía a la hora de hablar sobre el estudio, me parece interesante el cómo va desarrollando el tema, puede escribir las palabras de una manera que parece poética, con ejemplos claros y definidos, “cultivar la mente” podría ser lo que más me quedo marcado, o “el intelectual es un profesionista”, esta obra comienza, como comenzaría cualquier estudio, dejando claros los conceptos, las ideas y la mentalidad de Sertillanges, vi la palabra vocación como jamás la había visto antes, pude entender lo que de verdad es un vacacionista intelectual, alguien que sacrifica su tiempo, energía y atención en el estudio y la generación de conocimientos propios.
Esta es una guía que todo aquel que quiera ser un vacacionista intelectual; para los que no lo deseen, es una buena herramienta para revisar los puntos que deben mejorar a la hora de estudiar, se podría decir que “La Vida Intelectual” es la biblia para todo buscador de saberes, es una guía con reglas de que como y que debe hacerse para llegar a conocer todo. Esta es una guía para aquellos que tienen un alma plena y quieren sacrificar su tiempo y esfuerzo y llegar a la verdad de Dios.
La fuente del saber no está en los libros, está en la realidad y en el pensamiento. Los libros son postes señaladores. El principal beneficio de la lectura es el acrecentamiento de nuestra sabiduría, no adquirir verdades dispersas, “no es necesario leer muchos libros, solo con algunos basta” es algo que Sertillanges deja claro en sus primeros capítulos, el conocimiento es como una bola de nieve que baja por una pendiente, este va recogiendo más y más nieve por lo tanto la bola de nieve crece, esto es aplicable de cierta manera a la hora de hablar del conocimiento, gracias a lo conocido, podemos entender nuestro alrededor y cuestionarnos aún más cosas que no teníamos presentes en nuestra mente, en las escuelas construimos la base que conforme cursamos nuestros estudios vamos recopilando conocimientos ligados a los conocimientos base que ya poseíamos, me parece cierto y algo curioso la manera de explicarlo por parte de Sertillanges, pero para mí este es un ejemplo claro con el cual es posible entender lo que en “La vida intelectual” es expresado.
A pesar de ser una obra que corresponde a tiempos distantes, sigue interpelando e instando a ponerse en camino hacia la integridad de vida. Cada capítulo tiene su propia materia y aunque esté en relación con los otros, puede entenderse en sí mismo. la vida intelectual que nos propone Sertillanges, es una invitación a corresponder desde un espíritu valiente y con las propias capacidades, al trabajo fértil en busca de la verdad que nos abraza por todos lados, hasta dar buenos y abundantes frutos para beneficio de todos.
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