DIFERENCIAS ENTRE LA ESCUELA NUEVA Y LA ESCUELA TRADICIONAL

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Ahora bien nos gustaría retomar un punto que habíamos dejado pendiente líneas atrás, aquel en el que explicaríamos con más detalle el vacío de contenido, de comprensión y el de la falta de espíritu crítico; para nosotros ambos aspectos sin duda van de la mano y resultan fundamentales, el primero pues lo que aprendemos tiene un proceso (sobre todo en lo que concierne a las ciencias sociales, donde es fundamental) y este como tal debe ser comprendido, el individuo debe ser capaz entonces de entender las implicancias y poder establecer un sistema de relaciones lógicas que le permitan responder a preguntas del tipo ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Para qué? Y otras del mismo tipo, todas destinadas a un mismo fin, la comprensión y el hecho mismo de que esto pueda ser llevado a cabo con efectividad por el estudiante es extensible entonces a que pueda realizar el mismo tipo de relaciones lógicas en los distintos medios y ante los distintos problemas que se le presenten, no tan solo en la escuela, sino en su familia, en su barrio, en su ciudad, en las relaciones con los diversos agentes, los privados, el Estado, etc. Ahora una vez cumplido con esto es evidentemente de gran importancia también el desarrollo de un espíritu crítico para que una vez comprendido perfectamente, se pueda iniciar la otra etapa, aquella donde el estudiante y posterior adulto ciudadano sea crítico con los diversos agentes con los que interactúa, para que no sea un sujeto pasivo, sino un individuo activo, que desafía, que reclama, que reivindica, que lucha, que no se deja avasallar del todo por las instituciones que están por sobre él, que no acepte todo tal y como venga y que sea un mero reproductor consciente o no del mismo poder con el cual puede que se sienta molesto, pero que en ausencia de estos dos aspectos tal vez hasta desconozca por qué y he aquí la importancia de estos dos elementos que operan sin duda como ejes fundamentales en la escuela nueva.

Ahora bien, existen variadas limitantes que no permiten la entrada con todo vigor y fuerza de esta escuela, primeramente pareciera ser que una escuela nueva aplicada bajo un sistema que aun continua sentando sus bases sobre el tradicionalismo proyecta una “falsa ilusión” sobre aquellos que reciben esa educación pues no los prepara para el mundo exterior que está conformado precisamente de una manera opuesta, por lo que esto rápidamente podría provocar un desinterés en el estudiante entre otros aspectos, pero… si la escuela nueva trae ese cambio que todos sueñan entonces ¿porque no se hacen los intentos por cambiarla?

La respuesta según lo recogido en la lectura más una suma de nuestras apreciaciones pareciera ser que este hecho trasciende más allá de una simple comodidad y seguridad con el tradicionalismo, sino que son precisamente los grupos de poder dominantes los que no desean que el sistema cambie, implementando todo el peso del aparataje burocrático para dejar casi sin efecto a quien si intente hacerlo desde abajo, porque si reflexionamos bien, termino fundamental este por cierto, si lo hacemos habremos logrado precisamente eso que no se desea desde los grupos monopolizadores del poder, que no se piense, que no se reflexione y al fin y al cabo que no haya una oposición, sino solo memorización y reproducción sistemática, tal como en la escuela tradicional.

Con todo lo comentado anteriormente podemos decir que la escuela nueva ha supuesto un avance en la forma de enseñar y aprender, en el que el principal interés de la educación se centra precisamente en el niño, está en estrecha colaboración con las familias y además adapta el currículo a particularidades individuales por lo que cualquier niño puede acceder a la enseñanza sin problemas. Lo que mejor nos parece de la escuela nueva es que el profesor deja de ser agente principal y el estudiante cumple el papel principal en el aprendizaje, él es el que va construyendo y este cimienta el camino para lograr en parte lo que planteábamos atrás, que de por si es difícil por la razones ya expuestas, pero que se debe comenzar si es necesario desde abajo, para lograr llegar arriba.