Dilemas Éticos ¿Es el hombre malo por naturaleza?
Enviado por Albert • 11 de Enero de 2019 • 2.254 Palabras (10 Páginas) • 508 Visitas
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No hablamos de un sacrificio como lo decía Locke, ni mucho menos del egoísmo el cual Hobbes nos explicaba, hablamos de un balance entre ambas contrapartes, un balance que da como resultado paz, armonía y libertad.
Entonces, ¿Cuál es la naturaleza real del hombre? ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿O es un poco de ambos? La verdadera naturaleza del hombre se ve total y claramente reflejada en dilemas. Dilemas en los cuales la ética no es el factor importante. Las situaciones en las cuales no existe una opción éticamente correcta, en situaciones en las cuales ninguna de las alternativas es mejor que la otra, o sea, en un dilema ético, el hombre actúa por simple naturaleza
El razonamiento lógico se ve afectado cuando estos dilemas surgen, y la pura y más clara naturaleza del hombre sale a flote, ya sea una naturaleza buena o mala, siempre sale a la luz, dejando así, una respuesta que sorprenderá no solamente a los que están alrededor, si no también a nosotros mismos.
Por más sociedades, gobiernos y religiones que sean creadas, la verdadera naturaleza del hombre siempre saldrá a la luz.
Pero, después de lo natural, del estado natural de hombre y todo lo que eso conlleva, viene lo conocido como artificial, las normas y leyes que rigen el mundo. Las normas éticas que seguimos día con día.
Ahora, tomemos el rumbo de la ética mínima. Una de las principales defensoras de dicha ética es Adela Cortina. La ética mínima es entendida como las condiciones y comportamientos mínimos de convivencia comunes en los diferentes ámbitos sociales en el mundo, tiene que ver con el deseo general de encontrar una mejor comunicación y entendimiento, incluyendo las necesidades básicas de toda cultura y/o civilización para hacer más amigables las inevitables relaciones con los demás.
Ahora bien, cada cultura, sociedad y/o religión tiene normas éticas estrictamente dichas. Tales normas pueden llegar a ser parecidas aun teniendo un ámbito sociocultural diferente.
Ahora bien, ¿qué pasaría si se les presenta un dilema ético a dos personas de ámbitos socioculturales diferentes?
La cultura, religión y/o sociedad a la que un individuo pertenezca, hará que sus decisiones éticas sean diferentes a las de otro individuo que no comparta sus preferencias socioculturales.
Pongamos como ejemplo uno de los dilemas éticos más polémicos pero a los que poca atención se le da: la eutanasia.
Para las personas que no saben que significa eutanasia, es el término que se le da a una muerte asistida medicamente, generalmente aplicada a pacientes con alguna enfermedad terminal para evitar el futuro dolor que podría presentar, obviamente todo esto con la total aprobación del paciente. Hay que destacar que la eutanasia es legal únicamente en cinco países, incluyendo un solo país latinoamericano, Colombia.
Ahora, el verdadero dilema de todo esto es ¿es correcto que la eutanasia se legalizada? ¿Es correcto dejar que un paciente elija sobre su vida (aun sabiendo que puede no estar totalmente lucido)? ¿La práctica de la eutanasia viola el código del médico que la aplica? ¿Acaso el paciente que pide la práctica de esta es totalmente egoísta sabiendo que a su paso dejará a una familia triste y apenada por su muerte? Ó ¿Es aún más egoísta querer prolongar la vida de alguien más con el único propósito de no dañarnos a nosotros mismos? ¿Es Dios el único que puede quitar y dar vida? Ó ¿acaso las personas deben ser libres de elegir su propio destino?
Miles de preguntas surgen en el planteamiento de este tema, pero, el eje principal de todo esto es la respuesta que cada individuo da a cada pregunta planteada.
Una persona religiosa practicante de la religión cristiano católica diría que Dios es el único ser con el derecho de elegir entre la vida y la muerte. Si una persona quiere cometer “suicidio” esta estaría violando gravemente las leyes de la religión. Una de sus tantas respuestas seria que los seres humanos son valiosos para Dios y que detener la vida de uno, seria ofender a Dios. Sobre todo, esta persona religiosa diría que el proceso de morir el meramente espiritual y que nada ni nadie debe perturbar su proceso natural
Pero en contraposición a eso, tomemos como ejemplo a una persona no religiosa, un ateo, podría tener dos posiciones, una en contra y una a favor.
Analicemos la posición en contra. Los argumentos son muchísimos, entre los que hay que destacar son:
- Al aceptar la eutanasia se acepta que algunas vidas son menos valiosas que otras.
- Afecta los derechos de otras personas, no solo los del paciente. Por ejemplo la familia del paciente e incluso es afectada la moralidad del doctor o médico que lo lleva a cabo
- La vida como un derecho inalienable, al optar por la eutanasia, estoy entregando mi libertad y al mismo tiempo acabando con ella, cuestión aún sin resolver.
- La decisión que conlleve al acto, es del todo irreversible.
Y así podríamos seguir hasta acabar con mis diez minutos permitidos y más.
También hay que ver la contraposición de una persona no religiosa que está a favor de esta práctica:
- Las personas tienen derecho a decidir cuándo y cómo morir.
- Es cruel e inhumano negar a alguien morir cuando está sufriendo de modo intolerable.
- La muerte no es una cosa mala, de modo que adelantarla no es malo.
- ¿Es justo morir de un modo tan doloroso?
Y la lista de argumentos sigue y sigue.
Lo que hay que destacar de todos estos argumentos es que todos surgen en respuesta a un mismo tema, a una misma pregunta, pero la respuesta a estas son totalmente diferentes por su ámbito religioso, cultural y social.
La ética mínima se ve reflejada, dando como resultado una comparación absolutamente clara. Dejando como respuesta las condiciones dadas desde el principio por Adela Cortina. Mostrando como es que algunas opciones coinciden entre sí, pero que al fin de cuentas no son totalmente las mismas.
Habiendo hablado de todo esto, desde principio a fin, desde el estado de naturaleza propuesta y defendida por Hoppes, Locke y Rousseau hasta la propuesta moderna de la ética mínima de Adela Cortina ¿somos realmente
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