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ELOGIO DE LOS JUECES ESCRITO POR UN ABOGADO.

Enviado por   •  8 de Abril de 2018  •  2.562 Palabras (11 Páginas)  •  392 Visitas

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O la mentalidad de los Abogados compañeros de clase, cuando les comentas que tu tesis la harás de la Ética profesional del Licenciado en Derecho; y te comentan, en especial una compañera, “si los abogados no tenemos ética”; y te hacen dudar y reflexionar, para convencerte de que es un muy buen tema de tesis. Afortunadamente se llevo acabo gracias al apoyo de profesores que me hicieron ver que los principios éticos son de gran importancia para el desarrollo profesional del Abogado.

En muchos momentos de la lectura me reí, pero no en son de burla, sino por el hecho de verme reflejado en las paginas del libro.

En otros momentos de mi lectura, sentí la tristeza del magistrado que tiene a su hijo enfermo, y que esta preocupado por él, pero que sigue trabajando, tratando de poner a un lado sus intereses personales, por los intereses de hacer bien su trabajo e impartir justicia.

En mis inicios como Abogado postulante, la primera audiencia que lleve en una causa penal, fue por una falsedad en declaración ante autoridad, estrene mi cédula en esa audiencia. Realice cuatro preguntas que fueron bien estructuradas y calificadas como correctas; pero en la quinta y ultima se me dificulto, intente estructurarla cuatro veces, y no me quedaba, hasta que el Ministerio Público viendo mi nerviosismo y mi frustración, le comenta a la secretaria que si yo lo permitía el podría hacer la pregunta, y la secretaria me lo comenta, y yo le digo que si que la estructure él Ministerio Público y la hace, salvándome en esos momentos del pánico escénico por el cual estaba pasando. Quedando yo muy agradecido por su ayuda y por supuesto avergonzado.

También pasar por el enojo y el dilema de el dinero, que no se me quiere pagar, por la madre que se justifica diciéndome, abiertamente y sin chistar, que yo no había hecho las cosas bien, que mi trabajo estaba mal, a lo que yo le pregunte que quien le había dicho eso, y muy quitada de la pena me refirió que la secretaria de acuerdos del juzgado penal, de el bordo-Neza, se lo había dicho; a lo que yo le referí, mire señora, le dijeron que yo hice mal mi trabajo, y que por eso no me va a pagar lo que resta, solamente le voy a hacer una pregunta, ¿dígame dónde esta su hijo?, contestándome que en la casa, perdón donde dice que está, en la casa, ¡ah entonces ya no esta en el reclusorio!; entonces hice mal mi trabajo por que ya esta con ustedes, en casa. La señora quedo confundida y turbada. Le tuve que explicar en términos de navegación marítima, que el proceso penal, y en específico el procedimiento penal, es como un viaje realizado en barco, donde uno tiene la esperanza de llegar a buen puerto, y que en el transcurso del viaje del puerto “A” al puerto “B”, surge una tormenta, la que el capitán del barco, o sea el Abogado tiene que superar manejando el timón lo mejor que se pueda para llegar a buen puerto; por lo que yo maneje el problema, la tormenta, poniendo todo mi empeño y conocimiento, y llegamos a la meta, a buen puerto, a la libertad de su hijo.

Ahora imagínese sino peleo por mis honorarios, que concepto se llevara de mi, que sino peleo mi dinero que me gane con mi trabajo, como seré en otros asuntos donde esta en juego una cantidad de dinero; que si no defiendo bien lo mió, menos defenderé los intereses de los demás. Por lo tanto págueme. Terminando por pagarme pero no de muy buen gusto.

Recordar también el caso del Profesor del Politécnico Nacional, primo hermano del Abogado con el que yo estaba trabajando. Dicho profesor siempre llegaba con su código civil, lo habría, leí para sus adentros, y después le comentaba al primo Abogado, disculpa primo Arturo ¿por que no metes un escrito y pones tal artículo? Creó que es lo adecuado. El Abogado muy paciente y tolerante con su primo le comentaba que eso estaba bien, pero que no era el momento procesal oportuno, que lo tomaría en consideración. Después de que terminaba la reunión y se iba el profesor politécnico, ahora convertido en colega erudito del procedimiento testamentario, mi maestro el Abogado me comentaba, muy molesto, ¡ahora resulta que el sabe mas que yo, y me viene no a sugerir, sino a indicar lo que debo de hacer!

Y por asares del destino, el karma, o simplemente los gajes del oficio, me toca una mamá preocupada por la situación de su hijo preso, que llega a la explanada del reclusorio, y me dice, licenciado por que no aplicamos el articulo numero tal, para fortuna mía, ya había yo analizado dicho artículo una noche anterior, inclusive se lo comente en el camino rumbo al reclusorio a mi socio en ese asunto. La tuve que escuchar, después de lo cual le explique que no aplicaba al caso de su hijo, diciéndome ella que su amiga que es Abogada le dijo que ese era el artículo que sacaría a su hijo del reclusorio, que me dijera para que lo aplicara. Lo que me llevo a pensar que es muy fácil el sugerir, sin conocer a fondo la causa penal, y más difícil estar en el campo de batalla; porque te sugieren, invitan y otros clientes hasta te quieren obligar a hacer lo que ellos dicen.

Para convencerla de mis razones le tuve que explicar el citado articulo que me sugería y el por que no aplicaba al caso de su hijo. Y ella insistente (¡o sería insolente!), me volvió a decir que su amiga era Abogada y que ella tenia el código, y que sabía mucho, y… y… Y que le pregunto, disculpe Usted mi querida señora ¿Dónde trabaja esa eminencia del Derecho, que tendría la dicha y el placer de conocer? A bueno, pues fíjese Licenciado ella es mi compañera de trabajo, es mi jefa en el IMSS, y le repito es Abogada y muy buena. Le comente que había una gran diferencia entre ser Licenciado en Derecho y ser Abogado Litigante( termino utilizado por la gente común para designar a los Abogados Postulantes o Patronos); que en sentido amplio todos somos abogados y cuanto más los Licenciados en Derecho, pero que no todos los Licenciados en derecho son Abogados en estricto sentido; que su amiga era Licenciada, pero no Abogada en estricto sentido, porque ella trabaja en el Instituto Mexicano del Seguro Social, realizando otras funciones que no son propiamente las de Abogado, que se presenta a los juzgados a checa un expediente, a sacar copias para estudiar la causa, que lleva audiencias, que hace escritos de incidentes, de apelación y si es capas hasta un amparo.

Quisiera terminar este mi sentir, reiterando que es un gran libro que nos concientaza y sensibiliza a cerca de la profesión de Abogado, y nos enseña que todos somos seres humanos y personas con cualidades y capacidades, dones y vocación para servir. Que debemos de respetarnos, y ser empatitos y tolerantes.

Y como final de este ensayo transcribir lo que sigue, sacado

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