La apología de Sócrates comienza con que él se está defendiendo de sus acusadores y pide que entiendan su manera de hablar que no es como la de ellos con palabras bien adornadas
Enviado por Rebecca • 20 de Marzo de 2018 • 1.483 Palabras (6 Páginas) • 424 Visitas
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Sócrates señala al final que ya no necesita mayor defensa contra Mélito ya que ha logrado desmentir lo que ha dicho y demuestra que no es culpable de lo que lo ha acusado.
Tener miedo de la muerte no es otra cosa que pretender ser sabio sin serlo, por que se cree saber aquello que en realidad se ignora. Nadie sabe qué es la muerte.
Entonces le ofrecen dejarlo libre si deja de estar haciendo exámenes de filosofía, si lo hace o lo encuentran haciéndolo, lo mataran.
Pero este les respondió que antes que ellos, obedecerá al dios pues mientras tenga aliento y las fuerzas para hacerlo, no dejará de filosofar, va a exhortar y a enseñar a todos ellos que se encuentre.
Si acogen la acusación de Anito o la rechazan, si lo absuelven o lo condenan, deben saber que jamás va a hacer otra cosa, así tenga que morir mil veces por condena.
Sus propios acusadores que con tanta desvergüenza lo han llevado hasta el jurado no han sido capaces de mostrar a ni un solo testigo de que él alguna vez haya recibido alguna merced o él la haya pedido.
Él tiene un testigo para defenderse de aquello, su pobreza.
Si él quisiera luchar para la justicia aunque sea por poco tiempo debería hacerlo en privado y no en público.
Hace tiempo él mostró con hechos y palabras que no le importaba nada la muerte, mas bien lo que le importa más es no llevar a cabo nada injusto o impío. En ese entonces el gobierno no era tan poderoso que no logró corromperlo ni castigarlo por sus opiniones.
Él es un hombre que jamás cedió ante nada injusto, ni frente a ninguno de aquellos a quienes sus acusadores lo señalan como discípulos suyos.
Él nunca ha sido maestro de nadie pero él enseña libremente todo lo que el dios le dice, ya pero en cuanto a justicia, él no se hace cargo de si alguno de ellos se convierte o no en hombres de provecho.
Pero aquellos que lo escuchan, lo disfrutan ya que les gusta ver como examina a aquellos que creen ser sabios sin serlo, y eso no es desagradable. No tiene nada mas que decir en su defensa, y eso que no ha llorado como otros lo hacen para suplicar su libertad en el jurado, sino que él se ha parado solo a defenderse de los corruptos y los acusadores que sin razones bien hechas lo mandaron ahí.
Sócrates no ve justo el salvarse suplicando a los jueces, cree en que se salve mostrando una exposición de los hechos y con la persuasión. El tribunal está para juzgar de acuerdo a las leyes.
Él entrega a dios y a el jurado, el cuidado de decidir lo que haya de ser mejor para él y para ellos.
Al final, si hubiera tenido treinta votos en el otro lado, de los buenos, Sócrates hubiera salido libre del jurado.
No es tan fácil que se libere de tantos dramas en poco tiempo, hubiera querido que sea como en otros lugares que la condena no se da hasta en un jurado de varios días, tiempo suficiente que hubiera tenido para convencer al jurado de dejarlo libre.
Dice que si lo expulsan de la ciudad de todos modos iría a las otras para hablar y enseñar, siendo nuevamente expulsado ya que sabe que sucedería lo mismo que ha sucedido en su cuidad ya que hablaría y enseñaría a los jóvenes.
El castigo que les llegara a aquellos que han condenado de forma injusta a Sócrates, será mucho mas fuerte que el que está recibiendo, ellos no piensan bien si creen que matando a una persona impide que se les diga en cara que viven de forma incorrecta.
Hay que reflexionar sobre el asunto en el sentido de de que hay una esperanza autentica y grande de la que la muerte sea un bien.
Se puede tener por cierta una cosa y esa es que al hombre bueno no hay mal que lo alcance ni en la vida ni en la muerte y que sus asuntos no son descuidado por los dioses.
Encarga que hay que echar en cara que no se ocupen de aquello que hay que ocuparse y creen ser algo sin ser dignos de nada. si hacen eso, tanto él como sus hijos habrán recibido de ellos un beneficio digno.
Pero ya ha llegado la hora de morir, quien de nosotros se encamina hacia un destino mejor, es un enigma para todos, excepto para el dios.
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