La religión, vista, en un sentido equivocado, como la sociedad capaz de satisfacer las necesidades de salvación:
Enviado por Eric • 18 de Septiembre de 2018 • 1.445 Palabras (6 Páginas) • 404 Visitas
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Una vez satisfechas las necesidades bajo las condiciones de un creciente nivel de vida:
1.- desaparece la disconformidad con el sistema.
2.- socialmente, la disconformidad se ve como inútil.
3.- no importa que esto acarree desventajas económicas y políticas.
4.- no importa que se ponga en riesgo el buen funcionamiento del conjunto.
Esto suena, dentro de a la teoría de la explotación de Karl Marx, a la plusvalía: en un sistema de producción de mercancías de una sociedad capitalista, los productos del trabajo son mercancías, es decir, objetos siempre sujetos a su compra y venta en el mercado. Su atención se centra en la mercancía y, por mercancía se delimita toda aquella cosa que es elaborada con vistas a su intercambio por cualquier otra. Toda mercancía tiene un valor económico, así que este valor es doble: valor de uso y valor de cambio.
El valor de uso será el que tiene la mercancía en virtud de sus cualidades específicas que permiten satisfacer determinadas necesidades. Aquí es donde la autoridad eclesial toma su papel constitutivo de utilidad desde la perspectiva tan perseguida de la salvación (felicidad) del hombre. El valor de cambio o intercambio es el valor común a diversas mercancías y que permite cambiar unas por otras. Es un valor cuantitativo, este valor se mide en dinero. Igual sucede con el fenómeno Iglesia que, desde esta visual el clero adquiere mediante el intercambio de beneficios: “felicidad” por dinero, “salvación” por legitimación de intenciones, que promueven “el cielo esperado”.
Como lo señala Herbert Marcuse al mencionar las nuevas formas de control: surge una ausencia de “libertad” (que señalo entre comillas): cómoda, suave, razonable y democrática como señal del progreso técnico. Entonces añado junto con Marcuse la pregunta mediante la cual abre el debate hacia la problematización de la sociedad actual: ¿Qué podría ser, realmente más racional que la supresión de la individualidad en el proceso de mecanización de actuaciones socialmente necesarias aunque dolorosas...? Que este orden tecnológico implique también una coordinación política e intelectual puede ser una evolución lamentable y, sin embargo, prometedora en una sociedad que se mueve desde el impulso más que desde la conciencia y esta social.
Los derechos y libertades que fueron factores vitales en los orígenes y etapas tempranas del cristianismo (Marcuse lo señala desde la sociedad industrial) se debilitan, están perdiendo su racionalidad y contenidos tradicionales (esenciales diría yo): la libertad de pensamiento, de palabra y de conciencia. Una vez institucionalizados, estos derechos y libertades compartieron el destino de la sociedad de la que se habían convertido en parte integrante. La realización anula las premisas. Hoy en día el poder político se afirma por medio de su poder sobre el proceso mecánico y sobre la organización técnica del aparato[1].
La raíz de la Teoría Crítica, hoy 2016, son los pobres de la tierra, los condenados de la tierra, los pueblos originarios. La raíz es el agraviado, no en sí el colectivo ni lo es el proletariado. Está en contra de todo sistema totalitario, por ello es que no busca únicamente el establecimiento de leyes y normas justas que lleguen, a posterior, a establecerse, pues esto se convertiría nuevamente un sistema totalitario. Toma en cuenta a los individuos, su actuar y acontecer como producto de las interrelaciones sociales, con su capacidad de hacer propia la vida, reivindica el análisis de la constitución social de los sujetos, su concepto enfático de experiencia, su capacidad para potenciar la dimensión histórica de la conciencia, permite un acercamiento a las formas cotidianas de interacción y praxis social que posibilite el interpretar las tensiones, conflictos y necesidades de los sujetos bajo la banal superficie de lo cotidiano, ofreciendo un marco conceptual y analítico para elaborar una nueva teoría crítica de lo ideológico.
La teoría crítica adopta entonces unaπ posición abiertamente partidaria en contra de la opresión y explotación del hombre por el hombre en contra de la irracionalidad en que ha caído la Ilustración, va en contra de la tendencia de explotar a otros como "algo natural", como "biológicamente definido". La Teoría crítica, es una toma de posición ético-política que busca pensar la diferencia, más que la identidad desde donde se puede hacer posible el cuestionar todas las teorías de identidad, y deriva a un pluralismo radical, Adorno piensa que la dialéctica negativa le permite posibilidades de libertad.
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