PLATÓN Ideales del Estado
Enviado por tomas • 3 de Febrero de 2018 • 3.878 Palabras (16 Páginas) • 286 Visitas
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El comunismo platónico termina también con la abolición de la familia privada, intercambiada por una reproducción regulada por los gobernantes, con el fin de conseguir mejor descendencia, así como la prohibición de la propiedad privada de casas, tierras o dinero, a los gobernantes. Como podemos ver éste comunismo solo aplica a la clase de los guardianes, dejándose a los artesanos en posesión de sus familias, no dice nada acerca de los esclavos, pero sería imposible que intentara abolir una institución universal sin mencionarlo, es más probable que la considerara poca cosa. Se puede decir que para el jurista, la diferencia económica es la clave de la distinción política. Tan convencido estaba de los malvados efectos de la riqueza sobre el gobierno que no veía otro medio de abolir el mal más que la abolición de la riqueza misma por lo que se refiere a soldados y gobernantes.
Su finalidad era conseguir el grado máximo posible de unidad dentro del estado y la propiedad privada es incompatible con esa unidad.
- El estado oligárquico significaba un estado gobernado por los nobles en su propio interés y en posesión de propiedad hereditaria;
- El estado democrático estaba gobernado por y para los muchos que no tenían propiedad.
Platón no trata de utilizar el gobierno para igualar la riqueza, sino que iguala la riqueza con objeto de eliminar del gobierno una influencia perturbadora. Considera que el afecto familiar es un rival para conseguir la lealtad de los gobernantes, considera que la educación de los niños en los hogares es una mala preparación para la devoción con alma y vida. La abolición del matrimonio suponía una crítica implícita de la posición de las mujeres en Atenas, las mujeres de la clase de los guardianes debe compartir todo el trabajo de los hombres, es decir, que ambos reciban la misma educación y estén libres de los deberes domésticos estrictos.
Como se ha mencionado, la educación es el medio por el cual la clase gobernante puede modelar la naturaleza humana en la dirección conveniente para producir un estado armónico. Platón da por supuesto que el estado es en primer término una institución educativa, cree que con un buen sistema educativo es posible cualquier mejora, si se descuida, poco importa lo que haga el estado. El estado no la puede dejar a la demanda privada y a una fuente de comercializada oferta, sino que tiene que proveer los medios necesarios y que ocuparse de que los ciudadanos reciban efectivamente la preparación que necesitan. Platón nunca estudia la educación de los artesanos, sin embargo no los excluía, su omisión es una prueba del desprecio aristocrático sentido por él; no establecía una gran base de educación común, pese a lo mucho que esperaba de la educación selectiva.
La República omite el Derecho y la influencia de la opinión pública, pero su omisión es perfectamente lógica, ya que su argumento es que si los gobernantes están cualificados para serlo meramente por su superior conocimiento, o bien el juicio de la opinión pública sobre sus actos es irrelevante o bien la dicción de consultar a aquella es un mero acto político para enfrenar el “descontento de las masas”. Es tan estúpido atar las manos del filósofo-rey con las normas jurídicas, como obligar a un médico que copie su receta de un formulario médico. Supone que la opinión pública no es sino una representación confusa de lo que el gobernante conocer y que el derecho no tiene sentido más que el de dar la norma menos torpe que pueda encajar en un caso medio. El derecho no contiene solo una norma media, es además una acumulación de los resultados de la aplicación de la inteligencia a los casos concretos, y el ideal de un trato equitativo para otros casos semejantes.
Su ideal se basa en la convicción de que existe una distinción moral imposible de desarraigar entre la sujeción a la norma jurídica y sujeción a la voluntad de otro ser humano, aunque ese otro hombre sea un déspota sabio y benévolo.
“Los gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados”, la omisión del derecho en el estado idea es consecuencia de no haber percibido un importante aspecto moral de la misma sociedad que deseaba perfeccionar. Si el conocimiento científico es siempre superior a la opinión popular, no hay base para ese respeto a la norma jurídica que la convierte en el poder soberano del estado.
La forma de gobierno de Platón, en conclusión es un Estado ideal, entiéndase como: una comunidad de clases sociales gobernada por el filósofo rey, sin arreglo a derecho, mediante la división del trabajo, en función de la virtud que posea y donde se logra la unidad a través de la educación de todos y el establecimiento del comunismo para los guardianes. Ésta ideal del Estado, completamente utópico, degenera en la timocracia (el gobierno de la milicia), en oligarquía, en democracia y luego en tiranía.
El político y las leyes
“Las Leyes” se escribió en un intento de restaurar a la ley en el lugar que ocupaba en la misma estimación moral griega y de la que Platón había desplazado (gobierno unilateral del filósofo-rey). La diferencia entre la teoría de la República y la de Las Leyes consiste en que el Estado Ideal es un gobierno ejercido por hombres seleccionados y preparados, sin la traba de ninguna norma general, sin embargo en el estado de la segunda se dibuja un gobierno en la que la ley es suprema, donde el gobernante y el súbdito están bajo de ella.
Platón nunca sufrió un brusco cambio de convicciones y durante un gran número de años tuvo conciencia de que la omisión del derecho en el estado ideal era una dificultad cardinal: "sin leyes, los hombres no difieren en absoluto de las bestias mas salvajes y si pudiera surgir un gobernante competente, aquellos no tendrían necesidad de ser regidos por leyes, porque ninguna ley es mas poderosa que el conocimiento."
Si es imposible alcanzar el conocimiento necesario para constituir el filósofo-rey, la común conciencia moral tiene razón al creer que el gobierno con arreglo a la ley es mejor que el gobierno de los hombres. El dilema es que con la línea de razonamiento no había lugar al derecho, pero si había que hacerle un lugar a este, debía de modificarse toda la estructura filosófica y admitir principios complicados.
Aquí debe averiguarse si debe suponerse que los súbditos se encuentran respecto de los gobernantes en la misma relación que los niños con sus padres, o si debe suponerse que son responsables y autónomos. En el estado ideal, el gobernante
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