Capítulo II Orientación teórica-metodológica

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El aprendizaje de la escritura se desarrolla a través de la práctica, por la organización de la motricidad que permite dar forma al conocimiento lingüístico, la función simbólica que se le otorga y el lenguaje. Es necesario que el alumno desarrolle un nivel suficiente de la función simbólica para comprender que toda escritura tiene un sentido y transmite un mensaje e identificar que se utiliza un medio del lenguaje diferente al hablado para comunicarse con los demás. En el aprendizaje de la escritura se requiere que el niño posea cierto nivel en el desarrollo del lenguaje y pensamiento, así como su afectividad para lograr la codificación de diversos textos escritos.

La escritura, como todo aprendizaje inicial, requiere de una etapa de aprendizaje deliberado y consciente, en la cual el niño debe poseer una madurez emocional que le permita no desalentarse ni frustrarse ante el esfuerzo desplegado para lograr los automatismos correspondientes a esas primeras etapas. (ALLIENDE y CONDEMARÍN, 1991; 199)

De acuerdo con Alliende y Condemarín se puede decir que para el aprendizaje de la escritura el alumno debe desarrollar su sentido emocional de acuerdo a las etapas de desarrollo

2.1.1.3 Fases del proceso integral para la adquisición de la lectoescritura

2.1.1.3.1 Pre silábico

2.1.1.3.2 Silábico

2.1.1.3.3 Silábico alfabético

2.1.1.3.4 Alfabético

2.1.1.4 La lectoescritura en el contexto social de los alumnos de tercer grado

2.1.1.4.1 Rol del maestro

Para iniciar al estudiante en el proceso de lectoescritura el maestro debe partir de los conocimientos previos que poseen y comprender las necesidades que presenta cada uno para diseñar actividades de lectura y escritura que favorezcan la adquisición del lenguaje oral y escrito. El docente debe adoptar el papel de mediador al desarrollar las estrategias para la adquisición del proceso de lectoescritura, así el alumno amplíe sus habilidades comunicativas para hablar, escuchar, leer y escribir.

El profesor es un mediador, un “agente de la cultura” quizá del proceso en que el alumno se encuentra con el texto escrito y de los procesos de codificación y descodificación de la palabra escrita. La mediación es inherente un proceso de socialización en un aspecto de repertorio del habla de la comunidad. (WOODS, 1984; 145)

Según Claire A. Woods la práctica del docente respecto al proceso de lectoescritura debe experimentar cambios significativos respecto al qué, cuándo y cómo enseñar para que el alumno desarrolle las habilidades del habla mediante las actividades de lectura y escritura que diseñe, así potenciar sus habilidades comunicativas para interactuar en sociedad. Para la adquisición de este proceso el profesor debe valorar la cultura en la que se desenvuelve el estudiante, sus emociones, debilidades, capacidad intelectual, propósitos, para que logren leer y escribir correctamente. En la enseñanza de la lectoescritura el docente debe adoptar el papel de mediador del aprendizaje, permitiendo al alumno participar o dar sus opiniones para que sea un sujeto activo capaz de investigar, analizar, cuestionar y crear sus propias ideas.

2.1.1.4.2 Rol del alumno

La función del alumno en el proceso de lectoescritura es la adquisición de habilidades y destrezas que le permitan el desarrollo del lenguaje oral y escrito. El niño adquiere competencias comunicativas a través de la interacción en los diferentes contextos que se encuentra, permitiéndole crear, interpretar o producir diversos tipos de textos para transmitir sus propias ideas. “los niños aprenden las formas de leer y escribir y muchos de los medios de lectoescritura a través de sus encuentros naturales con el material impreso de su medio” (WOODS, 1984; 142) Checar citas

De acuerdo con Claire A. Woods se puede decir que el alumno aprende del medio que le rodea, de las relaciones que establece con los compañeros, del trabajo colectivo y de la asociación que realiza con las palabras u objetos. Para adquirir un aprendizaje significativo en el proceso de lectoescritura se le debe brindar las herramientas necesarias para que participe en el desarrollo de las actividades, interactuando explorando y manipulando los objetos de su ambiente, así desarrollar su capacidad cognoscitiva para construir nuevos aprendizajes que serán aplicados en su vida cotidiana.

2.1.1.4.3 Rol del padre de familia

El padre de familia de brindar al alumno un ambiente favorable que promueva la producción y comprensión de textos orales y escritos, así el niño desarrolle una cultura de lenguaje donde socialice experiencias sobre el mundo. De esta manera se cree una comunicación extensa entre el niño y el adulto, donde se determinen preguntas y respuestas para reflexionar positivamente acerca del uso de la lengua en el ambiente familiar.

A través de la lectura de cuentos y del relato de rutinas cotidianas los niños de padres con “orientación escolar” aprenden formas escolares de relacionarse con los libros. Aprenden esto dentro de un contexto sociolingüístico particular en el que hay reglas y normas implícitas de cómo interactuar. (HEATH, 1980; 143)

Respecto a la afirmación de Shirley Heath los niños que crecen en un ambiente donde se practican los hábitos de la lectura y la escritura aprenden con más facilidad, ya que se encuentran en constante relación con textos orales o escritos que los motivan por las letras y palabras para desarrollar habilidades comunicativas que le permitan insertarse e interactuar en sociedad.

Las habilidades comunicativas (hablar, escuchar, leer y escribir) nos permiten comunicarnos en el contexto en el que interactuamos y la forma en que hacemos uso de estas habilidades determina nuestra competencia comunicativa, la cual se define como “la capacidad de usar el lenguaje apropiadamente en las diversas situaciones sociales que se nos presentan cada día”. (ENCINAS Y RAMÍREZ, 2002; 16)

Ante esto es importante que el docente reconozca el apoyo que brindan los padres de familia en la adquisición de la lectura y la escritura para reflexionar acerca de la lengua y elaborar estrategias didácticas que beneficien el apoyo de los mismos en el desarrollo de las actividades que realizan los alumnos. De esta manera creen un ambiente alfabetizador para mejorar la comunicación entre padres e hijos y lograr que el niño se