DESARRLLO PSICOSOCIAL EN LA NIÑEZ TEMPTRANA EL DESARROLLO DEL YO
Enviado por Eric • 27 de Abril de 2018 • 2.321 Palabras (10 Páginas) • 364 Visitas
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Por otro lado en la actualidad, los investigadores no sólo ven si un niño juega solo, sino que tratan de elucidar las causas de ello. Entre 567 alumnos del jardín de niños, maestros, observadores y compañeros clasificaron casi a dos de cada tres niños que jugaban solos como competentes en los ámbitos social y cognoscitivo: sencillamente, preferían jugar de esa manera. Por otro lado, el juego solitario a veces puede ser señal de timidez, ansiedad, temor o rechazo social.
El juego reticente, una combinación de las categorías desocupada y espectadora de Parten, a menudo es una manifestación de timidez. Sin embargo, esas conductas reticentes que dificulta jugar cerca de otros niños, ver lo que hacen o deambular sin rumbo en ocasiones pueden ser un preludio para unirse al juego de otros. En un estudio longitudinal de corto plazo, los niños reticentes eran niños queridos y mostraban pocos problemas de conducta. En consecuencia, el juego no social parece ser mucho más complejo de lo que Parten imaginaba, un tipo de juego que se vuelve más social durante los años preescolares es el juego dramático. Por lo general, los niños participan en más juego dramático cuando juegan con alguien que cuando lo hacen solos. A medida que el juego dramático se hace más colaborativo, los argumentos se hacen más complejos e innovadores y ofrecen más oportunidades para practicar las habilidades interpersonales y de lenguaje y para explorar los roles y convenciones sociales. Cuando simulan juntos, los niños desarrollan habilidades conjuntas de solución de problemas, planeación y búsqueda de metas; pueden comprender el punto de vista de otras personas y construyen una imagen del mundo social
El juego influye tanto que sea por género o por cultura ya que la tendencia a la segregación sexual en el juego parece ser universal entre las culturas. Es común entre niños preescolares, incluso de tres años y se hace más común en la niñez intermedia. Los niños y las niñas juegan de manera diferente. A la mayoría de los niños les gusta el juego físico en grupos bastante grandes; las niñas se inclinan a jugar tranquilamente con una sola compañera. La diferencia no se basa solo en el gusto por diferentes tipos de actividades, incluso cuando los niños y niñas juegan con los mismos juguetes, lo hacen de manera más social con otros del mismo sexo. Los niños juegan de manera más bulliciosa; las niñas, más cooperativa, tomando turnos para evitar conflictos. En los niños, los conceptos de género en desarrollo parecen influir en el juego dramático. Mientras que las historias de los barones a menudo involucran peligro y discordia, como las batallas simuladas, las tramas de las niñas por lo general se concentran en mantener o restaurar las relaciones sociales ordenadas, como jugar a la casita. Desde un punto de vista evolutivo, las diferencias de género en el juego de los niños proporcionan práctica para las conductas adultas importantes para la reproducción y la supervivencia. El juego rudo de los varones imita la competencia entre los varones adultos por el dominio, el estatus y las compañeras fértiles. Jugar a la mamá prepara a las niñas para el cuidado de los pequeños.
CRIANZA
El desarrollo cognoscitivo en la primera infancia es importante ya que en esa etapa, el niño comienza a experimentar cambios en su manera de pensar y resolver los problemas, desarrolla de manera gradual el uso del lenguaje y la habilidad para pensar en forma simbólica. Con la aparición del lenguaje nos da un indicio de que comienzan a razonar, aunque tiene ciertas limitaciones. En esta etapa la socialización ocurre a través de la identificación con el padre del mismo sexo aprendiendo los papeles de género, los comportamientos y las actitudes aceptadas por la sociedad y las reglas. Pueden interpretar los problemas emocionales de otras personas, entender los diferentes puntos de vista también desarrolla el autoconcepto y la imaginación. La actitud que toman los padres hacia sus hijos es muy importante ya que ya que pueden tener consecuencias que pueden retrasar o acelerar el desarrollo de estos. Diana Baumrind realizo varias investigaciones sobre las actitudes de los padres y las consecuencias en sus hijos y señalando que los padres autoritarios y permisivos retrasan el desarrollo de sus hijos ya que fomentan la dependencia, el miedo, la inseguridad y en ocasiones la delincuencia. Sin embargo los padres democráticos aceleran el desarrollo de sus hijos, ya que fomentan la creatividad, la iniciativa y la seguridad. Actualmente la sociedad tiene una gran preocupación ya que no definen si realmente son los padres los que optan por un estilo de paternidad específico o si son los hijos, los que conllevan a los padres a comportarse de determinada manera
RELACIONES CON OTROS NIÑOS
El desarrollo social en los niños de 3 a 5 años se caracteriza porque los niños comienzan a relacionarse con sus iguales: surgen los primeros amigos. El niño ya no está sólo con su familia, comienza a relacionarse mediante el juego con otros niños. Esto le abre un gran número de posibilidades de aprendizaje y evolución que en la familia es más difícil alcanzar. El desarrollo social de los niños de 3 a 5 años se caracteriza por el comienzo de las relaciones con los iguales: surgen los primeros amigos. A partir de los 2-3 años de edad, los niños comienzan a tener relaciones con otros niños, principalmente porque muchos de ellos comienzan a ir a la escuela. Hasta los 2 años, la experiencia social de los niños se basa en relaciones con adultos. Así, los niños de 3 a 5 años se enfrentan a una nueva perspectiva social en esta etapa. Las relaciones con los iguales (relaciones horizontales) se basan en la igualdad, la reciprocidad y la cooperación entre personas que tienen edades y habilidades semejantes. El niño debe buscarse un lugar en el grupo de iguales que ha de ganarse por méritos propios. En la familia, este lugar está garantizado, pero con los iguales, el niño tiene que conseguirlo. A través de las relaciones con los iguales, el niño aprende una serie de competencias (por ejemplo, las relacionadas con la resolución de conflictos) que son más difíciles de aprender en la relación con los adultos. La importancia de la relación con los iguales deriva en la aparición de las primeras relaciones de auténtica amistad. Una característica de las relaciones de amistad en todas las edades es el parecido entre sus protagonistas. Entre los 3 y los 5 años esto es muy notorio. Los niños se sienten atraídos por otros niños que se comportan de manera parecida a la suya y del mismo género. Es muy habitual que los niños de entre 3 y 5 años seleccionen amigos de su mismo género. Las interacciones
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