EL ROL DOCENTE EN EL SIGLO XXI

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Toda acción del maestro ha exigido una transformación profunda a lo largo de la historia de la educación. La educación da cara a los tiempos modernos, se fundamenta en el ideal del perfeccionamiento del hombre como de la sociedad.

El maestro esta consciente de su rol, su tarea principal es educar a sus alumnos y su gestión debe estar centrada en el desafío que conlleva trasmitir un cumulo de contenidos a cada alumno.

A través del tiempo, el maestro es visto como un modelo de la sociedad.

Davini indica que el maestro debe buscar su continuo crecimiento profesional. Por un buen desempeño en su que hacer educativo, el maestro tiene que pensar en enriquecer du acervo profesional y los fundamentos de sus conocimientos, destrezas y métodos educativos y pedagógicos. A mayor educación del maestro, mayor serán los beneficios en el proceso de desarrollo educativo y cognitivo.[2]

Freire dice que el maestro no debe dejar de un lado lo que el estudiante trae consigo de su comprensión del mundo, su religiosidad, sus saberes en torno a la salud, el cuerpo y la mente, el ambiente y la tecnología. [3]

Por lo tanto el docente debe concebir el salón de clase como el lugar donde investiga, experimenta, modela, se comparten ideas y se toman decisiones, para la solución de problemas y se reflexiona sobre lo que es necesario y permiten para aprender.

Para los estudiantes el docente es visto como un modelo que inspira confianza al cual los alumnos tienden a imitar. Es un modelo dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje de los alumnos.

Esto significa que el docente en el escenario educativo tendrá que modelar conductas dignas, pertinentes , valiosas y apropiadas de un individuo debidamente educado. Por esta razón el docente debe reflexionar sobre sus debilidades y fortalezas con el propósito de mejorar su autodesarrollo como un profesional educado y altamente calificado.

De ahí la importancia que tiene el rol del docente, pues debe modelar un código correcto de valores morales e intelectuales, que son valiosos para la sociedad e imprescindibles para los alumnos.

Es preciso reconocer que existes ciertos elementos que influyen directa o indirectamente en la labor diaria del docente como la cultura, los problemas sociales, la economía, etc.

El docente ante un mundo globalizado debe auto-reconocerse como un estudiante de por vida . aunque la imagen del maestro a cambiado al pasar de los tiempos al igual que su mentalidad y sus necesidades profesionales. El docente debe aspirar a una continua preparación con el propósito adquirir herramientas practicas y modernas que ayuden a fortalecer su labor.

De igual forma el sistema educativo actual, solicita un maestro diferente; un maestro que posea cultura y que se distinga como profesional idóneo y debidamente preparado, que pueda impactar de manera positiva a la sociedad, a la escuela y sobre todo a la vida de los alumnos.

Freire señala que un docente calificado ante un mundo globalizado es capas de adaptarse al uso del espacio, a los materiales y al uso y manejo del tiempo según las necesidades de los estudiantes.

En pleno siglo XXI, el sistema educativo, la sociedad, los padres y los alumnos demandan un maestro idóneo, culto y preparado, que sirva como ente de cambio. Un profesional, educado que facilite y guie a los alumnos por el amino del saber.

El maestro que la sociedad de hoy busca, debe ser realmente un profesional comprometido capaz de generar cambios en cuanto a los procesos de capacitación en las escuelas del país.

La educación por ser dinámica no necesita maestros perfectos , sino maestros de vanguardia. Maestro que busquen constantemente renovar sus conocimientos con el propósito de ajustarse a los cambios de un mundo tan dinámicos como en el que vivimos.

La sociedad del siglo XXI necesita y busca maestros comprometidos que sirvan de modelo para el desarrollo integral de los estudiantes que son el futuro de nuestra sociedad.

Las instituciones educativas en el siglo XXI tienen que armonizar críticamente con el medio, fortaleciendo la identidad de la persona, para que el alumno no se vea alterado y confundido entre lo que la escuela le da y lo que el mundo exterior a ella le ofrece y, a veces, le impone. Creo la institución educativa debe formar parte de los procesos, promover una actitud crítica y buscar una forma de llegar al alumno, para que este pueda conformar su identidad por sí mismo y no dejarse influenciar totalmente por los cambios que la globalización trae. Para entender mejor lo que queremos decir, analicemos el siguiente texto: "Los niños de hoy viven inmersos en computadoras, videojuegos y nuevas tecnologías; crecen espontáneamente dentro de ellas. Sería redundante colocar este mundo, que por su sola presencia no garantiza la adquisición de conocimientos científico-tecnológico, en el centro de la enseñanza, porque él ya forma parte del ambiente en el que vivimos y cuenta con mecanismos muy eficientes para difundir su propia pedagogía (...) Por eso, la escuela encontraría su mejor justificación si se decidiera a hacer de contrapeso a la presión de esa poderosa industria enseñando todo lo que ésta no propone, que es, casualmente, lo que ayuda a formar individuos libres "

Es importante destacar que la principal repercusión que tiene el proceso de globalización es en la identidad del alumno. Los jóvenes, los alumnos de la escuela secundaria son un claro ejemplo de lo que decimos, ya que en estas épocas hay un auge de la “cultura juvenil”. En rasgos generales, suelen caracterizarse como jóvenes despreocupados y desinteresados por lo que la escuela les ofrece. “Pocos buscan aprender para tener la experiencia irrepetible y esencialmente humana de aprender, de intuir la inteligibilidad del mundo. La preocupación central de nuestra sociedad es que lo que aprenden los jóvenes les “sirva”.

Frente a esto, diversas preguntas surgen inmediatamente: ¿ El conocimiento forma parte de la identidad del alumnado?, ¿El adolescente tiene necesidad y se siente interesado por retener dicho conocimiento?. Se puede observar un desgano a la hora de aprender. En estos tiempos, se estudia para aprobar y no para acumular el conocimiento que ha sido transmitido y aplicarlo en situaciones futuras.

una educación que no enseñe a los jóvenes que nada se logra sin paciencia y autodisciplina, es una educación que no vale la pena adquirir", Obviamente, en este tema entra en juego la educación que el alumno reciba; si el mismo es receptor de una educación vaga e incoherente, no pretenderá usar ese conocimiento