El Sistema Educativo Mexicano, una vista a partir de mi experiencia

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Visión: Lograr la participación del mayor número posible de niños y niñas en el programa, mediante la incorporación de Peraj como programa de servicio social en Instituciones de Educación Superior de México, consolidándolo como el programa tutorial más importante y de alto impacto a nivel nacional.

Este programa es de carácter mundial, se lleva a cabo en 22 países en todo el mundo, en México tiene presencia en 50 universidades atendiendo a más de 3800 niños de nivel básico, promovido por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la Secretaria de Educación Pública (SEP) y la Coordinación Nacional de Becas de Educación Superior (CNBES). Además de que cuenta con la participación del Departamento de extensión y los Coordinadores de servicio social de las Unidades Académicas, algunos Catedráticos asesores y por supuesto los Tutores (universitarios prestadores de servicio social), los Amigos (niños y niñas), Directores de las primarias, Maestros de primarias y los Padres de Familia.

Cada sesión se lleva a cabo en la institución a donde pertenecen los tutores e incluso en otros puntos de reunión como parques recreativos o jardines, museos y zoológicos. Los tutores planeamos previamente cada sesión con la finalidad de crear un ambiente agradable para el niño (a), atendiendo siempre sus necesidades académicas, personales y sociales, a partir de la observación constante del niño (a) y de la plática con ellos, en donde es primordial inspirarle confianza para que se establezca una relación más significativa.

El artículo tercero constitucional nos remarca que el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano, además de que luchará contra la ignorancia y los prejuicios y fortalecerá el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia. Esto se logra dentro de la educación a través de los programas educativos y sus contenidos centrados en formar alumnos de manera integral, inculcándoles valores sociales y ambientales, así como el reforzamiento de la cultura. No obstante, en México la demanda de educación en muy grande, a pesar de que se intenta una mayor cobertura no se ha logrado del todo. Debido a esto las aulas dentro de las instituciones educativas están al tope, y le es muy difícil al docente planear sus actividades para un número de alumnos que incluso dobla el límite del grupo.

Es aquí donde entra el papel del tutor, el cual se encarga de atender aquellas necesidades que el docente cubre de manera muy general, haciéndolo más personalizado. El tutor crea una relación de confianza con el alumno para poder ubicar sus puntos fuertes y sus debilidades y enfocarse en estos últimos.

Entrando así a nuestra primera interrogante: ¿de qué forma la mayor vinculación entre padres y maestros ayudan de manera integral en la formación académica de los alumnos de nivel básico? Si bien sabemos que algunos padres de familia ven a las instituciones educativas como simples guarderías en donde llevan a sus hijos mientras ellos no pueden cuidarlos, incluso se olvidan de atenderlos cuando están como familia en el hogar. Es importante para la formación del alumno que los padres comprendan que se trata de un trabajo en equipo, tanto docentes, como padres de familia y el apoyo de los tutores permitirán que el alumno se desenvuelva en su educación aprovechando al máximo sus habilidades y mejorando sus hábitos de estudio e incluso su autoestima.

A partir del año 2009 se implementó un programa de reforzamiento de valores en la familia en la Escuela Secundaria General No. 4 “Profesor José Santos Valdés Salazar”, este programa denominado “Escuela para padres” buscaba orientar e involucrar a los padres en la formación de sus hijos, con sesiones en donde asistían especialistas como psicólogos o trabajadores sociales quienes explicaban la importancia de la interacción entre padres y los docentes a favor de sus hijos. Este programa podría ser implementado en las instituciones educativas para lograr que padres de familia, docentes y tutores trabajen en conjunto.

Si se logra este trabajo en equipo podemos referirnos a nuestra segunda interrogante, ¿los programas de tutoría podrían enfocarse en que los alumnos interactúen y socialicen más con sus compañeros?

Los programas de tutorías buscan que los alumnos se desarrollen tanto de forma académica como personal y social, como lo es Peraj, sin embargo, los padres de familia deben de encargarse de la forma de aprendizaje de los niños (as) dentro de un nivel de disciplina y respeto hacia sus docentes, compañeros y directivos; así también los docentes tienen la encomienda de brindar conocimientos académicos que deben estar actualizados constantemente y ahora con la incorporación de los valores en los programas educativos, trabajar de manera coordinada con los padres y tutores, de esta manera el papel de los tutores se enfoca más en enriquecer la cultura y fomentar la socialización de los niños a través de actividades lúdicas y deportivas, dinámicas de campo y observación.

La finalidad de las tutorías es reincorporar a los niños al trabajo en aula, ir a la par con sus compañeros y no quedar rezagados, por lo que planteamos una última cuestión, al estar el niño dentro de un programa de tutorías ¿se ve señalado de manera distinta de sus compañeros teniendo esto alguna repercusión en el alumno? Actualmente los programas de tutorías se ven como un apoyo a los alumnos que presentan algunas deficiencias, a pesar de que esta es su finalidad, también se encarga de potencializar las capacidades de los alumnos, por lo que puede llegar a ser contraproducente, la manera en que se concibe a estos programas.

Decir que un alumno va a tutorías porque es inquieto o no muy inteligente y necesita que alguien más que le ayude a entender lo visto en clase o inclusive a portarse dentro del aula, señala al alumno de manera discriminante ante sus compañeros, quienes al verlo de esta manera pueden molestarlo.

Las tutorías no son para niños problema, ni para niños antisociales, son para alumnos tan capaz como los demás, sin embargo, necesita que se le oriente de la manera correcta, que canalice sus talentos y creatividad hacia su propio progreso. Por lo que pertenecer a un programa como Peraj no debe crear distinción alguna entre un grupo.

A manera de conclusión podemos decir que ningún programa de reintegración académica puede funcionar si no tiene el apoyo de todas sus partes, desde los padres de familia en el hogar, los docentes en el aula y los tutores en actividades extracurriculares deben buscar siempre en conjunto el bienestar del alumno y su