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En torno a la noción de sujeto-objeto; praxis libertaria.

Enviado por   •  14 de Marzo de 2018  •  2.002 Palabras (9 Páginas)  •  439 Visitas

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Desde un punto de vista dialéctico, no idealista, podríamos afirmar que la noción de objeto no puede ser medida sin el sujeto; sin el proceso objetivizador por el cual esta mediado el objeto, este no encontraría forma en la conciencia propia o cosificada; es decir, el sujeto se torna objeto al objetivizar al objeto, ya que sin este proceso el objeto no podría ser mediado en relación recíproca por el sujeto. Recordar en este punto que desde la física contemporánea el objeto observado puede ser modificable solo por el sujeto, es entender que aunque dialécticamente el objeto pueda ser más amplio, la reciprocidad entre ambos hace que el sujeto no pierda su punto de importancia, al ser él mismo el llamado a construir aquella noción de libertad. Una posible opción es que el sujeto en la modernidad al tomar sus propias decisiones desde su autonomía, se torne hacía una moralidad expresita en una vida recta guiada por un ente como la razón; no una moralidad entendida desde el cristianismo, la corriente nihilista con la muerte de dios por Nietzsche, plantea la exaltación del sujeto en referencia a la autonomía individual al entenderse como único ente en la toma de decisiones determinadas. Claro ejemplo en donde el sujeto es tomado propiamente como objeto, necesariamente desde una racionalización en este caso moralista.

La praxis en esta medida es entendida como la actividad del sujeto en referencia al dilema del pensamiento que separa dialécticamente al sujeto del objeto. Una praxis sin teoría es una praxis ilusoria; una praxis sin teoría es una praxis pobre. Para Kant la praxis, en sentido fuerte, consistía en la buena voluntad; que equivalía a la razón autónoma. Esta razón autónoma, basada desde una conceptualización fuerte, se entiende como una praxis fuerte, una praxis transformadora. Regularmente se entiende a la praxis como un refleje puro de la teoría; pero hay que recalcar que no hay una unidad inmediata entre las mismas; pues, así como la separación entre sujeto y objeto (aunque sea recíproca volvemos a decir) no es revocable por la decisión soberana del pensamiento, del mismo modo tampoco existe unidad inmediata de teoría y praxis, ella imitó la falsa identidad de sujeto y objeto. Además, en esta igual medida, el paso a la praxis sin teoría es motivado por la impotencia de objetivizar individualmente de la teoría, y esta impotencia se ve aún más expresada mediante el aislamiento represivo y fetichización subjetivo del momento histórico: la espontaneidad. La praxis, reflejo de la teoría materialista histórica, tiene como esencia el trabajo. Antes de que el trabajo constituyese la esencia del hombre al configurar el tipo de producción y calidad de vida de los seres humanos no se podía entender un proceso de praxis en el sujeto; sólo hay praxis si hay trabajo; sólo hay praxis si hay teorización; y esa teorización es expresada desde la práctica a la cual se enfrenta el sujeto.

En referencia a lo anteriormente dicho se puede especificar que el sujeto al entender la relación con el objeto, es por medio del contexto que malogra este entendimiento, esta objetivación y conceptualización del mismo, lo que sesga la posibilidad de encontrar desde la praxis su acción libertaria. El llamado al pensamiento expresado en varias sesiones se torna en este sentido necesario, no sólo para esclarecer esa contradicción y separación entre sujeto y objeto, sino también para la superación del sentido reificante en el cual ha caído la propia praxis de los sujetos. La búsqueda de posibles salidas a lo expuesto anteriormente responde a la capacidad del sujeto de conceptualizar el conocimiento, por ello, esta reflexión ha de llevar de por sí una mejor praxis en referencia a la teorización subjetiva del sujeto.

A modo de conclusiones podemos decir; que aunque dialécticamente el sujeto encuentra una separación del objeto, ambos son conceptos recíprocos en constante relación en la realidad específica; entender esta relación mediada por un proceso reificante es la clave para una praxis en torno a la práctica libertaria que debe ser alcanzada necesariamente por los humanos. La objetividad alcanzada por el sujeto por medio de su experiencia no alcanza sin una teorización propia conceptual del objeto en referencia a su relación con él mismo; sin una relación teorizante en referencia al mismo, la praxis se torna ilusoria ya que cae en la conciencia cosificada expresada desde la noción de objeto como mercancía. Una praxis realmente libertaria es aquella que encuentra conexión y coherencia con el pensamiento teorizante; la teoría, aunque incapaz e impotente de generar un proceso práctico en torno a la barbarie en la cual se inmiscuye la humanidad, es el único paso por el cual la praxis puede lograr una concepción por lo menos subjetiva de la libertad. Recordar en este punto que el objeto al ser prioridad ante el sujeto cognoscente nos hace pensar en referencia a la relación que se toma con la mercancía; si no hay una transformación en referencia de cómo se obtiene el objeto por medio del contexto capitalista, no se podría entender una posible libertad en referencia a la dependencia del objeto. Además, es también necesario entender que esta relación sólo debe ser entendida desde la racionalización del sujeto, herencia de la modernidad en referencia al mundo tecnificado y la representación del mundo por medio de la imagen.

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