Essays.club - Ensayos gratis, notas de cursos, notas de libros, tareas, monografías y trabajos de investigación
Buscar

FENOMENOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO

Enviado por   •  25 de Octubre de 2018  •  3.547 Palabras (15 Páginas)  •  318 Visitas

Página 1 de 15

...

Esta relación se nos aparece en primer termino, con una correlación; como una relación doble, de ida y vuelta, que sonsiste en que el sujeto es sujeto para el objeto y el objeto es objeto para el sujeto. La relación consiste en que no pueden pensarse el uno sin el otro, ni el otro sin el uno.

El sujeto sale de si mismo para hacerse dueño del ojeto y captarlo mediante el pensamineto.

El pensamiento:

Así, pues, diremos que el objeto determina al sujeto, y que esta determinación del sujeto por el objeto es el pensamiento. Pero guardémonos muy bien de pensar esta actitud receptiva del sujeto como un total y completa receptividad. No es que el sujeto se deje pasivamente imprimir por el objeto el pensamiento, sino que el sujeto actúa también; sale de sí hacia el objeto, va al encuentro del objeto; es también activo. Pero su actuación, la actividad del sujeto no recae sobre el objeto. El objeto permanece intacto de esa actividad del sujeto. Lo que sucede es que el sujeto, al ir hacia el objeto, produce el pensamiento. El pensamiento es, pues, producido por una acción simultánea del objeto sobre el sujeto y del sujeto al querer ir hacia el objeto.

La actividad del sujeto no es incompatible con la receptividad del mismo sujeto, puesto que esta actividad recae sobre el pensamiento. Tenemos, pues, que el objeto puede decirse y llamarse trascendente con respecto al sujeto. El objeto es trascendente con respecto al sujeto; y lo es tanto si se trata de un objeto de los llamados reales –como este vaso o esta lámpara- como si se trata, del objeto llamado ideal como el triángulo o la raíz cuadrada de 3; porque tanto en un caso como en el otro el objeto aparece para el sujeto como algo que tiene en sí mismo sus propias propiedades y que estas propiedades no son en lo más mínimo aumentadas ni disminuidas ni cambiadas ni menoscabadas por la actividad del sujeto que quiere conocerlas. La actividad del sujeto que quiere conocerlas es, pues, en puridad, una actividad que consiste en ir hacia el objeto y abrirse ante él, para que éste a su vez, envíe sus propiedades al sujeto y del encuentro resulte el pensamiento. Por consiguiente, en este sentido el objeto es siempre, en todo caso, trascendente del sujeto.

Y ahora me preguntarán quizá ustedes: ¿cómo puede hacerse compatible esta trascendencia del objeto con la necesaria correlación entre sujeto y objeto? ¿No decía usted antes que el objeto y el sujeto son correlativos y que el sujeto es sujeto para el objeto y que el objeto es objeto para el sujeto, como la izquierda y la derecha se son mutuamente condicionadas? Ahora dice usted que el objeto es trascendente y que es lo que es, independientemente de que sea o no sea conocido por el sujeto. Parece que aquí hay una contradicción. Pero no hay tal contradicción, porque el objeto es trascendente por la totalidad de la relación de conocimiento; es trascendente en cuanto que la relación de conocimiento lo considera como trascendente. Pero en sí y por sí –metafísicamente hablando- el objeto no es objeto para el sujeto, sino en tanto en cuanto empieza por lo menos a ser conocido. El objeto que no sea objeto para un sujeto, no es objeto. Será lo que quiera que sea; pero no es problema para el conocimiento; no constituye elemento alguno del conocimiento. Una vez que ha entrado en la correlación de ser el objeto para mí, sujeto, y de ser yo sujeto en cuanto que pienso ese objeto; una vez establecida ya la correlación, el objeto, dentro ya de la correlación, es trascendente, porque es irreversible esa correlación, y porque el objeto no puede nunca penetrar dentro del sujeto sino que permanece siempre a la distancia, mediatizando por el pensamiento.

La verdad:

Y entonces el último elemento del conocimiento que se nos propone a nuestra descripción fenomenológica, es el de la verdad del conocimiento. En este caso la verdad del conocimiento consiste en que el conocimiento concuerde con el objeto; o mejor dicho, consiste en que en la relación del conocimiento, el pensamiento formado por el sujeto, en vista del objeto, concuerde con el objeto. Esta concordancia del pensamiento con el objeto ha sido y es muchas veces considerada en la filosofía, por muchos pensadores, como el criterio de la verdad. Pero si nos fijamos bien, si atendemos bien a la descripción que acabamos de hacer del fenómeno conocimiento, advertiremos que esa concordancia del pensamiento con el objeto no es criterio de la verdad, sino que es la definición de la verdad. No es la piedra de toque por medio de la cual se descubre si un conocimiento es verdadero o no, sino que es en lo que consiste que un conocimiento sea verdadero. Es la esencia misma de la verdad, la definición misma de la verdad. Verdadero conocimiento es el conocimiento verdadero. No hay verdadero conocimiento más que el conocimiento verdadero. Esto quiere decir que el conocimiento falso no es conocimiento. Cuando el conocimiento no concuerda con la cosa, no es que tengamos un conocimiento falso: es que no tenemos conocimiento. El conocimiento que diremos verdadero conocimiento, el auténtico conocimiento, es el conocimiento verdadero, y el conocimiento verdadero es aquel en el cual el pensamiento concuerda con el objeto.

Ahora, ¿qué criterio puede aplicarse para tener la certeza de que el pensamiento concuerda en efecto con el objeto? Ese es un problema que no está comprendido dentro de la descripción fenomenológica del conocimiento. Uno de los problemas que la teoría del conocimiento tendrá que examinar; uno de los problemas que la teoría del conocimiento tendrá que plantear y resolver es el de cuáles sean los criterios, las maneras, los métodos de que pueda valerse el hombre para ver si un conocimiento es o no verdadero. Pero si es verdadero, entonces el ser verdadero consiste en que el pensamiento coincide con el objeto; y si no es verdadero, o sea si no es conocimiento, es que el pensamiento no coincide ni concuerda con el objeto.

Por consiguiente, hay que irse acostumbrando a no considerar que la coincidencia del pensamiento con el objeto sea criterio de la verdad; sino que es la verdad misma, es en lo que consiste la verdad. Criterio, en cambio, o sea modo, método para descubrir si un conocimiento es verdadero, eso podrá haber de diferentes clases y especies, o quizá no haber ninguno. Si los hay, y cuáles sean, lo descubrirá en su día la teoría del conocimiento.

Relaciones de la teoría del conocimiento con la psicología, la lógica y la ontología:

Estamos ya próximos al término apetecido en esta lección de hoy, que es el darnos cuenta de que esta descripción fenomenológica

...

Descargar como  txt (21.8 Kb)   pdf (66 Kb)   docx (20 Kb)  
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Essays.club