MODELO EDUCATIVO Y ACADÉMICO (MEyAc).
Enviado por Helena • 11 de Abril de 2018 • 24.014 Palabras (97 Páginas) • 351 Visitas
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La “enseñanza técnica y profesional” abarca todos los aspectos del proceso educativo y entraña el estudio de tecnologías y ciencias afines y la adquisición de conocimientos prácticos, actitudes, comprensión y conocimientos teóricos referentes a las ocupaciones de diversos sectores de la vida económica y social. Además es parte integrante de la educación general; un medio de acceso a sectores profesionales y de participación efectiva en el mundo del trabajo; un aspecto de la educación a lo largo de toda la vida y una preparación para ser un ciudadano responsable; un instrumento para promover un desarrollo sostenible y respetuoso del medio ambiente y un método para facilitar la reducción de la pobreza (UNESCO, 2002).
Por otra parte, la Recomendación 195 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca como conceptos importantes en materia educativa; el aprendizaje a lo largo de la vida, las competencias y la empleabilidad. Así mismo, propone definir políticas de desarrollo de los recursos humanos, de educación, de formación y de aprendizaje permanente que: faciliten la empleabilidad; atiendan por igual los objetivos económicos y sociales, hagan hincapié en el desarrollo económico sostenible en el contexto de una economía en proceso de globalización y de una sociedad basada en el saber y la adquisición de conocimientos y también en el desarrollo de las competencias, la promoción del trabajo decente, la conservación del empleo, el desarrollo social, la inclusión social y la reducción de la pobreza.
También deberán conceder importancia a la innovación, la competitividad, la productividad, así como responder al reto de transformar las actividades de la economía informal en trabajos formales plenamente integrados en la vida económica y fomentar y mantener las inversiones públicas y privadas en las infraestructuras necesarias para la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito de la educación y la formación, así como en la formación de docentes e instructores, recurriendo para ello a redes de colaboración (OIT, 2005).
En esta particular perspectiva, los indicadores de la OCDE sustentan la importancia de dar atención al planteamiento de la OIT, en términos de proponer políticas de desarrollo de recursos humanos, pues señalan que la población con bachillerato y formación profesional técnica en México es del 19%, con más del 50% debajo del promedio alcanzado por la mayoría de los países de esta organización (44%) y de la Unión Europea (48%), cuestión que es de urgente cumplimiento (Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable, 2013: 14).
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Fuente:
Para responder a esta situación, está claro que los esfuerzos se deben centrar en la formación integral del ser humano, sobre las dimensiones cognitiva (conocimiento), axiológica (valores) y motora (destrezas o habilidades).
1.3 Ciencia, tecnología y sociedad
Los vertiginosos avances de la ciencia y la tecnología, trastocan significativamente la organización de las sociedades, haciéndose un círculo virtuoso de reconfiguración continua, en donde esta triada se refleja en las personas, en sus formas de vida y de trabajo. En su momento, la rueda, la imprenta y la máquina de vapor impulsaron el desarrollo productivo y social, como sucede ahora con la tecnología de la información y comunicación, que, por una parte, generan enormes beneficios para la humanidad, y por otra, modifican, a menudo drásticamente, las condiciones laborales de las organizaciones productivas, países y regiones. El avance científico, el cambio tecnológico y el desarrollo social, son fuerzas impulsoras de la productividad y el crecimiento económico y social.
Dentro de las muchas formas en que el avance de la ciencia y la tecnología modifican o generan nuevas reglas del juego, en lo social se logran los reajustes en la asignación, importancia y tipo de capital y el trabajo dentro de los procesos productivos y de acuerdo a lo que el mercado requiere; de esta forma, la mano de obra es sustituida paulatinamente por la incorporación de nueva y variada maquinaria y equipo, dándole otro papel dentro de este proceso.
Si combinamos todo esto con el fenómeno de la globalización, no es difícil darnos cuenta de que los conceptos y competencias que se desarrollan en el sistema educativo también pueden tener una cierta caducidad. En el ámbito de la educación no tenemos así de claro lo rápido –y sobre todo la forma tan drástica– en que los conocimientos se vuelven obsoletos y por lo tanto poco redituables.
Así nace la brecha entre oferta y demanda de competencias: la tecnología y los procesos de producción se ajustan a una velocidad mayor que a la que se revisan, rediseñan y ejecutan los planes y programas de estudio ofrecidos por las instituciones educativas.
En efecto, las economías ya no se basan únicamente en la acumulación de capital y fuerza de trabajo: la tendencia es hacia el acceso, uso y producción del conocimiento e información, en donde la investigación juega un papel importante para generar innovaciones tecnológicas y productivas; el conocimiento pasa a ser la base del trabajo humano y un factor más de producción. Es aquí en donde toman sentido las sociedades del conocimiento, ya que es en ellas donde el conocimiento y la información toman un lugar elemental para responde a las demandas del entorno con propuestas viables para enriquecer los sectores productivo, económico educativo y social. Como consecuencia, la educación acrecienta su protagonismo.
1.4 Economía y mercado laboral
Los procesos de cambio producto de la globalización se ven reflejados cuando las personas tienen serias dificultades para incorporarse a un puesto de trabajo fijo, dada la saturación actual del mercado laboral asalariado que, paralelamente y en la mayoría de los casos, produce largos periodos de desempleo ocasionando la perdida de competencias de las personas y provocando que cada vez les resulte más difícil encontrar empleo, todo ello debido a la lenta recuperación del mercado de trabajo en cada uno de los países y México no es la excepción; paralelamente a este escenario se consolida la creación de empresas propias, que a pesar de encontrar entornos hostiles, con escasos recursos financieros y a menudo sin ningún tipo de apoyo social o institucional se desarrollan.
Otra tendencia en el mundo del trabajo es la que se refiere a la movilidad del trabajo y la movilidad del trabajador, dado que los empleos pueden ocurrir en el espacio cibernético
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