PRINCIPIOS DEL PERSONALISMO

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Maritain por medio del personalismo contempla esta dificultad ya que fue consciente de este problema, porque pertenecía a los dos campos: como tomista ligado del bien común con un modelo unificado, por otro lado, como personalista sensible a libertad. Era consecuente del carácter pluralista de las sociedades contemporáneas.

Martin señalaba que el bien de la ciudad no significaba la simple colección de los bienes privados, ni del bien propio, que piensa en sí mismo sacrificando partes. Al mismo tiempo, era consciente que debía de tener cierta modificación a las sociedades modernas teniendo en cuenta las distintas identidades culturales dentro de la sociedad. La cual expuso al problema lo siguiente: Primer lugar, la sociedad debía lograr que el hombre fuera virtuoso. Pero comenta que la búsqueda de virtud ósea de Dios es completamente personal, no social. Dice que es de mal gusto meter a los gobernantes en problemas íntimos de persona. Nadie puede ni debe sustituir al individuo en la tarea de adquirir su virtud o su perfección. Maritain propone minimizar el contenido del bien de la sociedad. Por otro lado, también proponía permitir a cada persona alcanzar lo que considera su bien personal. En definitiva, para Maritain “El fin supremo de la sociedad política es mejorar las condiciones de la vida humana en sí misma”, es decir, procurar el bien común en cada persona, en toda la población para alcanzar la independencia propia de la vida.

La obra común: la construcción de la ciudad.

El bien común encuentra una contrapartida en la idea de “obra común”.

El liberalismo propone “Si no existen motivos para vivir juntos, la sociedad deja de tener sentido.” Ósea no establecen mediación entre el individuo y estado. John Rawls en su famosa obra “theory of justice” indica que las concepciones ideológicas son beneficiosas para la sociedad. Este modelo de construcción propone que los ciudadanos se acerquen a la plaza pública para que así se rompa la fuerte ligadura que los ata a las convicciones. A dicho antes lo primero es que, si una persona tiene que dejar su propio bien para participar en una sociedad, puede causar una grave falta de motivación social. El liberalismo olvida que la sociedad necesita un conjunto de valores para estar en pie. Tiene que ser basada en el respeto mutuo, la confianza y la colaboración. En efecto el personalismo social, apuesta por la construcción desde la amistad fraterna que hunde sus raíces en los terrenos evangélicos.

Las comunidades intermedias.

Se distinguen dos grupos sociales entre la sociedad y la comunidad. La primera se forma a partir del bien de la persona, la cual el hombre libremente decide a participar de su entorno. Mientras que la comunidad, por el contrario, surge de manera natural, por medio del amor interpersonal. Familia, pueblo, nación serian algunas de las comunidades.

En la actualidad nos encontramos en un periodo de adelgazamiento de estructuras estatales. Pero de igual manera las estructuras estatales siguen siendo muy grandes. Mounier expreso “El estado es para el hombre, no el hombre para el estado.” Pero para ellos debemos acudir a las comunidades estatales.

El estado debe ser para el hombre. Pero vemos que hay otros individuos más poderosos. Lo importante aquí es que deben existir más comunidades intermedias, que puedan facilitar la relación del hombre individual y el orden estatal. Ya que con ellas se establecen relaciones afectivas, sentires, raíces y futuros previsibles y cercanos.

Entre las comunidades intermedias, se encuentra la familia. Da lugar a la existencia personal, ya que los hombres somos verdaderamente personas en un contexto familiar, Wojtyla, señala, que el nacimiento de una persona, es extraordinario e irrepetible, y a su vez y de nuevo personal y comunitario. Incluso en la actualidad por distintos debates, la sociología pone a la familia moderna en importantes funciones sociales.

“LA FAMILIA ES EL LUGAR EN EL QUE TODO HOMBRE SE REVELA EN SU UNICIDAD E IRREPETIBILIDAD”

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