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SUCESO INSOLITO? INVEROSIMIL ACTIVIDAD PARANORMAL EN POCONA

Enviado por   •  11 de Enero de 2018  •  5.159 Palabras (21 Páginas)  •  365 Visitas

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Es bueno recordar que en aquellos tiempos la consigna o alarma fue única para la movilización rápida y eficaz; en el área rural; esta debiera ser tan rápida al solo escuchar el son de los pututos, muy eficaz por cierto.

Se reúnen grupos entre algunas personas, forman grupos mayores, opinan unos, otros y otros, analizan concluyendo que detrás de todo esto no vemos a nadie y nos convencemos que no hay ser humano, ¿quién podrá ser el autor de estos hechos?; meditabundos, sumidos en sus interrogantes personales muchos se retiran a sus domicilios; la noche va cayendo y se dirigen cabizbajo a sus viviendas.

Muchos del pueblo, especialmente los familiares de los afectados ante la desesperación y ruego para que no les dejen solos quedan en la casa comprometiéndose acompañarlos y no dejarlos solos.

Al día siguiente el panorama es igual que el día anterior, caen las piedras, ladrillos, tejas, terrones en todo lugar y a cualquier raro. Algo interesante y curioso es que en la casa de Lucinda, la hija mayor, el panorama es ídem que en la casa de sus padres, ella dejo su casa por miedo y por acompañar a sus padres y hermanos.

Otro día comienza ante la presencia de muchos compañeros venidos del campo, alrededores del pueblo, gente muy sentimental y cooperadora, curiosos, muchos envalentonados que se ofrecen para todo, (los machumachus).

Estando reunidos en el patio, observan que pedazos de ladrillos, piedras, etc., vuelven nuevamente a caer, vienen de detrás de la cocina, sala y otras habitaciones, la gente corre de un lugar a otro en afán de encontrar a quien este arrojando. Uno de los compañeros envalentonado les dice: Ayúdenme a subir al techo de la cocina, desde allí podre ver al que arroja de aquel lado, todos de acuerdo se juntan y lo ayudan a subir, está a punto de culminar y cabalgarse en la cumbrera, y…… viene una piedra de detrás de esta cocina y por poco hace impacto en su cabeza, vuela su sombrero y el amigo grita: huay...huay……. ima chari … ima chari-(huay huay no sé qué es, no sé qué es… yanaparihuychaj jurayk´uyta – ayúdenme a bajar; con la prisa que lleva está a punto de rodar del tejado, todos en conjunto se arremolinan y lo reciben; sin habla y pálido como la cera, lo llevan a l sala, le hacen tomar un poco de agua, tarda mucho en recuperarse y acompañado de sus amigos se va a su domicilio. Algunos de los presentes exclaman: Jesús María y José, esto es obra del diablo…

Es medio día mas o menos, la señora dueña de casa ha preparado un buen almuerzo, ya está cocido, se dispone a retirar del fogón la olla de barro grande, lo está haciendo, cuando apenas toca el suelo y…. cae una piedra, adiós almuerzo.

La familia toda sumida en el dolor, nerviosismo, lágrimas y más lágrimas, no hay paz, hambre ni sueño solo hay dolor espiritual, sobresalto, observamos un cuadro tétrico, su refugio, rodeado por su familia, amistades y por los compañeros campesinos fieles que forman un círculo cerrado. Esta pesadilla generalmente empieza a las cinco de la tarde hasta las nueve o diez de la noche, sin embargo esto varia.

Habitaciones bien cerradas y lluvia de piedras, ladrillos o tejas en el interior. Mucha gente reunida en el patio, comentarios, opiniones van y vienen. Surge de entre ellos una buena opinión que es apoyada por casi todos: contrarrestar con Ritos ancestrales, son varios; el primero; “rodear la casa integra con caito o lana hilada y torcida hacia el lado izquierdo”, lo hacen efectivo rápidamente, esperan con la respiración entrecortada en absoluto silencio, pasan algunos minutos… y, todo sigue igual, piedras aquí, piedras all, hemos fracasado.

Recurramos a los Yatiris, enseguida nomas traen a alguno de los más renombrados; le comentan y les hace preparar una habitación especifica; silencio absoluto, ingresa el amigo yatiri para hacer su AYZA..; grande fue nuestra sorpresa y curiosidad por que más tardo en entrar que en salir, casi volando sale, agarrado de su sombrero hecha a correr exclamando: “mama… mana aticunchu, no se puede, no se puede…, otro hecho o ceremonia que no da resultado y los deja desmoralizados, la lluvia de piedras se suma y sigue. No sabemos cómo y de qué manera se anoticiaron unos señores que se presentaron sorpresivamente, dicen “Rosacrucistas”; ellos manifiestan su deseo de intervenir y hacer lo posible para apaciguar o solucionar; solicitan una habitación preparada según desean ellos. Todo prepara de entre los cuatro ingresan tres; pasaron unos minutos, todos estuvieron a la expectativa, también salieron diríamos volando; se van de la casa casi corriendo; apenas escucharon decir: “no se puede, es imposible”.

Otra idea o costumbre de antaño: a los espíritus malignos hacen escapar la vaca con su cría, tienen la vaca y su becerro amarrado a un poste en el patio central, está tranquila unos cinco minutos pasa dos los cuales se pone nerviosa, mira a todos lados, jala y jala la cuerda, al final la arranca y huye despavorida hacia el huerto, otro intento fallido; todos cabizbajo y pensativos, también hemos fracasado.

La lucha continua, el panorama sigue siendo el mismo, dentro las habitaciones van cayendo pedazos de ladrillos, tejas, piedras y otros.

Hacia el Oeste del patio existe una pared o muro de un metro de alto y es de piedra, de detrás de esa pequeña pared emerge una piedra por el aire, se dirige hacia la puerta de la sala donde están algunas personas entre ellas esta don Reynaldo, sorprendido observa y corre hacia el lugar de donde proviene porque la piedra impacto en la puerta; se dio la vuelta a la pared y le vimos desplomarse, de inmediato corrieron muchos, encontrándolo en el suelo mirando el cielo, pálido y agitado; alzándolo trasladaron a la sala donde pudo decir lo siguiente: no vi a nadie, solo un aire frio me estremeció y perdí el conocimiento; mi intención fue comprobar quien fue el que arrojo la piedra.

Otro actor por poco víctima, fue don Rafael; ya es noche como siempre lóbrega porque no se cuenta con energía eléctrica, serían las siete y media u ocho, don Rafael está en aflicciones, tiene ganas de ir al baño y como no tiene la casa, se dirige hacia la plaza, en la oscuridad camina a tientas vociferando fuerte: “ya es el colmo, quien eres, que quieres eres de esta vida o la otra”, terminada su última palabra, vino una piedra que chocando en el empedrado hace saltar chispas; ay Jesús no sé qué es, muy apenas y temblando pudo regresar a la sala de donde mas no se movió, hasta se olvidó ir al baño.

Don Carmelo pariente muy cercano a la familia, estuvo más que ninguno día y noche con la familia, lo veían corretear de un lugar a otro

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