ÉTICA Y DEONTOLOGÍA DOCENTE ACTIVIDADES
Enviado por monto2435 • 26 de Noviembre de 2018 • 5.617 Palabras (23 Páginas) • 436 Visitas
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Sin duda, la manifestación más clara de la crisis moral es la desvalorización de la vida humana. Hoy, la vida humana no vale nada para grupos terroristas, narcotraficantes, delincuentes y para grupos de poder económico, militar y político. Y esa desvalorización se expande en todos los niveles de la sociedad. Se termina con la vida de miles de seres humanos con tanta facilidad y crueldad por conseguir fines personales o grupales. En la II Guerra Mundial, Hitler asesinó miles de personas de manera cruel y no podemos decir que tales métodos hayan acabado. Todavía está en la mente de muchas personas los asesinatos en los gobiernos militares de Chile y Argentina, jóvenes y adultos, hombres y mujeres que resultaron sacrificados por la «seguridad nacional». Pero no sólo de esa forma se desvaloriza la vida humana, sino cuando organismos financieros internacionales condenan a la miseria a los pueblos para que puedan pagar una deuda externa que los pueblos nunca adquirieron ni los benefició. Una de las salidas más humanas es cambiar la deuda externa por gastos de desarrollo, propuesta denominada «la vida antes que la deuda», promovida por el Papa Juan Pablo II, lo cual significaría que se tendría más en cuenta la vida de los seres humanos antes que las ganancias.
- ¿Cuáles son sus características? Cite ejemplos actuales.
Se podría señalar diversas características de la crisis moral contemporánea, pero creo que cuatro son las más relevantes: la globalización de la crisis, la crisis permanente, el peligro de extinción de la especie humana y la fragmentación de la vida humana.
- Crisis generalizada
Las diversas manifestaciones de la crisis moral no son expresión de un país o región, están presente en todo el mundo. Y es que al extenderse la cultura occidental por todo el planeta, también ha globalizado sus problemas. Por lo que esta crisis moral no es hoy día una crisis localizada sino generalizada. La generalización de la crisis moral también significa que lo que está en crisis no es sólo un aspecto de la vida humana —el aspecto moral—, sino que expresa la crisis del ser humano. La moral no representa un sector entre otros de la vida humana, sino que es la base de toda la vida humana. Por eso, podemos decir que la crisis moral es la crisis de toda la vida humana.
- Crisis fuera de control
Uno de los rasgos más sobresalientes de la vida contemporánea es su continua crisis moral, especialmente a partir de las dos guerras mundiales. Hoy la crisis moral no es un simple tránsito hacia algo mejor, existe una incertidumbre del futuro lo cual alimenta la continuidad de la crisis. La crisis moral actual va a la deriva, como un movimiento que parece que nadie puede detenerlo, un flujo fuera de control. Los países desarrollados quizá puedan controlar algún aspecto
- ¿Cuáles son las causas? Cite ejemplos actuales.
Causas de la crisis moral
Vamos a considerar tres causas de la crisis moral contemporánea, las cuales son: el egocentrismo, la sobrevaloración de la subjetividad y el nihilismo. Tres aspectos interrelacionados que se producen y alimentan mutuamente.
- El egocentrismo
Con egocentrismo queremos señalar la sobrevaloración del sujeto, del individuo, del «ego», por paite del pensamiento, hasta el punto que nos identificamos con esa sobrevaloración, desarraigándonos de nuestra comunidad y nuestra existencia natural. El egocentrismo es la forma como el hombre modemo.se entiende a sí mismo, como «ego», centro de lo que piensa, quiere o hace. Es el fantasma en la máquina que dirige lo que somos y hacemos.
Sin embargo, la idea de un «yo» es producto del pensamiento. El «yo pienso» oculta un error: confundir el pensamiento del «yo» con la realidad. El ego es una construcción del pensamiento que cobra autonomía. Y es ilusión de entidad se sostiene por el lenguaje. Nuestro lenguaje, medio que tenemos para comunicamos con los otros seres humanos, está estructurado en sujeto, verbo y predicado. Pero eso que tiene una I unción de comunicación ha terminado siendo la realidad.
Este mito de la auto identidad tiene consecuencias tanto personales como sociales. Personales porque nos hace creer ilusamente que podemos controlar nuestro mundo interior, que el «yo» puede dirigir la vida en la dirección que crea conveniente. Pero lo que ocasiona es un gran desorden en el mundo interior: pensamos una cosa y sentimos otra; desorden y contradicciones en el mundo de los pensamientos y de los sentimientos. Socialmente el mito de la identidad nos hace creer que podemos vivir desde y para nuestro mundo, así el mundo exterior (los otros seres humanos y la naturaleza) resulta sólo un medio para realizar nuestros intereses. Pero estos mundos propios, como lo llamaba Heráclito, ocasionan un gran conflicto social, porque a pesar que nos engañemos el mundo sigue siendo uno solo y lo que hagamos cada uno tiene repercusión en la sociedad, en la humanidad.
El mito de la identidad de la cultura moderna también tiene otras connotaciones sociales. El «yo» no sólo es una ilusión individual, sino grupal, el «yo» cobra una vida propia y tiende a expandirse. Así, el «yo» se expresa en la identificación con la nación, el partido político, la institución militar o económica, los grupos juveniles de diversa índole, grupos religiosos, etc. Y ese «yo» nos predispone a estar a la defensiva para salvaguardar la supuesta identidad. Y de esa manera, grupos que pueden tener alguna función en la sociedad, terminan produciendo más desorden social. La nación, la patria, es un concepto abstracto que no existe en la realidad, las fronteras son creaciones mentales de ese «yo» social, creaciones que se materializan, pero no son creaciones naturales. En lugar de dar seguridad a sus integrantes, la idea de nación termina siendo un impedimento para ver al otro (que no es de mi nacionalidad) como ser humano, creando así odios, enemistades y conflictos permanentes. Y así sucede con los otros «yo» sociales.
Los actuales líderes de Israel, y un segmento de la sociedad israelí, están atrapados en una lógica idiosincrática de miedo y egocentrismo. Todo esto observado por una población indefensa y desvalida que vivencia los casos que, aunque terribles, como parte de una locura rutinaria.
EL FRACASO DE LA GRAN PROMESA
Lo grandioso de la Gran Promesa, los maravillosos logros materiales e intelectuales de la época industrial deben concebirse claramente
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