Década de 60 “Rebelión Cultural”

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Crisis de los sujetos sociales históricos: La clase obrera, que había cobrado poder con el capitalismo, empieza a perderlo, pues se aplacan los movimientos sindicales, la clase obrera deja de crecer en calidad y en cantidad.Crisis de la sociedad del trabajo: Ya no existe una sociedad basada en el constante aumento de sus fuerzas productivas. Hay menos empleo y mayor productividad, dada por la reconversión tecnológica y el reemplazo del trabajo humano por el de máquinas que producen más a menor costo. Hay un disciplinamiento social dado por el miedo de perder el trabajo estable o de ser incapaz de ingresar al mercado laboral.Crisis de las formas burguesas de lo político y la política: Hay una crisis de la capacidad de actuación de la forma tradicional de “partido político” y de las formas de representación, junto con las capacidades de persuasión, de las posibilidades de diferenciarse unos de otros. Actualmente ocurre que cualquier partido político que pareciera tener ideas distintas, una vez que accede al poder, termina haciendo lo mismo que su predecesor, por lo que no existen diferencias, hay una indistinción de partidos políticos.Actualmente existe una gran corporación capitalista que maneja el mundo, que son los sectores que deciden las políticas, sin atender a las preocupaciones o políticas de los Estados. Hay una oferta y demanda de “mercaderías políticas”: es más importante la imagen que la plataforma política en si (Marketing político).

Crisis de reconversión tecnológica: la tecnología produce un quiebre en las lógicas productivas y desactiva las tradicionales líneas de inversión, producción y ocupación laboral. El hombre es reemplazado por máquinas, hay una globalización del capital financiero que va más allá de la posibilidad de que los Estados intervengan para regularla.

Instrumentación cultural: Manejada por los poderes del capital que tienen la posesión del mensaje de las masas, la información, la publicidad, la ficción, el entretenimiento, para la sociedad. Aparece la “cultura de consumo” que tiende a homogeneizar las sociedades, globalizándolas. Su objetivo es la búsqueda de homogeneidades universales: un pensamiento único, que todos coman lo mismo, se vistan igual, sometiendo la vida de los sujetos a las estrategias de marketing.Crisis de los grandes relatos (ideologías): Para subsistir las ideologías necesitan reformularse y reconceptualizarse, pues los factores han ido modificándose.

El neoliberalismo, aporta constantemente a que la identidad de los individuos que habitamos este planeta sea agrietada, es promotora de la destrucción de cualquier prototipo de idea racional que pueda surgir.

Hoy en día la ideología constructiva y contestataria de la década del 60 están afectadas por una falta de pensamiento concreto y político, haciendo que un capitalismo de mercado voraz maneje a su antojo al mundo en sus cuatro puntos cardinales.

Se escucha solamente hablar de nuestro presente en el cual somos participes de una “revolución informática”, de cambios constantes de la tecnología lo cual trae con ellos aspectos negativos como sabemos, la pérdida de puestos de trabajo, el ser individual y apático a su entorno social, una subjetividad que deja de ser propiamente nuestra, sino que es manejada por los medios masivos de comunicación, los cuales nos dicen que comer, que ropa usar, que este a la moda, y como interpretar la sociedad con informaciones que a veces son tergiversadas para que no entremos en pánico y porque no, desvalorizarlas cuando en realidad su contenido es importante.

Un mundo materialista nos rodea donde el amor y solidaridad por el prójimo no es algo que nazca por voluntad propia sino que en ocasiones es para quedar bien o alguna redituación política.

La cultura del trabajo que con responsabilidad y sacrificio obtiene un capital para las necesidades básicas de nuestra zona de confort, hoy está representada por un consumo efímero de tecnologías para la juventud actual, logrando como base, créditos personales o pago en cuotas con tarjetas de crédito, lo que a su vez tiene su tendencia negativa, no solo que está atado a ella y no razona, sino al revés de la trama del consumismo, lo cual el engranaje principal de todo es la falta de trabajo, de oportunidades, de perspectivas, etc, que cada vez se hace más presente en esta sociedad actual.

La tecnología ya no es una utopía, sino que se convirtió en una amenaza, no sabemos hacia donde nos llevará esta metamorfosis cultural, social y económica de la cual somos participes.

A principios del siglo XX distintos sectores se preocupaban por el devenir de la historia e intentaron darle una solución a partir de nuevos modelos ideológicos, utópicos, reformistas o revolucionarios frente al apogeo de la modernidad de ese entonces, la cual era constante.

Hoy miramos desentendidos y dejamos de lado toda postura crítica que estamos en condiciones, si quisiéramos podríamos hacerla florecer, porque tenemos autoconsciencia de hacerlo.

Los medios masivos, opaca la brillantez de nuestra mente y apela a la confusión de nuestro sentido racional-pensante limitando la capacidad de desarrollar proyectos relacionados a un cambio para mejorar nuestras expectativas de vida.

Existe una falencia del sentido crítico y un compromiso con el medio que habitamos destruyéndolo cada día un poco más porque no son los otros solamente los que hacen el desarreglo global, sino que somos todos integrantes de este desmembramiento continuo permitiendo o ignorando lo que sucede en nuestro medio circundante. Nosotros podemos fomentar y alimentar este sentido tomando los conocimientos y aprendizajes de las experiencias de vida anteriores, como base para crear una nueva consciencia subjetiva y nuevas utopías, el ser pensante tiene sentimiento y voluntad de hacerlo pero no lo ejerce en su totalidad.

Podemos citar éstos fenómenos socioculturales dentro del plano de la modernidad.

El inicio de la posmodernidad, parte de las manifestaciones de vanguardia y de los distintos movimientos revolucionarios que surgieron precisamente por la crisis de la modernidad a fines de la década del 60. Es considerada por algunos teóricos como una actitud de indignación moral ante los excesos y desastres provocados por un programa inconcluso de la modernidad; se sostiene que tuvo su término aproximadamente en los “90”, donde el contexto social ingresaba en la era de la informática. Este debate Modernidad-Posmodernidad va a desarrollarse en lo cultural, ideológico, sociológico.

El mundo está globalizado en una posición incapaz de enfrentar al mundo que nos toca vivir. Hoy es