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El nacimiento de la Literatura Mexicana en el siglo XIX

Enviado por   •  11 de Marzo de 2018  •  2.165 Palabras (9 Páginas)  •  464 Visitas

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Lo anterior, dice, permitió publicar obras que antes hubieran sido inconcebibles por sus dimensiones. Un ejemplo, acota, es La Comedia Humana, de Honoré de Balzac, que por ser un proyecto voluminoso sólo podría ser publicada en el periódico.

Esta nueva relación de lector dio a los escritores la capacidad de ser independientes. “Por primera vez vivían de su trabajo y dejaron el patronazgo que los limitaba, ya fuera del rey, el conde o duque e incluso de los empresarios. Fue el nacimiento del público lector y, en consecuencia, la construcción del escritor profesional”.

Aunque hubo otro camino, “Éste fue definido por los escritores de oposición, quienes lucharon contra los valores establecidos y rechazaron ese universo del autor y público mediante los periódicos. “Son espíritus contestatarios cuya literatura obsesiva y crítica no buscaba esa relación. Entre ellos estaban el poeta Charles Baudelaire y quienes iniciaron las vanguardias artísticas en el XIX y que tuvieron su auge tras la Primera Guerra Mundial”.

Otra de las características de los autores del siglo XIX, añade, es la conciencia de la escritura: crear una literatura como reflexión para pensar en la literatura, lo que era algo muy moderno. Además de un viraje en la posición del escritor ante el poder y la sociedad. El primer caso es el de Émile Zolá, quien amparado en su prestigio moral toma partida en una discusión pública que no tiene que ver con su oficio. Dice en una carta publicada en el diario L’Aurore el 13 de enero de 1898 y titulada J’accuse…! (¡Yo acuso!): “Señor presidente M. Félix Faure , el capitán Alfred Dreyfus es inocente, no se vale que esté preso. El honor de Francia no puede pasar por la libertad de un inocente”.

Ahí nace la idea del escritor comprometido, agrega Ricardo Cayuela.

En América se vive el nacimiento de las repúblicas independientes, donde la profunda división entre conservadores y liberales se centra en la definición del estado, pero también abarca a la literatura con escritores que incursionan en la escena política y social.

Tras la guerra de Independencia, México no logra la estabilidad. Hay desigualdad social, analfabetismo, enfermedades y se proclaman dos constituciones, en 1824 y 1857. En ese contexto tenemos el desarrollo de una literatura nacional, en buena parte, moralizante con una cara didáctica que corresponde a esta necesidad de construcción de la nación.

Y es una conformación de las letras nacionales con varias etapas: la primera es la poesía, porque hay que exaltar los ánimos patrios durante y tras el fin de la guerra de Independencia, pero después están los eventos políticos y bélicos: viene la separación de Texas, luego la Guerra de los Pasteles, la Guerra de Reforma o de Los Tres Años, la Segunda Intervención Francesa y el arribo de Maximiliano de Habsburgo, para el Segundo Imperio, con el cual se buscaba unir a conservadores y liberales.

La intención sería vana y la solución llega con Benito Juárez y la República Restaurada. Hechos que marcan el rumbo de la literatura mexicana.

Con el regreso de Juárez, Ignacio Manuel Altamirano dice que se deben escribir novelas porque es el medio para educar a las masas y entonces se convierte en el género predominante en México. “Propone una literatura nacionalista, propia, que se fije en el paisaje, las costumbres y la lengua. En ese camino, José Tomás de Cuéllar señala que la función de la literatura es civilizar, “porque según sea el grado de avance en la literatura, es el grado de avance de civilización”.

También Cuéllar, con Vicente Rivapalacio, empiezan con la novela histórica o costumbrista y Altamirano edita Clemencia. Así, añade, poco a poco tenemos obras hechas por mexicanos, lo que sería la consolidación de la literatura nacional.

En Clemencia, Altamirano muestra a un muchacho moreno y nacionalista, pobre, pero es el héroe, frente a uno guapo, más güero pero que termina siendo el traidor. “Exaltaba el honor y repudiaban la traición: el mensaje moralizador”.

Mientras que por medio de la crónica y ensayo, publicados en los periódicos, está claro que se tiene comunicación con la sociedad y ayuda a la construcción de esa sociedad, más avanzada y moderna. Mientras que el género del cuento es el mejor formato para los escritores y los periódicos por su mensaje en pocas palabras.

Y ahí estaban escritores como Altamirano, Gutiérrez Nájera, Manuel Payno, Justo Sierra, Ignacio Ramírez, Amado Nervo, Pedro Castera, Francisco Bulnes, Guillermo Prieto, Ramón López Velarde, Emilio Rabasa, José Joaquín Fernández de Lizardi, Federico Gamboa, José Manuel Othón, Manuel Acuña, Enrique González Rojo… y muchos más que construyen la literatura nacional.

PUBLICACIONES

Ricardo Cayuela comenta que la DGP tiene dos colecciones sobre escritores del siglo XIX: Cien de México y Cien del Mundo, que son obras de escritores de ese siglo tanto nacionales como del mundo

“La idea es terminar el sexenio con 300 títulos, pero quizás es demasiado ambicioso. Lo que haremos, seguramente, es imprimir 250. Para esto, nos centramos en este año y medio (2013 y 2014) en el siglo XIX y luego vamos a ir hacia atrás”, añade.

En las colecciones ya se tienen obras de Gutiérrez Nájera, Guillermo Prieto, López Velarde, y otros autores que no se conocen mucho, pero que vale la pena rescatar. “Entonces es una colección de clásicos que pone a circular a escritores que no están tan valorados y creo que merecen una segunda oportunidad. Tienen mucho qué aportar a la discusión actual, como es el caso de La mina y los mineros, de Pedro Castera”.

Cada uno de los títulos, añade, no tiene un trabajo de introducción, “sentimos que eso es para otros tipo de lectores más especializados, además de que genera muchos problemas de derechos y de atraso de cómo conseguir el contrato con cada prologuista, su pago. Al mismo tiempo, creemos que no debe haber intermediarios entre el lector y el clásico”.

Sin embargo, explica que se cuidaron mucho las contras, “queremos que sean muy informativas, que ubiquen rápidamente al lector en la época en el autor y la importancia del texto y por qué leerlo hoy. Y en solapa hay una breve biografía del autor. Ya están, por ejemplo, Francisco Bulnes, Justo Sierra, Federico Gamboa, Emilio Rabasa, Julio Verne, Manuel Payno, del cual se va a publicar, próximamente, El festón del diablo”.

Explica que estos libros editados por la DGP ya están en formato digital e impreso y se puede adquirir en las dos modalidades.

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