“La Familia, fuente de amor y alegría”
Enviado por Mikki • 13 de Junio de 2018 • 2.704 Palabras (11 Páginas) • 436 Visitas
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En el nombre de Jesús, ese hijo que clama a su padre Abad, ¡Oh! Mi querido papá que se retira a solas a orar para poder continuar con su misión de ser el salvador del mundo. Así tenemos que hacer nosotros como hijos de Jesús clamar a su Padre en todo su tiempo su presencia.
Y de ese espíritu Santo, que está presente en todo, que todo lo transforma, ilumina, cuida, que es el huésped de nuestra alma y que mueve y quita toda mancha.
Hermanos, hermanas:
Jesús está vivo entre nosotros y lo podemos ver en nuestro buen pensar, sentir y actuar, es verlo en el rostro del humano.
Todo esto se consigue a través de salir al encuentro con Jesús, a través de vivir su palabra, esa palabra que es viva y eficaz, que tengo que leerla: invocando al Espíritu Santo.
- Saboreándola gozosamente.
- Meditándola cordialmente y aplicándola haciéndola vida.
Porque esa palabra es como:
- Lámpara que ilumina tu camino.
- Pan que alimenta tu alma.
- Ruta que te conduce a la salvación y a tener vida abundante como dice en Juan 10-10.
El ladrón solo viene a robar, matar, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud.
No le entregamos nuestra familia al enemigo, vamos a tener familia en las manos de Dios, como hizo María.
Hermanos, en el libro de la exhortación apostólica del Santo Padre Francisco dique que la biblia está poblada de familia de generaciones, de historia, de amor y de crisis familiar, desde la familia de Adán y Eva con sus vivencias, llenas de violencias, pero también con la fuerza de que la vida continua.
En Génesis 4, 1-17, se ve como es la relación de Caín y de Abel, donde Abel recibe el favor de Dios, Caín se pone furioso y mata a su hermano pensando que nadie se dará cuenta, pero el Dios que todo lo ve, lo bueno y lo malo como dice en proverbios, le preguntarán ¿Dónde está tu hermano? Y eso nos preguntará el señor a ti y a mí ¿Qué de tu hermano?
Medita esta pregunta y respóndele al Dios del amor.
Un minuto de silencio.
La familia de Caín creció y finalmente invocaron el nombre de Dios.
Hermanos, la confesión hace que el hombre vuelva a la luz.
La confesión es más poderosa que el enemigo, hace que el hombre vuelva a la luz y a la gracia de Dios.
Vamos en este momento aponernos de pie, levantar nuestras manos y cantar el Padre nuestro, para encomendar a nuestra familia para que podamos vivir alegre con la familia que tengo y la que puedo darle amor, ayudar, levantar, edificar en el nombre de Jesús y María dulce compañía.
Hermanos lo que da lugar al matrimonio, el Santo Sacramento del matrimonio, nos lo muestra la cita bíblica Mateo 19, 4-5.
No han leído que el creador los hizo hombre y mujer y dijo el hombre dejara a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los de una sola carne.
Y en esa unión ya inicia la familia, esa familia donde los padres se convierten en los primeros maestros de la fe para sus hijos.
Los padres, tienen el deber de cumplir con seriedad y amor su misión educadora y los hijos a honrar a su padre y a su madre.
El respeto es básico entre las familias.
Los hijos crecerán con valores vividos en la familia y luego tendrán sus propios intereses como los tuvo Jesús.
De ahí que tenemos que encomendar momento a momento a la familia en las manos del Padre y bendecirlos a cada uno con nombre y apellidos, aceptarlos, perdonarlos y estar ahí, así como el Padre a la puerta esperando para darnos lo que necesitamos cada uno.
En la familia se vive todo tipo de momento, momentos alegres, de luz, momentos tristes, de sombras, pero con la mirada puesta en Jesús, en su amor y misericordia es posible una buena convivencia.
En Filipenses 4,4 dice:
Alégrense en el Señor en todo el tiempo, les repito alégrense y den a todos muestra de un espíritu muy comprensivo.
Hay que alegrarse.
María cuando supo que su prima Isabel
Iba a tener un hijo, que iba a ser madre salió, se puso en camino, se involucró y se alegró junto a esa pareja de Dios, Zacarías e Isabel y en esa cita se ve la mano de Dios porque para Dios no hay nada imposible.
Repítalo, para Dios no hay nada imposible.
María salió en apoyo a su prima y eso tenemos nosotras que imitar, alegrarnos y apoyarnos mutuamente. Como familia y a apoyar a otras familias.
En la familia tenemos que imitar a Jesús ante cualquier situación preguntarnos
¿Qué haría Jesús en mi lugar?
Los que tenemos que hacer es;
Pisar las pisadas de Jesús siendo amorosos, compasivos, sensibles, misericordiosos con los demás.
Jesús hacía vida sus palabras, practicaba lo que decía y en Gálata 6,2 dice; “Lleven las cargas unos de otros; la carga de esa manera es más ligera, más llevadera.
Hermanos, Jesús es nuestro pastor, se compadece de nosotros, sus hijos, de igual forma los padres son los pastores, guías de sus hijos, imitemos a Jesús, que ninguna oveja se pierda.
El señor quiere que cada uno se ponga al servicio de los demás, el don que ha recibido, ser papá, mamá es un don que Dios nos ha regalado, practiquémoslo con amor y con alegría, eso es la familia, fuente de amor y alegría.
En 1ra. de Pedro versículo seis dice, estén alegres, aunque en algún tiempo tengan que ser afligidos con diversas pruebas.
Hermanos todo pasa menos el amor de Dios y su palabra.
Repitan Señor creo en ti, pero aumenta mi fe.
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