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La Gran Dolina (Complejo arqueológico de Atapuerca).

Enviado por   •  18 de Septiembre de 2018  •  5.156 Palabras (21 Páginas)  •  291 Visitas

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Todos los niveles salvo TD1, TD9 y TD11 son fértiles; se han localizado elementos arqueológicos en TD4, TD5, TD6, TD7 y TD10 y paleontológicos en todos ellos incluso en TD2, TD3 y TD8.

El nivel TD1 está constituido por sedimentos laminados de arcilla de color marrón oscuro y arqueológicamente es un estrato estéril, su datación es de 0.99-1.07Ma (Pérez González et al., 2001). El nivel TD2 está compuesto por grandes bloques y gravas angulosas de roca caliza y pertenece a la fase endokárstica durante un clima templado según datos paleoclimáticos.

En cuanto al nivel TD3, comienza con una fase sedimentaria en la que la cavidad se abre al exterior y los depósitos se relacionan con las condiciones exokársticas, el nivel tiene un espesor de 30 cm y posee abundantes fósiles de microvertebrados, parece ser que este nivel pertenecía a un clima también templado pero más húmedo. En TD4 encontramos una alternancia de lutitas rojas y de brechas y bloques angulosos de caliza, su espesor es de 110-130 cm y este nivel se puede relacionar con una transición climática de un clima frio (pate inferior) a uno cálido (parte superior); también se han encontrado abundantes restos de fauna y escasos elementos líticos pero apreciables por su antigüedad.

Siguiendo con el nivel TD5, está compuesto por pequeñas gravas angulosas, cantos calcáreos, lutitas rojas, conglomerados en forma de cuña y en la parte superior se localiza un conjunto de arcillas de color marrón claro; su espesor es de entre 140 y 340 cm, existen restos de presencia de fauna y de industria lítica. Climáticamente, este nivel se formó en un clima frio continental y húmedo.

El nivel TD6 tiene un espesor de 240 cm en el sector oeste y 210 cm en el este, se constituye básicamente por conglomerados calcáreos, cantos y gravas de caliza; este nivel se desarrolló en un paisaje abierto a formaciones vegetales de tipo dehesa, monte bajo y bosques galería[1]. Contiene abundante industria lítica y, en su nivel más superior, encontramos restos humanos del Pleistoceno inferior final definidos como una nueva especie denominada Homo antecessor, que elaboró un repertorio de industria lítica, consumió fauna y practicó el canibalismo (evidencia más antigua documentada en el continente europeo).

En el nivel TD7 podemos encontrar calcarenitas, gravas gruesas y escasos cantos depositados por la acción fluvial, tiene un espesor máximo de 200 cm que se divide en cuatro subunidades estratigráficas pertenecientes a un clima cálido o templado donde se han encontrado, en conexión anatómica, restos de un Praeovibos priscus (vertebrado del Plioceno superior) y una pieza de industria lítica. La datación de todo el nivel es de 960.000+/-120.000 años (Berger et al., 2008).

En cuanto al nivel TD8, está formado de bloques, cantos y conglomerados calcáreos, también por una superficie de lutitas con zonas muy carbonatadas. Posee un espesor de entre 520 y 260 cm, y en él, encontramos abundantes restos faunísticos pero ninguna actividad antrópica; gracias al estudio palinológico sabemos, que este nivel, se caracterizaba por un clima cálido o templado dentro del límite entre Pleistoceno inferior y medio. La datación de TD8 es de 602.000+/-52.000 años (Falguéres et al., 1999).

TD9 llama la atención por ser un nivel fino, con una potencia media de entre 25 y 40 cm; se constituye por excrementos de murciélago, arenas amarillo-rojizas y cantos calizos. Desde el punto de vista arqueológico es un nivel estéril y pertenece a un clima cálido o templado; su datación es de 480.000+/-130.000 años (Berger et al., 2008).

A partir de este nivel e incluyendo el nivel TD10 nos encontramos ante un desprendimiento y un desmantelamiento de una parte del techambre en la parte noroccidental lo que hace que el nivel se subdivida en dos subniveles. El primer subnivel, tiene un espesor aproximado de 250 cm y sus sedimentos denotan una composición a base de fragmentos de gravas heterométricas y angulares, arcillas y bloques procedentes del desprendimiento del techo y las paredes. Arqueológicamente hablando es un subnivel también estéril y su datación es de 337.000+/-29.000 años (Berger et al., 2008). El segundo subnivel es más interesante ya que cuenta con tres conjuntos arqueológicos derivados de restos faunísticos con claro signo de intervención antrópica e importante industria lítica (Rosell, 2001: 173).

El TD11 es el nivel final y supone la colmatación de la cavidad, tiene un espesor máximo de 300 cm y las dataciones lo han enmarcado cronológicamente con una antigüedad de entre 198.000+/-19.000 años y 240.000+/-44.000 años (Berger et al., 2008).

3- Materiales arqueológicos más relevantes

Según los datos actuales, Gran Dolina se abre por primera vez al exterior hace aproximadamente 1 millón de años, durante un periodo en el que el clima imperante era relativamente más frío que el actual. En aquel momento se produjo un derrumbe del techo de la cavidad, lo que propició que ésta empezara a rellenarse con sedimentos procedentes del exterior. Esta dinámica continuó casi ininterrumpidamente hasta su colmatación total. Los osos de la especie Ursus dolinensis[2] aprovecharon la nueva entrada para introducirse en la cueva y utilizarla durante su hibernación. Pero el nuevo agujero también representó una trampa natural para algunos ungulados de la sierra. En el nivel TD4 se han documentado restos de rinocerontes, Eucladoceros, bisontes y caballos, entre otros ungulados, que cayeron por la sima recién formada y que murieron en el interior de la cueva. Entonces, carnívoros tales como jaguares, hienas y los antepasados de los lobos, usaron la cueva para carroñear los cadáveres. En TD4 también se produjeron las primeras ocupaciones humanas, las cuales estuvieron relacionadas con visitas esporádicas para aprovechar los cadáveres de los herbívoros caídos (Arsuaga et al., 1993 & 1999; Bermúdez de Castro & Rosas, 1992).

Poco a poco la trampa fue perdiendo eficacia, pero a cambio, fue ganando interés para las hienas. En los niveles TD5 y TD6 se desarrollaron numerosos cubiles de estos animales. Esto no impidió, sin embargo, que los grupos humanos de la zona continuaran visitando ocasionalmente la cavidad, quizás en busca de refugio, durante sus desplazamientos por el territorio. Las ocupaciones humanas fueron ganando en intensidad hacia el final del periodo (techo de TD6), en un momento en que el clima parece haber sido incluso más cálido que el actual. Es en ese momento cuando se desarrollaron los episodios de canibalismo que han permitido recuperar más de 150 fósiles de Homo antecessor (Anexo 2), hallados desde 1994 en el nivel TD6

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