“La imagen de la mujer. Transformación germánica hacia el mundo medieval”.
Enviado por Christopher • 3 de Mayo de 2018 • 1.739 Palabras (7 Páginas) • 489 Visitas
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Todos los elementos mencionados anteriormente, jurídicos, económicos, religiosos y sociales, configuraron una visión de la mujer sumisa y obediente al hombre. Más allá de presentarlas como sujetos íntegros y de igual Derecho, se conciben como las acompañantes que prestan ayuda al hombre y por ende con sujeción completa a él. Esta visión amparada en la forma teológica de entender la vida, sumada a la conjugación del Derecho, crea las condiciones perfectas para proseguir una dominación de carácter patriarcal dentro de la edad media.
Ahora bien, las mujeres que corresponderían a un mundo considerado bárbaro, que temporalmente se encuentra en los límites de la edad antigua y principios del mundo medieval. ¿tenían las mismas características que la mujer de la edad media?, ¿Hablamos de continuidades o transformaciones de la mano de elementos religiosos? Para responder estas incógnitas debemos remontarnos hacia atrás para conseguir una mirada de tinte más profundo y holístico de la evolución de la imagen de la mujer.
En la Germania de Tácito y los escritos de Estrabón, se señala a las mujeres germánicas como fuertes, robustas y con gran desarrollo de las habilidades físicas, pero a su vez que hacen uso de joyas y elementos que -según ellos- representan la feminidad. En torno a las actividades de carácter económico, se produce un quiebre con lo que Tácito creía que era la actividad de la mujer[8], pues en las sociedades germánicas las divisiones de los ingresos de carácter económico eran: los hombres se dedicaban a la guerra y el pillaje, en cambio las mujeres se dedicaban a los cultivos y actividades cercanas al campesinado. Además de ser una forma bastante pragmática de concebir la vida en sociedad, se generaba la imagen de una mujer con un nivel de autonomía bastante mayor que las que seguían la tradición grecolatina, podemos percibir que se generaba una igualdad entre hombres y mujeres a pesar de la división de actividades.
En este sentido Mª Rosario Valverde nos ejemplifica las actitudes “viriles” de las mujeres visigodas, como concebían las relaciones políticas, económicas e incluso su ejercicio del poder. “Defienden que el hecho de ser la viuda del rey hacía de ella la legítima depositaria del poder regio y le daba la facultad de transmitirlo por vía matrimonial, lo que habría hecho Gosvinta casándose con Leovigildo”[9]. En la cita anterior, se evidencia que el poder se ejercía tanto por hombres y mujeres cuando estaban en la realeza, más allá de la necesidad de ser sucedidas, las reinas podían ejercer el poder ellas mismas y sin necesidad del rey. Esta condición reafirma la igualdad entre hombres y mujeres en los pueblos germánicos.
Un tema a destacar de la mujer germánica es la capacidad de proseguir con la configuración de su identidad, esto en función de las tradiciones que estos pueblos tenían. El resguardo de la memoria histórica, el sacerdocio femenino y las iniciaciones de los varones en lo bélico, ponían a las mujeres en un nivel de importancia social similar al del varón, lo cual para Estrabón y Tácito era no usual.
“Estas mujeres demuestran participar activamente en su entorno social, contribuyendo a la supervivencia de su pueblo y compartiendo con los varones el poder y prestigio de su grupo familiar, para el que actúa como transmisora del linaje. A pesar de la vaguedad de los datos al respecto, parece que el reparto de actividades entre los sexos en la sociedad germana permitía a la mujer un cierto protagonismo que se traducía no sólo en la probable supervivencia de una serie de rasgos propios de estructuras matrilineales, sino también en una participación femenina especialmente destacada en dos aspectos fundamentales en la vida de una comunidad, son el mundo de las creencias y la guerra, ambos estrechamente unidos a la esencia íntima de un pueblo y su capacidad de supervivencia.”[10]
Ahora teniendo en cuenta todos estos elementos, hay que dilucidar cómo se produce este cambio en la concepción de las mujeres en la edad media. Debemos aventurarnos a comprender que el retorno del Derecho Romano en el siglo XIV, sumado al choque del cristianismo con las tradiciones mágicas y rituales de los germánicos, además de la enseñanza que la iglesia generaba en torno a la tradición cristiana y a su vez la interiorización de todos estos elementos por parte de la sociedad, llevaron a la sociedad medieval a concebir la cultura patriarcal como elemento primordial para su organización, sin importar las concepciones diferenciadas de la mujer como participe íntegro del modelo social. Todos estos elementos entendidos holísticamente explican la transformación de una cultura de iguales hacia una concepción teológica, patriarcal y desigual en función del género.
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