PARCIAL DOMICILIARIO INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA
Enviado por John0099 • 12 de Diciembre de 2018 • 4.569 Palabras (19 Páginas) • 356 Visitas
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La elaboración de una obra estará atravesada por la experiencia personal del sujeto, su visión y experiencia única como ser irrepetible. Desde la elección del tema, pasando por la elección de los documentos a utilizar y las entrevista que planee hacer marcaran un perfil y una posición ideológica. Todo eso y más forman parte de las condiciones de producción. Es imposible realizar una crítica contundente y profunda separando el resultado del proceso que rodeó la producción de la misma. Un análisis razonable y lógico requiere de todo lo anterior para evaluar el producto científico e ideológico. “Es dentro de está red de condiciones materiales y de determinaciones sociales lejanas y próximas que el historiador toma sus decisiones, no en función de ideas o concepciones fuera de la practica real de la investigación” (FLORESCANO, Enrique. “De la memoria del poder a la historia como explicación”. Pag 125)
El intelectual no es tan libre como parece, está condicionado por las instituciones a las que el Estado delega la competencia para crear y transmitir el conocimiento. La producción de la investigación histórica se da en las universidades, academias e institutos para desde allí cumplir la función social de crear y transmitir el conocimiento. Dependiendo del poder de cada uno de los actores participantes, quién más poder pueda ejercer será quién ponga las condiciones para el desarrollo de ese trabajo de investigación. Siempre es una puja entre el Estado, las instituciones de enseñanza o estratos profesionales. La producción y distribución de las distintas investigaciones para su divulgación dependerá de la autonomía del ámbito académico o que representen o no los intereses del estado.
La investigación y obtención de un resultado requiere de la politización, de la participación de distintas opiniones para lograr el desarrollo de la ciencia social que sea conformada por la pluralidad social que la produce. Mantener la separación de las etapas de producción, o sea, solo hacer visible el resultado del producto para mostrar la ficción de la neutralidad científica convierte a cualquier critica realizada en un análisis pobre e incompleto.
Otra consecuencia de desvincular el trabajo intelectual de sus condiciones de producción, extirpándola de las condiciones sociales y científicas en el cual ha sido concretado, terminan siendo mensajes de historiadores para historiadores, haciendo aparecer a la obra histórica como un producto individual o gremial no social.
3) Atendiendo al recorte de la obra del autor citados desarrolle las ideas contenidas desde una re lectura del rol del Historiador.
El lugar que ocupa el historiador o ha ocupado siempre fue intrincado. En alguna situación se ha prestado él mismo con su trabajo para contar la historia que se quería contar y en otras ocasiones se encuentra siendo utilizado en zonas en las que no le interesa aparecer ligado Pero en éstas coyunturas se conforman con muchos otros condicionantes que nunca se hacen muy visibles.
En los tiempos del paradigma positivista los historiadores eran meros recolectores de información, llevaba adelante un trabajo objetivo, vacío de razonamiento y por lo tanto su trabajo era una historia no cuestionada y de acumulación de datos y documentos. La visión sacralizada que tenían sobre la ciencia Historia produjo un retraso en su avance como tal y la llevaron a una situación de comodidad postergando su crecimiento como ciencia. Las otras ciencias avanzaban cuestionando sus bases y generando nuevos desafíos en sus fronteras de conocimiento. En ese contexto a la historia no le quedo más opción que replantearse sobre como debía estudiarse su materia y que modificaciones debería plantearse sobre aquellos conceptos que le resultaban irrefutables.
Sobre el final del siglo XIX y principio del XX comienza a delinearse y a pensarse la necesidad de una filosofía de la historia. El planteo esencial fue cambiar aquel concepto de la historia como acumuladora de datos y pasar a pensar el estudio del pasado que se vive desde el presente. El proceso de selección y de la correspondiente interpretación por parte del historiador es lo que convierte a un hecho básico en un hecho histórico. Es muy importante la valoración por parte del historiador. Con la evolución a un paradigma subjetivo- objetivo, de la mano de Lucien Febvre y Edward Hallet Carr se le otorgó un lugar más preponderante al sujeto intelectual investigador. Comenzaron a permitirse los análisis y la contrastación de datos, dando lugar al trabajo intelectual y razonado del historiador.
Para Febvre La historia es la ciencia del hombre y de los hechos del pasado humano. Y define a la investigación de la historia como el estudio científicamente elaborado, donde los hombres son el objeto único de la historia, hombres comprendidos en el marco de las sociedades de la que son miembros. El historiador debe plantearse problemas, debe poner a prueba aquello que es afirmado como verdad absoluta y desde la formulación de hipótesis tratar de arrojar luz sobre aquello que está investigando.
Para Carr la historia tiene dos sentidos: desde un proceso social el historiador investiga y estudia los hechos del pasado. Y además se genera un ida y vuelta entre el investigador y los hechos seleccionados, a lo que Carr llama dialogo entre la sociedad contemporánea del que investiga y la sociedad del pasado. Aquel hecho que es seleccionado, habla cuando el historiador recurre a él, y aparece en escena dentro del contexto en que el estudioso lo determina. Por lo tanto, ese recorte realizado sobre la totalidad de todos los hechos ya muestra una intervención del intelectual en su decisión, en elegir y colocar eso que extrajo en un determino tiempo y espacio.
Desde la antigüedad la historia presentaba complicaciones. En principio el pasado ha sido utilizado para explicar la detentación del poder con explicaciones religiosas, filosóficas como por ejemplo los arboles genealógicos, los reinados y cortes. El pasado ha sido aprovechado para fortalecer y reafirmar la autoridad de quienes dominaban, también han sido utilizada para fundar una identidad grupal, colectiva siendo quizás la función social por excelencia.
La historia y el historiador como autoridad crítica tiene frente al relato del pasado muy pocos años de existencia. Con su llegada ha venido a clarificar, para desentrañar aquellos orígenes un tanto ambiguo de las que les otorgaba un lugar de poder a las clases dominantes.
Para Enrique Florescano el historiador es un producto social, resultado de diversas acciones colectivas; y de otra un individuo acuciado por el deseo de superar herencias del pasado
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