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¿Sabemos cómo alcanzar la felicidad?

Enviado por   •  14 de Marzo de 2018  •  3.099 Palabras (13 Páginas)  •  412 Visitas

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En cuanto a dicho cálculo, puede deberse únicamente a la prudencia.

La prudencia en una virtud de la cual nacen el resto de ellas, por lo tanto es considerada como fundamental. Epicuro ve a las virtudes como condición necesaria para la felicidad. Tanto el cálculo de los placeres, como la elección o rechazo de las necesidades se deben a la prudencia, y, por ende, el logro de la aponía y la ataraxia.

Debido a todo lo anterior es que se plantea la necesidad de conseguir la autarquía; así se le denomina al dominio de uno mismo, de los propios deseos. Ésta implica liberarse de los temores y preocupaciones que impiden alcanzar la felicidad.

En la vida cotidiana la sociedad está constantemente intentando de inculcarnos la supuesta necesidad de alcanzar las necesidades o deseos vanos haciéndonos creer que se trata de deseos naturales; Epicuro opina que la sociedad es una ‘’fabrica’’ de opiniones inútiles que nos llevan a creer que un deseo vano es natural y eso es lo que nos impulsa a intentar alcanzarlo; por lo tanto, el hombre debe impedir dicho dominio de la sociedad sobre él, ya que en el momento en el que se deja influenciar por la sociedad, pasa a ser un hombre heterodirigido, es decir, dirigido por otros; a este hombre se le impone un proyecto de vida armado de ante mano que él no elige conscientemente.

Al poder conseguir la autarquía, el hombre logra liberarse de todos esos dominios externos para concentrarse únicamente en sus propias necesidades, es decir, le corresponde llevar una vida sencilla y modesta para poder conseguir fácilmente las necesidades esenciales, ya que estas son las que verdaderamente necesitamos. Por eso, este tipo de vida, lleva al hombre a cuidar la salud de su cuerpo.

Epicuro afirma el carácter sensible de todos los placeres. Plantea que el bien se limita al ámbito del placer sensible (al cual pertenece por ejemplo el placer que da la música, o la contemplación de lo bello; mientras que el gozo espiritual se reduce a la esperanza del mismo placer sensible. Esta conclusión se aparta de su doctrina fundamental que hace de la sensación la guía fundamental de la vida del hombre. Menciona que el bien no es el placer violento, sino el estable de la aponía y de la ataraxia.

No por esto se debe confundir la doctrina de Epicuro con el hedonismo vulgar, ya que tanto el culto a la amistad como la conducta practica de los epicúreos y el entusiasmo de la prudencia se oponen a dicho hedonismo.

Epicuro reconoce que ‘’es mas placentero hacer el bien que recibirlo’’, mostrando así un acto de solidaridad con el resto de la sociedad.

Como bien antes fue destacado, el hedonismo es definido como la concepción ética que identifica el bien con el placer, que pasa a ser considerado como el ultimo fin que persigue la acción humana. Y una de las mayores corrientes hedonistas fue la tratada a lo largo del ensayo, es decir la representada por Epicuro. Pero actualmente el hedonismo ha cambiado.

El filosofo francés Gilles Lipovetsky, plantea que el hedonismo se convirtió en los años veinte, a causa de la aparición de la sociedad de consumo, en el comportamiento general en la vida cotidiana; este surgimiento se da gracias a la revolución industrial que significó la creación de nuevas tecnologías que permiten producir más cantidad de cosas en menor tiempo. Actualmente se difunden a gran escala los objetos considerados de lujo mediante los medios masivos de comunicación, publicidades, modas, etc. Todo eso produce en el hombre la supuesta necesidad de obtener dichos objetos ya que son considerados símbolos de status y se viven como necesidades primarias. El hombre, al querer obtener esas supuestas necesidades acude a gastar su dinero, y, debido a que los salarios son insuficientes para cubrir todos esos deseos, se siente frustrado e insatisfecho.

Como conclusión de todo esto, se dice que el hedonismo se ha convertido en el ‘’principio axial’’ de la cultura moderna. Esta nueva modernidad se considera una civilización del deseo, hoy en día se vive más tiempo, en mejor forma y disfrutando de mejores condiciones materiales.

Además, Lipovetsky menciona los extremos económicos a los que nos sometemos día a día. Él afirma la existencia de personas ricas o personas que viven en la precariedad, lo que se ha vuelto un problema cada vez más evidente. ‘’Las incitaciones al hedonismo están por todas partes (…). Son estos aspectos los que hacen de la sociedad de hiperconsumo la civilización de la felicidad paradójica’’.

El hedonismo actual es muy distinto al hedonismo de Epicuro; hoy en día continuamos con la idea de alcanzar la felicidad, pero la gran diferencia, es que ahora buscamos la felicidad material y no la espiritual. Se cree que por tener un bien material se podrá alcanzar la felicidad, cuando tal vez, otra persona que no posee ese material es más feliz. Eso, lo aprendemos debido a todo lo que la publicidad nos vende (en la imagen 1 se ve muy claramente como hoy en día el ser humano ya tiene una parte de su cerebro destinada a la publicidad). Nos hemos vuelto personas ambiciosas ya que teniendo lo necesario para vivir queremos aún más y más, y así es como simulamos tener una total felicidad, aún sabiendo que de ese modo jamás la encontraremos. Una clara representación grafica la vemos en la imagen 2; ésta representa como hoy en día el ser humano piensa constantemente en los llamados símbolos de status y su ‘’felicidad’’ se basa en eso. Y también en la imagen 3, que demuestra como el poder económico no lo es todo, y por lo tanto, no puede alcanzar la felicidad verdaderamente.

Con todo lo anteriormente mencionado, podemos notar varias ventajas y desventajas del hedonismo actual en comparación con el de Epicuro; hoy en día vivimos más tiempo, de mejor forma y gozando de mejores condiciones materiales, lo que nos hace sentir cierto bienestar. Pero no todos logramos alcanzar dicho bienestar, debido a que muchas veces, y en la mayoría de la población, el poder económico no es el suficiente como para satisfacer todos esos deseos, lo cual termina en una gran frustración y decepción con uno mismo. Además, la sociedad de consumo en la que vivimos, está causando que el ‘’placer’’ se convierta en un vicio, en el sentido de que esa necesidad de consumir constantemente, tarde o temprano termina siendo perjudicial. La siguiente frase del escritor Pablo Neruda expresa muy bien esta idea: ‘’La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos’’. También se ve muy bien reflejado en la frase del personaje ‘’Don Ramón’’ en la imagen 4.

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