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TEMA 6 LA CONTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1869)

Enviado por   •  11 de Abril de 2018  •  1.666 Palabras (7 Páginas)  •  243 Visitas

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4.3 LA CRISIS DEL MODERANTISMO

Los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad política al Estado. Tuvieron que hacer frente a diversos conflictos y a las acciones de demócratas y republicanos.

Los carlistas protagonizaron un nuevo levantamiento en Cataluña “Guerra dels Matiners”, un apoyo de la candidatura al trono del segundo pretendiente carlista, hijo mayor de Carlos María Isidro y conocido como Carlos IV. El régimen encaró estas situaciones por medio de la represión y con la intervención del ejército y de la Guardia Civil. Las divisiones internas del moderantismo y la lucha entre tendencias propiciaron la inestabilidad de los gobiernos: en 1846 hubo tres gobiernos y el año siguiente, cinco. La vida política no se desarrollaba en las Cortes, sino alrededor de la corte y a partir de la influencia de las distintas camarillas que buscaban el favor real o gubernamental, al margen de la vida parlamentaria.

La marginación de las Cortes culminó en la reforma de 1852 por la cual el gobierno de Bravo Murillo, establecía un sufragio más restringido, podía suspender indefinidamente las Cortes y gobernar por decreto. Ello provocó la oposición de un sector de los moderados y acentuó la desintegración del partido en grupos rivales, que se mostraron incapaces de hacer frente a los problemas del país y a la fuerte oposición de progresistas demócratas, cada vez más apartados del sistema.

5 EL BIENO PROGRESISTA (1854-1856)

5.1 LA REVOLUCIÓN DE 1854

La deriva autoritaria del régimen moderado precipitó el levantamiento de progresistas, demócratas y republicanos, y llegó a incorporar algunos sectores del moderantismo. La acción se inició con el pronunciamiento del general O’Donnell. La incorporación de los progresistas al movimiento, que publicaron el Manifiesto de Manzanares, de contenido reformista, desencadenó la revuelta popular en las ciudades con la intervención de demócratas y republicanos y la formación de juntas revolucionarias.

El cambio se hizo irreversible e Isabel II se vio obligada a aceptar el restablecimiento inmediato de la Milicia Nacional y de las libertades, un gobierno presidido por Espartero y con O’Donnell el frente del Ministerio de Guerra, y la convocatoria de Cortes constituyentes, que aumentaba el número de electores de 100 000 a 500 000.

La emergente alianza entre progresistas tibios y moderados avanzados condujo a la formación de la Unión Liberal. Las elecciones dieron una amplia mayoría a progresistas y unionistas. Las nuevas Cortes redactaron una Constitución 1856 “Non nata” que llegó a publicarse.

5.2 LA ACCIÓN DE LOS GOBIERNOS

El gobierno progresista impulsó importantes importantes reformas que dieron lugar a una etapa de expansión económica.

Las Cortes aprobaron una nueva Ley de Desamortización civil y eclesiástica, obra de Pascual Madoz, que afectó a los bienes del Estado, de la Iglesia y, sobre todo, de los ayuntamientos. Con su venta y privatización se consiguieron recursos para Hacienda.

Se aprobó la Ley General de Ferrocarriles, que regulaba e incentivaba la construcción de líneas ferroviarias, y ofrecía amplias ventajas a las empresas que intervinieran en su construcción. Todo ello atrajo a inversores extranjeros, sobre todo FR y UK.

Esta legislación se completó con nuevas iniciativas, como la puesta en marcha del sistema de telégrafo, la ampliación de la red de carreteras, el fomento de las sociedades por acciones y de la actividad bancaria y el desarrollo de la minería.

5.3 LOS PROBLEMAS SOCIALES

El nuevo gobierno tuvo que afrontar graves problemas sociales. Una crisis de subsistencia que afectó especialmente a las clases populares y acentuó el malestar social.

El descontento social provocó también una importante conflictividad obrera, especialmente en Cataluña. Los trabajadores pedían la reducción de los impuestos de consumos, la abolición de las quintas, la mejora de los salarios y la reducción de la jornada laboral.

Aunque el gobierno adoptó medidas conciliadoras, los métodos represivos del capitán de Cataluña provocaron importantes huelgas obreras obreras. La mediación del gobierno permitió la vuelta al trabajo y los obreros formalizaron la petición de una ley que regulase las relaciones de trabajo y la libertad sociales.

5.4 LA CRISIS DEL BIENIO PROGRESISTA

Antes la conflictividad social de los primeros meses de 1856, algunos jefes militares promovieron duras medidas represivas que, amparadas por el ministro de la Guerra, O’Donnell, provocaron el enfriamiento con el gobierno de Espartero, que estaba en desacuerdo. La intervención de la reina en favor de O’Donnell, al que nombró nuevo jefe el ejecutivo, ratificó el cambio y se proclamó el estado de guerra.

La protesta de un grupo de diputados fue insuficiente y se produjeron movimientos de resistencia en defensa del gobierno progresista, con un fuerte protagonismo de la Milicia Nacional. Se impuso la fracción del ejército afecta a O’Donnell, que puso fin al bienio: cerró las Cortes, suprimió la Milicia, destituyó ayuntamientos y anuló la libertad de prensa.

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