AROMAS DE AMOR MARIANO

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Remanso de arte: la inauguración del camarín

Previo al inicio de las fiestas, el viernes 5 de mayo de 1916, a las 16.30 hs. se inauguró el presbiterio de la catedral y se realizó el traslado de la Sagrada Imagen al nuevo Camarín. Era necesario ofrecer a la Sma. Virgen una morada más apropiada y digna. Por ello el obispo diocesano había encargado su construcción al arquitecto Isaac B. Lecuona.

“Mucho antes de la hora indicada para el acto el templo estaba invadido por el público ansioso de contemplar las reformas ejecutadas, y puede asegurarse que la opinión ha sido unánime en el sentido de apreciar la bondad de las mismas.

La impresión que produce el ábside y presbiterio, con sus grandes arcos laterales, con la novedad de los motivos decorativos y el magnífico altar suavemente iluminado por la luz difusa de los artísticos vitraux, es sorprendente. En cuanto a ornamentación puede apreciarse una transformación completa, pues, aunque subsistente la arquitectura en lo fundamental del estilo y líneas generales, se le ha suprimido la pesadez y tosquedad que tenía, adquiriendo un aire elegante y esbelto, sin perder por eso la severidad propia del orden románico.

El Sr. Obispo hizo la bendición de las nuevas obras y de los vitraux; pronunció luego un discurso de circunstancias, terminado el cual trasladó la sagrada imagen al camarín, en donde queda desde este momento definitivamente instalada y expuesta al culto de los fieles.”

El estilo del Camarín presenta algunas variantes con respecto al románico de la iglesia, las líneas son reducidas y delicadas: “son columnas sutiles, lindos capiteles, aéreas arcadas; todo prolijamente ornado con multitud de detalles, que dan al conjunto un aspecto lleno de gracia y primor. Es una obra bella y original, motivo de honor para el artífice que la realizó y de satisfacción para el prelado que la inició.”

Las festividades centrales

Niños y peregrinos en búsqueda de la gracia

Las fiestas solemnes comienzan el domingo 7 de mayo con la peregrinación de Choya, cuyos vecinos, guardianes de la gruta, queriendo ser los primeros, llegan a las 7 de la mañana a la iglesia matriz, llenos de fervor y entonando cantos de alabanza a María. A las 7.30 llegan las alumnas del Colegio del Huerto. Cuánta alegría en esas quinientas personas que en el amanecer de estas solemnidades reciben la sagrada Eucaristía.

La primera matriz que la Venerada Imagen tuviera en San Isidro fue también objeto de reconocimiento en estas fiestas, y el miércoles 10 en horas de la tarde se colocó en el lugar la piedra fundamental del monumento que habría de erigirse, siendo el autor de esta iniciativa el R. P. Antonio Larrouy, Misionero de la Inmaculada Concepción y autor de la Historia de Nuestra Señora del Valle.

También hubo un día dedicado enteramente por los niños a la Santísima Virgen; fue el jueves 11: “día lleno de inocencia y candor; día en el cual se ha presenciado el espectáculo más tierno y conmovedor de todas las fiestas, el de una multitud de niños, santificados, hechos ángeles por la eucaristía, congregados en torno de la cariñosa Madre, haciéndoles la ofrenda de sus almas puras: muy cerca de dos mil se han acercado a recibir la sagrada comunión.”

Durante la misa la comunión se dio “por espacio de más de una hora; durante este tiempo el ánimo de los fieles ha estado en suspenso, atento sólo a tan bella escena; nadie ha podido sustraerse a su atracción, ni ha dejado de sentir el goce íntimo que emana de esa ceremonia, en la cual, como en los días del evangelio, el Salvador está rodeado y se complace con la muchedumbre infantil, a la que tanto amaba.”

En la tarde se realizó la procesión alrededor de la plaza y la consagración de los niños a la Santísima Virgen. “La visión de tantas criaturas, más de dos mil, con sus ramos de flores en la mano y sus blancos tules, cobijadas por los estandartes que flotan al viento, no puede ser más hermosa.”

Luego todos los niños entran en la catedral donde el Pbro. Julio Molas Terán, quien organizara este homenaje de la niñez, explica a los niños el significado de la consagración que realizaban. Luego, en un acto de entrega y fidelidad maravillosos tiene lugar “una escena de singular encanto: fue colocada en el crucero una artística placa de bronce, que los diferentes centros dedicaban a Nuestra Señora del Valle; sobre ella debían los niños, antes de retirarse, depositar sus ramos de flores. A un tiempo todos rompen a cantar; los versos fragantes y risueños del ‘Venid y vamos todos’, interpretados por las voces delicadas, anuncian que el desfile comienza, y, al avanzar, toda la masa infantil levanta sus brazos en alto, mostrando sus ramos, ostentando su rico presente. ¡Instantes inolvidables! Maravillosamente la nave central queda convertida en un animado jardín poblado de suaves cadencias; es como si aquellas almas cándidas, por un milagro primaveral, hubieran de pronto florecido, tornándose pétalos y aroma, para así ofrecerse a la Virgen más bella y expresivamente. Y sigue su marcha el bullicioso enjambre; y sigue cantando; y para que la ofrenda sea completa — de perfume, color y armonía, — a medida que las notas graciosas vuelan de sus labios se enredan en los ramos, y los ramos llenos de música van cayendo sobre el bronce, van colmando las mesas, van desparramándose por el suelo, hasta formar un montón, un gran montón, una enorme pirámide de rosas, de crisantemos, de jazmines, de lirios... ; es el monumento que la niñez ha erigido en estas fiestas, el monumento más significativo en su símbolo, el más grato en su magnífica expresión floral.”

El día siguiente, viernes 12 de mayo, tuvieron lugar las peregrinaciones. “En tren o en coche, a pie o a caballo, por todos los medios y por todos los caminos, aisladamente o en grandes caravanas, los peregrinos van acudiendo continuamente, van llenando la ciudad.” Es un hecho prodigioso para los habitantes de San Fernando el ver como desde las primeras horas de la mañana hasta la noche van llegando en un número tan elevado los fieles de otras latitudes, que no quieren perderse la oportunidad de demostrar su cariño y fidelidad a la Madre.

El movimiento en el templo comienza a las 6.30 de la mañana con la llegada de las asociaciones de la iglesia del Corazón de María, a las 7 llegan los peregrinos cordobeses, a las 7.30 hacen juntos su entrada los devotos de cuatro provincias: Tucumán, Salta, Jujuy y Santiago; a las 8 llegan los vecinos de Valle Viejo, Piedra Blanca, Ambato y Paclín, que se han dado cita