CONTACTO CORPORAL Y SU USO TERAPEUTICO (resumen capítulo 6 Kepner)
Enviado por klimbo3445 • 5 de Enero de 2018 • 979 Palabras (4 Páginas) • 609 Visitas
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- La unidad del cuerpo y el sí mismo. Si vemos al sí mismo y el cuerpo como una unidad intrínseca, entonces cualquier uso del contacto estará dirigido no a “cambiar hábitos” o “realinear partes del cuerpo”, sino más bien hacia el contacto con la persona corporificada. Si tocamos “el cuerpo” y no la persona, y así convertimos a los clientes en un objeto, entonces ¿cómo podemos esperar que ellos restablezcan la aceptación de su sí mismo corporal?
- Resistencia y contacto. Si vemos la resistencia corporal como una manifestación o expresión del sí mismo, el contacto no se usará para romper a ésta ni a la armadura (tensión), ya que esto daría como resultado el rompimiento y pérdida de una función esencial del sí mismo. Más bien se usa para convertir esa resistencia en una expresión consciente, aceptada y plena. Usamos el contacto, para descubrir la resistencia negada y estimular su uso en una acción de relación, o sea, devolverla a un enlace útil con el entorno.
- Énfasis fenomenológico en el contacto. En un enfoque Gestalt del cuerpo, la meta del contacto es aquello que la persona vive como experiencia al ser tocada, más que la producción de un cambio predeterminado. El contacto se usa, en forma de experimento, sea como un apoyo para que los clientes exploren algún aspecto de su naturaleza corporal, o como un experimento en y por sí mismo. En el primer caso, para crear consciencia sobre la manera en que un cliente contiene y coloca sus hombros; en el otro caso, podría explorar con preguntas como: “¿Cómo se siente ser tocado?” o “¿Cómo se organiza usted para recibir mi contacto?”
Como una pequeña guía, Kepner nos ofrece el siguiente cuadro con algunos de los diferentes tipos posibles de contacto y sus efectos terapéuticos:
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El trabajo que usa el contacto como una herramienta de intervención en particular, colocan al cliente y al terapeuta en una posición de insólita cercanía e intimidad. El cliente está literalmente en manos del terapeuta. La distancia física entre cliente y terapeuta es mucho menos que la distancia social regular y requiere que el cliente deje algo de su reserva para permitir el acercamiento del terapeuta. Potencialmente, el terapeuta está en una posición de mayor poder e influencia y el cliente en una posición de mayor vulnerabilidad y apertura que en el encuentro terapéutico común.
Por lo tanto, te invito a crear tu propio código ético, desde tus posibilidades, vulnerabilidad, historia, realidad y la relación con tu propio contacto físico… y hoy es este Diplo, te invito a disfrutar y entregarte a la forma de comunicación más esencial y honesta… ¿te atreves?
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