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Desarrollo historico de la psicologia clinica.

Enviado por   •  21 de Abril de 2018  •  2.352 Palabras (10 Páginas)  •  281 Visitas

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Ahora bien, según el manual CIE-10 la enfermedad médica se define como: Un sistema de categorías a la cuales se les asignan entidades morbosas de acuerdo con criterios establecidos. (OMS, 1992).

Si bien es cierto, no sería correcto afirmar que todo aquello que se denomina como enfermedad mental es falso ya que la mayoría de la psicopatología se relaciona con altas y bajas en los niveles de neurotransmisores y con algunas irregularidades funcionales del cerebro, sin embargo, tratar de buscar una etiología puramente biológica resulta reduccionista y limitante ya que al hablar de la “mente” nos referimos a los pensamientos, emociones, sentimientos y comportamientos del ser humano, es decir, ésta no es un órgano anatómico que podamos visualizar o tocar, por tanto, no se puede atribuir, literalmente hablando el concepto de “enfermedad”, ya que resultaría contradictorio.

La lógica de la categorización así como de la clasificación, es el primer punto que analizaré. Szasz refiere “…Hasta ahora la clasificación de enfermedad, se basó en criterios morales más que lógicos” (Szasz, 1961). Esto se refiere a que los diagnósticos establecidos psiquiátricamente se realizan con el fin de poder normalizar los comportamientos de acuerdo a ciertos parámetros culturales esperados. Considero que a partir de este punto se origina la errónea clasificación de lo que ahora conocemos como enfermedad mental, pues los individuos –en particular los esquizofrénicos- clasifican y agrupan los hechos utilizando métodos que difieren de los que utilizan las personas “normales”, lo cual da la pauta para excluir, de alguna forma, a esta personas que se encuentran fuera de la media poblacional, situación que actualmente ocurre frecuentemente, por ejemplo, quien viste de manera diferente y no de acuerdo con la mayoría de personas es criticado y excluido por el hecho de no compartir los ideales de la mayoría. Por tanto, los diagnósticos psiquiátricos se convierten en etiquetas estigmatizadoras aplicadas a personas cuyas conductas molestan u ofenden a la sociedad. Esta situación demuestra la falta de tolerancia de la sociedad ante las diferencias individuales, es decir, la heterogeneidad y la singularidad humana, y por tal razón estoy de acuerdo con la idea que el autor postula, ya que por el hecho de que una persona utilice diferentes tipos de razonamiento se clasifica de manera excluyente basándose en una perspectiva moralista. Referente a este punto, mis cuestionamientos son ¿Qué de malo tiene procesar de manera diferente la información? ¿Será que en realidad la forma de razonamiento que utilizan la mayoría de las personas es el correcto?

Otro tópico importante es la generalización del concepto de enfermedad que ha surgido a raíz de denominar “enfermedad” a todo tipo de conductas o hechos, incluso hasta los que aparecen naturalmente, tales como las fobias, lo actos delictivos, el divorcio, el homicidio, las adicciones, entre muchas otras. Situación que lejos de beneficiar se ha convertido en un error debido a que al categorizar cierta conducta solo se estigmatiza a la persona y se excluye de manera social. Por tales razones, el autor postula un cuestionamiento muy importante ¿A caso beneficia a los adictos, homosexuales o a los delincuentes el hecho de que se les considere “enfermos”? No existen alteraciones anatómicas o fisiológicas que expliquen tales sufrimientos, sino más bien son problemas cotidianos y conflictos inherentes relacionados con sus pensamientos, emociones, sentimientos y/o comportamientos que más que un medicamento, necesitan apoyo moral, acompañamiento, etc.

Un punto sumamente interesante que enmarca el autor es los posibles beneficios o desventajas que la enfermedad mental representa tanto para el paciente como para la familia de éste, el primero la considera como una especie de solución a las dificultades que se le presentan ya que, encubriéndose en un estado de “incapacidad”, se deslinda de afrontar tales situaciones, es decir, es una forma de engañarse y autocompadecerse para que la vida sea más tolerable. También, las enfermedades mentales dotan de cierta omnipotencia al individuo, ya que a partir del argumento de que la persona está incapacitada para actuar por sí mismo, se anulan o evaden responsabilidades, como es el caso de los asuntos jurídicos. Ahora bien, para la familia del paciente la enfermedad mental simboliza un problema, personalmente considero que son dos causas principales de tal situación: la primera es que culturalmente a lo largo de muchos años, una persona con este tipo de alteraciones no es bien vista debido a la asociación que se hace con aspectos malignos y demoniacos, lo cual ha sido causa de innumerables tratos inhumanos hacía estas personas. La segunda, el tener un “enfermo” a su cargo implica muchas obligaciones que la familia no está dispuesta a sumir, tales como suministrar alimentos y medicamentos en tiempo y forma, etc. Estas responsabilidades son fácilmente evadidas al internar al paciente en algún centro psiquiátrico en donde otros se encargan de éste. Situación que Thomas Szasz cuestiona severamente, pues considera que los internamientos psiquiátricos sean voluntarios, es decir, que la persona busca ayuda de algún profesional, o involuntarias cuando la sociedad es la que demanda la intervención de los profesionales, han funcionado como especie de control para normalizar a la población, deshacerse de lo “dañado”, de lo que “no sirve” y alejarlo de las personas “normales”, es decir, como una especie de confabulación hacia aquellos que incomodan con sus comportamientos anormales. Por tales razones, el autor concluye que si no hay enfermedad mental, tampoco puede haber hospitalización para estas personas. Yo considero que como algunas vez lo refirió Platón, el cuidado estas personas es responsabilidad directa de la familia y no deberían ser castigados por su conducta encerrándolos o privándolos de su libertad, ya que al igual que todos nosotros tienen derechos y deben recibir un trato digno.

Podemos concluir que, muchas de las creencias que surgieron en épocas pasadas están presentes en la actualidad, como que el tener alteraciones de este tipo está ligado con aspectos demoniacos, o que estas personas necesitan ser excluidas, perseguidas, y que necesitan pagar su “condena” por ser “diferente” a los demás, por esta razón, existen los hospitales psiquiátricos en donde se recluyen a éstas personas. También es necesario recalcar que no se puede utilizar el término “enfermedad” para referirnos a los problemas cotidianos que se presentan a lo largo de la vida, pues se patologiza, se excluye, se juzga y se condena a la personas que tal vez debido al contexto en el que se desarrollaron o a las experiencias

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