Dicen que nosotros somos el reflejo de nuestros padres y, de ser esto cierto
Enviado por Albert • 27 de Mayo de 2018 • 1.716 Palabras (7 Páginas) • 454 Visitas
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Con todo lo anterior, me gustaría traer a cuenta la cuestión de cómo influyen sobre nosotros esos mandatos, demandas y proyecciones que recibimos de nuestros padres. Es decir, ¿qué papel juegan estos sobre nuestras vidas y cómo nos afectan? Pues bien, se dice que lidiar con estas cargas “despersonaliza a quién las lleva y lo obliga, ahí en las profundidades de su inconsciente, a convertirse en una extensión de aquel antecesor de quién lo heredó, limitando la propia individualidad” (Chávez, 2002). Esto puede generar insatisfacción con la propia vida ya que no sería raro que se sintiera que no se está haciendo lo que a uno le gustaría, Y es justamente aquella frustración de nuestros deseos y aspiraciones la que nos conduce a una infelicidad sin salida y, en el peor de los casos, a una enfermedad emocional o a algún tipo de trastorno.
Sin embargo, conseguir abandonar estos mandatos no resulta tan fácil como pudiera parecer ya que como bien dice Chávez (2002), si alguno de los hijos se atreve a dejarlos escapar y logra diferenciarse de los padres, suele llevar una sensación de haber traicionado a la familia, lo cual puede llegar a ser reforzado por el resto de los miembros pues al ya no llevar las mismas cargas que toda la descendencia y automáticamente sería como si el ya no fuera perteneciente e esta. Es como si se le excluyera del clan.
A manera de conclusión se podría decir que cuando un padre insiste en llenar a su hijo de expectativas y demandas para que éste haga eso que se supone “debe de” hacer, entonces está proyectando de manera inconsciente en su hijo todos aquellos deseos que él no consiguió cumplir o que espera que su hijo siga cumpliendo por él. Muchas veces los padres intentan cambiar en los hijos todo aquello que no son capaces de cambiar en ellos mismos, es como si de cierta manera los padres solicitaran que cambiaran eso que no les gusta de ellos mismos a sus hijos.
De igual manera, hay que tomar en cuenta que es difícil abandonar todos aquellos mandatos que nuestros padres van depositando sobre nosotros a lo largo de nuestras vidas ya que, nuestros padres representan, de cierta manera, a ese gran Otro omnipotente que nos crea, por lo cual nos sentimos obligados a cumplir con las expectativas que ellos tienen de nosotros. Por otro lado, es importante reiterar que aunque queramos ignorar dichas demandas nos resulta prácticamente imposible, ya que supuestamente quedaríamos “excluidos” de nuestras familias. Digo supuestamente porque esto no puede ser cierto ya que estamos atados a ellas queramos o no puesto que desde el momento en que nuestros padres saben e nuestra llegada van depositando sus propias proyecciones en nosotros.
Aunque pudiera parecer que estas demandas son malas por todo lo que pueden ocasionar en nosotros hay que aclarar que no es así ya que si no las tuviéramos no podríamos establecernos como sujetos puesto que no habría forma de relacionarnos con nuestros padres. Siendo así, podemos se podría entonces pensar que el problema surge cuando no sabemos poner un límite a esas demandas y nos dejamos llevar por ellas, volviéndonos así objetos para cumplir lo deseos de nuestros padres.
Hay que mencionar también que, al ser un reflejo o extensión de nuestros padres encontramos nuestro origen puesto que esto nos sirve como una guía para poder acercarnos un poco más a la respuesta de quiénes somos.
Trabajos citados
Chávez, M. A. (2004). Tu hijo, Tu espejo. México: Grijalbo.
Freud, S. (1909). Un caso de neurosis obsesiva en Obras Completas Tomo X. MAdrid: Amorrortu editores.
Freud, S. (1972). Tótem y tabú en Obras completas Tomo V. Madrid: Biblioteca Nueva.
López, C. (2012, Mayo). Psicoanális México. Retrieved from http://www.psicoanalisis-mexico.com/reflexiones/artmayo012C.html
Rulfo, J. (1955). Perdo Páramo. México: Fondo de cultura económica.
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