ENSAYO - EDUCACIÓN EMOCIONAL PARA LA INCLUSIÓN SOCIAL.

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La función principal del colegio se ha entendido que es la de reforzar los valores que los padres y madres han inculcado en la casa. Y es cierto, pero ¿Qué pasa con aquellos padres quienes lastimosamente, igual que sus padres carecen de esta educación o/y de estas habilidades? ¿Qué pasa con los niños que crecen con padres que carecen de inteligencia emocional? ¿Están condenados a repetir el mismo patrón? No necesariamente. Hay personas que desarrollan resiliencia y salen adelante a pesar de las adversidades. Pero no todos la desarrollan, y ese porcentaje de estudiantes que no lo logran necesitarán de una educación emocional.

La tarea de la escuela es una responsabilidad compartida con los padres de familia. No es solamente un espacio de aprendizajes lógicos matemáticos, es también un espacio para aprender y practicar valores.

La sociedad y la escuela han priorizado los aspectos académicos de los alumnos convencidos de que los aspectos emocionales pertenecen a un plano privado, por lo que cada individuo es responsable de su desarrollo personal. Se deja en las manos del individuo, que por su propia iniciativa, investigue sobre las emociones y busque la manera de cómo manejarlas.

El sistema educativo actual está basado en la época en la que se creía que el conocimiento se adquiría por medio de la repetición. Durante la revolución industrial, las personas tenían que especializarse en el trabajo mecánico, y para aprenderlo, debían repetirlo una y otra vez hasta memorizarlo.

El modelo ha perdurado hasta el momento sin embargo, ya no es útil porque el mundo ha cambiado radicalmente, ha evolucionado y los sistemas educativos se han quedado atrás. No han variado sus programas ni sus objetivos.

Los avances que se han dado en la ciencia y en la tecnología, ha conseguido transformar a una sociedad industrial basada en la producción masiva de objetos, a una sociedad de servicios e información, donde las empresas hoy en día buscan personas creativas y estables que sean capaces de manejar el estrés y puedan relacionarse con sus compañeros.

Gracias a diversos descubrimientos científicos, se ha logrado estudiar mejor el funcionamiento del cerebro (órgano encargado del aprendizaje) y se ha descubierto que las personas no aprenden repitiendo y memorizando, sino haciendo, experimentando, es decir, cuando se emocionan.

Es necesario transformar la escuela. Se necesita de un sistema educativo que a través de una educación emocional se potencie el desarrollo integral de cada alumno. Que se estimule la creatividad y el talento de todos los alumnos individualmente e independientemente de su condición para lograr una inclusión exitosa a la sociedad. [pic 3]

Un buen desarrollo emocional constituye una clave fundamental para la inclusión social, ya que contribuye al correcto establecimiento de las relaciones, a su autonomía, autoestima, solución de conflicto, entre otros.

“Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto.”

- Aristóteles