El YO y la realidad.

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La represión es la marca de este fracaso. Para el pensamiento, la realidad exterior no es la única fuente de displacer a superar. Los deseos constituyen otra, que también debe de ser asumida. Una de las tareas del pensamiento es reconocer los deseos a fin de examinar su compatibilidad con las exigencias de la realidad exterior.

También el mundo de los deseos constituye, pues, una realidad a la que Freud da el nombre de “realidad psíquica”. Si la meta de la educación es adaptar a un niño a la realidad exterior, enseñándole a hacerse cargo de ella, el tratamiento analítico lleva al adulto a reconocer esa otra realidad que son sus deseos.

La subsistencia de un mecanismo psíquico como la represión marca el fracaso de la educación en la tarea de asegurar la completa dominación del principio del placer.

La irrupción de representaciones sexuales reinvestidas, en el periodo de latencia, constituye una sorpresa para el proceso secundario, forzando entonces a recurrir a la represión.

Lo que caracteriza sustancialmente a la sexualidad respecto a la realidad, seria su independencia que debe al modo de satisfacción que es propio, o más bien a los modos de satisfacción que le son propios.

La actividad fantasmatica surge con ocasión de las primeras manifestaciones masturbatorias del niño, y las acompaña. A partir del renunciamiento a la masturbación, los fantasmas asociados a ella se vuelven inconscientes. Se expresan después en los sueños o en las ensoñaciones diurnas, y eventualmente en los síntomas. El acto autoerótico pone en juego el propio cuerpo y puede considerarse que este es el objeto por medio del cual la pulsión sexual alcanza una satisfacción cuyo lograr es la zona erógena. A cambio de esto, la actividad fantasmatica parece corresponder a otro tipo de satisfacción. La satisfacción fantasmatica se acercaría al modo primario de satisfacción por alucinación del objeto. Al contrario de la necesidad, el deseo sexual se satisfaría con una ilusión.

Freud destaca la radical diferencia entre las pulsiones sexuales y las necesidades que él asocia en las pulsiones del YO, lo que hace suponer la existencia de una satisfacción fantasmàtica. A diferencia de la naturaleza se pueda convertir en oposición cuando el fantasma reprimido toma cuerpo en el síntoma, desviando al órgano que cumple su función orgánica. La satisfacción del fantasma hace peligrar la conservación del organismo.

También cree el poder explicar como la represión al volverse una idea en la función sexual del individuo puede ser una amenaza de muerte, los placeres forman parte de este riesgo mortal. Se da cuenta de la relación que existe entre el proceso inconsciente y la sexualidad que se ven dominados por la realidad. La separación total entre el proceso primario y pulsiones sexuales por un lado, y proceso secundario y pulsiones del yo, por el otro, no se puede mantener de modo riguroso a lo que Freud indica este desarrollo como los dos principios del funcionamiento mental, pasan por transformaciones generadas por el yo-placer al yo realidad, conduciéndose al autoerotismo original, pasando luego a la fase intermedia variada, hacia el amor de objeto y la procreación. Entonces se dice que el principio de realidad se deriva de la parte psíquica de los datos del mundo exterior y se constituye como un criterio que permitirá observar lo real de lo que no es, formando así el proceso de auto conservación.

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MATERIA: TEORIA PEDAGOGICA CONTEMPORANEA

PROFESORA: VERA CARREÑO MARGARITA

GRUPO: 131

SALÓN: 220

INTEGRANTES:

GUZMÁN TRIUNFANTE MA. TRINIDAD.

MARTÍNEZ OROZCO ADRIANA.

SÁNCHEZ RAMÍREZ SERGIO.

TOXQUI CRUZ GIOVANA MICHEL.