La intervencion por contacto en la facilitacion de grupos
Enviado por gabrielagonzalez • 17 de Julio de 2023 • Resumen • 743 Palabras (3 Páginas) • 201 Visitas
TEXTO – LA INTERVENCION POR CONTACTO EN LA FACILITACION DE GRUPOS – BARCELO ROSSELLO TOMEU – UNIDAD 3
Entrar en contacto es la función principal para iniciar u proceso de relación significativa. No significa provocar ni violentar a la persona para una interacción. Al contrario, es una función respetuosa. Es una demanda sincera de interacción.
Cuando entramos en contacto iniciamos un proceso de interacción e la relación. El contacto constituye la primera interacción significativa, por eso hay que ser sumamente delicados como pidiendo permiso para entrar en el mundo del otro y sabiendo que estamos expuesto a la negativa.
Al entrar en contacto decidimos exponernos también ante el otro, y en consecuencia, asumimos la responsabilidad de esta decisión que es nuestra y sabemos el riesgo que comporta.
Es el inicio de un proceso relacional por medio de interacciones del que no conocemos ni la dirección, ni un hipotético final, ni los obstáculos ni límites. Sólo sabemos que existe la probabilidad de conflicto y la posibilidad de encuentro, pero también conocemos que es un proceso extraordinariamente enriquecedor.
Entrar en contacto es un acto de voluntad, precisa de una decisión previa de la persona que quiere contactar para activar esta función en el organismo. Es preciso desear entrar en contacto para realizar esta actividad psicológica.
Además de ser una acción volitiva, es también una acción electiva. No entramos en contacto con todas las personas sino que elegimos en función de muchas variables., necesidades y deseos de la persona con la que nos gustaría contactar en un momento determinado.
Es también una acción de inmersión respetuosa en el mundo interno de la otra persona que, inicialmente, implica establecer un cierto control en nuestras propias emociones para no proyectarlas al otro, estar abiertos al mudo interno del otro y entender su marco de referencia.
Para entrar en contacto debemos situarnos en el plano de los sentimientos y de la conciencia afectiva, no en el terreno de los hechos y de la racionalidad. La mirada es un instrumento para el contacto, una mirada intensa, a los ojos, aquella mirada que no es violenta sino que transmite ternura y comprensión. Cuando miramos respetuosa y delicadamente podemos transmitir interés y aprecio por su núcleo interno, aceptación y comprensión.
La escucha profunda y activa constituye también una gran destreza para el contacto. No aquella apariencia de escucha que en realidad espera que se produzca el momento para poder hablar, sino aquella escucha interesada en la expresión del otro que está atenta al significado que trasmite la persona. Esta escucha significativa, como demanda de contacto, no precisa el reflejo como respuesta, es más bien una escucha vivencial, silenciosa pero auténticamente presente. Por esto no es una escucha violenta ni interrogativa sino respetuosa y delicada que indica la voluntad de una presencia desinteresada.
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