Paradigmas epistemologicos.
Enviado por Kate • 22 de Diciembre de 2017 • 3.591 Palabras (15 Páginas) • 313 Visitas
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Es por esto que la lectura minuciosa de textos tradicionales empieza a separar la palabra escrita, del mundo que esa palabra enuncia, como aquello susceptible no solamente de ser leído sino interpretado.
Entonces se establece la episte de la representación y se presentan los límites nominales del mundo, pues al interpretar la letra se dan las condiciones de posibilidad para que de alguna manera aparezcan unos estatutos de representación, se genera una crisis del logos por lo que esto se tiene que afianzar sobre una sospecha primera de lo que es el mundo.
Y llega el paradigma epistemológico de la ilustración en el cual la preocupación se centra en las cuestiones del conocimiento y sigue las vías del empirismo, llegando hasta un sensualismo absoluto en su expresión más extrema, donde se consideraban los principios religiosos contrarios a la razón, pues ella no está en capacidad de comprender los dogmas, aparece el movimiento ilustrado del sensualismo y del materialismo liderado por Etienne de Condillac, para quien Dios y el alma simple son unidad de la conciencia; en su obra Trasté des Sensations expone una teoría sensualista pura pero no atea.
La Mettrie, Helvetiuos y Holbach dicen que la única vía del conocimiento es la sensación, todo en la naturaleza es materia y las religiones constituyen fraude.
La episteme ilustrada se trata de la recuperación del hombre por el hombre a partir de concepciones humanísiticas, donde hay una obsesión por el conocimiento y un cuestionamiento permanente.
Voltaire, Rosseau, Diderot, Newton cuestionan a la sociedad para destronar regímenes sostenidos por la concepción del mundo teologizado. En Alemania surge Leibnitz con su paralelismo psicofísico: el alma ejecuta sus actos sin ninguna reacción sobre el cuerpo y viceversa; mente y cuerpo parecen influirse mutuamente debido a una armonía preestablecida entre ambos. Distinguió la percepción como una condición interna que representa las cosas exteriores y la apercepción como la conciencia o conocimiento reflexivo de dicho estado interno.
Aparece René Descarte, quien recurre a la duda como método de razonamiento, con la ayuda del cual puede liberarse de toda idea preconcebida y establecer verdades irrefutables: declara que duda de las representaciones del mundo, así como de su misma existencia, pero al dudar de todo, piensa, existe y por lo tanto determina. Descartes resuelve como dualista la cuestión de la relación entre el pensamiento y el ser pues admite dos sustancias: la del cuerpo cuyo atributo es la extensión; y la del alma, cuyo atributo es el pensamiento. La existencia del cuerpo y del alma está determinada por una tercera sustancia, Dios, pues sostuvo que la idea de Dios es un efecto de la existencia de Dios.
Si realmente eso que le decimos mundo se puede llamar así, pues mundo entendido en el sentido de cosmos hace referencia a un orden total; para Aristóteles en su libro Del Mundo, Dios es el momento absoluto del mundo que hace posible el movimiento y la unidad del movimiento: es quien hace que haya un universo. Para los pitagóricos, mundo designa el orden del ser. ¿Vivimos en un universo? ¿Vivimos en el orden o en el caos? Lo que trae nuevamente la idea de hsta donde llega la razón y cuáles son sus límites.
Immanuel Kant construyó un sistema que es por una parte, la doctrina del ser y, por otra, la doctrina del conocimiento y a partir de estas se llega a los conceptos de persona moral y razón práctica. Para Kant es necesario hacer una teoría trascendental del conocimiento que será la conexión entre el yo y las cosas; este conocimiento trascendental conoce las “cosas en mí”, es decir, los fenómenos; así, establece la distinción entre el fenómeno y la cosa en sí (noúmeno), que está afectada por mi subjetividad, la cual la hace inaccesible, no cognoscible. Por tanto, lo que se me aparece de las cosas en el espacio y en el tiempo no son las cosas en si, sino los fenómenos: el pensamiento hace las cosas al ordenar un caos de sensaciones y adaptar las cosas a si mismo; entonces, la cosa (no la cosa en sí o noúmeno) surge en el acto del conocimiento trascendental, por lo que la naturaleza íntima de las cosas externas no es observable, de igual manera que el sujeto cognoscente o Yo interior no es observable, se conocen únicamente fenómenos, apariencias y sin embargo el yo aparece en cada acto de la voluntad.
Kant dice, las cosas que no puede pensar la razón (Dios, el ser) se creen, la realidad moral y religiosa no reside en el campo del conocimiento, sino en el proceso de la voluntad.
Entonces estas crisis del lenguaje, crisis de la representación, crisis del Yo, conlleva a la “auto contemplación humana”, toma un rumbo científico dando origen a la psicología.
Aunque además de los filósofos, fueron varios biólogos, fisiólogos los que labraron este camino, es importante mencionar los principales enfoques que forman parte de este saber científico.
Nace el psicoanálisis con Sigmund Freud quien reconoce como elementos constitutivos de la personalidad la suma total de las disposiciones biológicas, impulsos, instintos heredados más las disposiciones adquiridas a través de las relaciones con el entorno, con los padres y con otras personas construidas a través de la experiencia; estableciendo la división de lo psíquico entre lo consciente y lo inconsciente, llamando consciente a la representación que se halla presente en nuestra conciencia y es objeto de nuestra auto percepción, e inconsciente a aquellas representaciones latentes que se encuentran contenidas en nuestra vida anímica; esta división de lo psíquico se relaciona a través del modelo estructural de las instancias psíquicas donde la búsqueda ciega de satisfacción por parte de los impulsos, que vienen dados desde el nacimiento y determinan la naturaleza del ello, no es comparable con la naturaleza del yo, cuya labor es la de registrar las condiciones, las demandas y los peligros del mundo exterior y tomarlos en consideración, el yo es una parte remodelada, repara del ello y adaptada al mundo exterior; por su parte el súper yo es el sedimento de la prolongada dependencia del niño respecto a los padres y sus exigencias respecto al control de impulsos, a las normas y a la socialización, estas instancias se estructuran los primeros años de vida del niño durante las etapas del desarrollo psicosexual, la etapa oral, anal, fálica, seguidas de la etapa de latencia y genital, donde el conflicto entre estas instancias determina al sujeto.
Casi paralelamente Jhon Watson da inicio a su escuela de pensamiento conocida como conductismo en la que se considera que el estudio del hombre debe enfocarse en la relación entre
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