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Psicoanàlisis infantil. Abordaje del caso Dick de Melanie Klein desde la perspectiva teòrica de Silvia Bleichmar.

Enviado por   •  11 de Marzo de 2018  •  2.430 Palabras (10 Páginas)  •  783 Visitas

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Los interrogantes que guían esta elucidación son los siguientes:

¿De qué orden son los fenómenos y las peculiaridades que observamos en Dick? ¿Síntoma o trastorno? Este fracaso en el funcionamiento psíquico ¿a qué orden de determinaciones obedece? ¿Qué es lo que falla o ha fallado? ¿Qué tipo de dominancia estructural mantiene en vigencia este modo de funcionamiento?¿Qué tipo de intervenciones serían adecuadas para el caso? Y finalmente ¿qué posibilidades o perspectivas se abren para el futuro desarrollo este niño?

En primer lugar creo que es pertinente retomar la diferenciación que propone S. Bleichmar, siguiendo a Freud, entre síntoma y trastorno. El síntoma es una formación del inconciente, producto transaccional entre los sistemas psíquicos efecto de una inlograda satisfacción pulsional. Antes de la constitución de la represión originaria y del establecimiento tópico de los sistemas psíquicos (ya sea por su no constitución o por su fracaso, parcial o total) no puede hablarse de síntoma sino que estamos frente a un trastorno. Considero que los fenómenos que se observan en Dick no pueden ser considerados síntomas, transacciones entre el sistema inconciente y preconciente-conciente; no dan cuenta de una neurosis sino que aluden a una falla en su estructura psíquica.

Bleichmar sostiene que, en la clínica de niños, es a través de cercar los índices de funcionamiento del proceso secundario, que obtenemos la garantía de existencia del inconciente como tal para derivar a partir de ello la emergencia del conflicto neurótico. Por ello es central el relevamiento de los índices de operancia del proceso secundario: la vigencia del no y del sí (en tanto sintagmas y en tanto valor posicional del sujeto, tal como se definieran en el texto de La Negación), la existencia de la lógica del tercero excluido y, fundamentalmente, la instalación del lenguaje como sistema de representación –palabra, es decir en su valor comunicacional, abierto al código y al referente. En el caso de Dick la perturbación del lenguaje pone de relieve que no se ha constituido el proceso secundario que abre curso a la lógica, a la temporalidad y a la negación. Este niño no articulaba palabras con valor comunicacional, con miramientos al código ni al referente. No demostraba deseos por hacerse entender ni por capturar el interés de quienes lo cuidaban. La oposición que desplegaba en sus comportamientos parecía no estar guíada por la comprensión ni por la intención deliberada, de modo que no eran indicios de un valor posicional del sujeto.

Estas elucidaciones permiten sostener que en Dick la represión originaria, como movimiento fundante de clivaje que da origen al inconciente, no ha operado. De modo que nos encontramos frente a un fracaso de la constitución psíquica: la diferenciación tópica de los sistemas no ha tenido lugar.

Ahora bien, como ya se mencionó, la dimensión histórica que introduce la posición de Bleichmar abre la posibilidad de cercar en los tiempos primitivos de constitución del psiquismo el complejo ensamblaje que se produce entre estructura y acontecimiento, entre determinación y azar, para producir precipitaciones en diversas direcciones. Es menester entonces rastrear en la historia de Dick los indicios de su estructuración precoz, los movimientos mismos de instauración de la pulsión sexual en los primeros tiempo de la vida. Para ello es central considerar la relación entre la incipiente constitución del aparato psiquico infantil y la función materna, en tanto excitante, seductora, pulsante y narcisizante al mismo tiempo.

El caso presentado por Klein no permite conocer en profundidad las carácterísticas de los primerísimos encuentros entre este infans y su madre, ya que no da un lugar de primacía al discurso materno. Sin embargo, en su descripción aparecen alguno indicios importantes:

-la dificultad para el amamantamiento por un rechazo del pecho, hasta el extremo de significar un riesgo de vida para el niño, y el posterior rechazo del biberón y de todo alimento;

-la angustia excesiva experimentada por esta madre en relación a su hijo, al que no logra calmar ni comprender, que daría cuenta de la ausencia de la convicción delirante de la que habla Bleichmar, propia de la relación narcisista originaria;

-la ausencia de manifestaciones de angustia del niño frente al alejamiento de su madre.

Encontramos aquí ciertos aspectos de la historia de Dick que se asemejan, con diferencias, claro, a los rastreados por Bleichmar en algunos de sus casos, tales como Dani y Alberto. Creo que sería posible pensar, a modo de hipótesis, que Dani podría haber evolucionado hacia un cuadro similar al de Dick, si no hubiera tenido lugar una intervención estructurante (CONSTRUCCIÓN) como la que hizo Bleichmar.

Es posible ver en la historia de Dick una falla en la matriz simbólica materna: una madre en la cual fallan las constelaciones narcisçísticas en los tiempos de ejercer los cuidados primordiales de su bebé. Bleichmar sostiene del lado de la madre un doble conmutador: el primero del lado de su inconciente, que a partir de los cuidados sexualizantes hace devenir la energía somática en energía sexual; el segundo, del lado de la estructuración yoica-narcisista, que inagura la posibilidad de la constitución de un sexual-desexualizado, a través de la transcripción, transferenciada, de lo pulsional inscrito en el inconciente mediante la regulación de sus pasajes al preconciente-conciente.

Cuando la madre amamanta y prodiga los primeros cuidados a su bebé, implanta la pulsión sexual. Laplanche fórmula esto cuando dice “La única verdad del apuntalamiento es la seducción originaria“. Al mismo tiempo, una madre capaz de investir narcisísticamente a su bebé, generará vías colaterales de ligazón de esta energía sexual pulsante: acariciará sus manos, lo sostendrá con delicadez y los mirará y le hablará. Esta permitirá que la pulsión, intrusiva, atacante encuentre vías colaterales de ligazón. A partir de aquí se sostendrá una red que permitirá una serie de ligazones sobre las cuales se constituirá el yo. Creo podemos pensar que en Dick la falla en la constitución psíquica se ubica a nivel de estas constelaciones: la madre por fallas en su propio narcisismo, no habría logrado investir narcisísticamente a su bebé, no tiene la convicción delirante de que “nadie mejor que ella sabe lo que ese niño quiere”. Esto habría impedido que se abrieran vías colaterales de ligazón para la pulsión sexual. Falla de una narcisización que compulsa al niño a la repetición de una pulsión que no halla apaciguamiento porque no

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