Psicoanálisis: una mirada hacia atrás y hacia adelante
Enviado por tolero • 9 de Enero de 2019 • 3.234 Palabras (13 Páginas) • 316 Visitas
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llama “sí mismo”. Y es en tu cuerpo que habita, y es tu cuerpo(...)Tu sí-mismo se ríe de tu ego y de sus orgullosos saltos. “¿Que son para mí esos saltos y esos vuelos del pensamiento?”, se dice. “Un atajo hacia mi meta. Yo soy como las riendas que conducen al yo y el apuntador de sus nociones.” El sí-mismo dice al yo: “¡Siente dolor aquí!”. Y el yo se mortifica y reflexiona sobre cómo dejar de sufrir, y justo para ello debe pensar. El sí-mismo dice al yo: “¡Siente placer aquí!”. Y el yo se regocija y reflexiona sobre cómo continuar gozando todo el tiempo, y para cumplir ese propósito debe pensar(...) El cuerpo creador se creó para sí mismo el espíritu como si fuera una mano de su voluntad. (Nietzsche, 2007/1893, p.37-38)
Este algo inconsciente, ahora denominado sí-mismo, deja de ser algo más allá del hombre, y ha sido traído acá, a lo más terrenal posible, que es el cuerpo mismo. Esto abre paso a la definición de Freud, para quien el inconsciente es el proceso primario en que está basado el modo del funcionamiento psíquico, y que está dirigido por el principio de placer, donde no existe la negación ni la contradicción, y dónde hay un núcleo con gran movilidad pulsional de las investiduras(Freud, 1915). Como podemos comprobar, esta noción de lo inconsciente se ha ido gestando desde que Kant reconoció la existencia de un noúmeno, de algo incognoscible. Schopenhauer profundizó esto haciendo hincapié en como este algo inconsciente(y para él metafísico) determina la conducta de los sujetos, y que esto se manifiesta en la corporalidad. Y Nietzsche termina por despojar a este inconsciente de su carácter metafísico, abriendo la posibilidad de la comprensión de lo inconsciente como parte constitutiva de la vida anímica del sujeto.
Un segundo concepto freudiano con el que se puede hacer el nexo con Nietzsche y Schopenhauer es lo referido a la pulsión de muerte. Como señala Freud(1920), “lo inanimado estuvo ahí antes que lo vivo(...) así nació la primera pulsión, la de regresar a lo inanimado(...)La meta de toda vida es la muerte(...)y el principio de placer parece estar directamente al servicio de las pulsiones de muerte.” (p.38,61) Esta noción de pulsión de muerte ya la venía gestando Schopenhauer en su obra. A partir del postulado de que el quehacer del individuo depende de una voluntad subyacente a la cual no le interesa el destino del individuo, surge la pregunta por el sentido y el valor de la existencia para el sujeto. La pregunta está apuntada hacia si el conjunto de bienes que proporciona la vida compensa los dolores y sufrimientos que ésta trae consigo. Schopenhauer señala que la vida es caducidad, dolor y miseria, negando tajantemente el valor de la existencia, que termina siendo un absoluto sinsentido. Dice que la única salvación que el hombre puede esperar es la de su reposo en la nada. Esto se complementa con lo que señala Nietzsche:
También el sí-mismo quiere morir y se aleja de la vida. Ya no es capaz de hacer aquello que más desea, crear por encima de sí mismo. Eso es lo que más quiere, en eso consiste todo su ardiente deseo. Y sin embargo, para llevarlo a cabo, es ya demasiado tarde para él, por ello el sí-mismo quiere sucumbir en su propio ocaso. (Nietzsche, 2007/1893, p.38)
Terminada esta breve genealogía filosófica, ahora intentaré proyectar la influencia del psicoanálisis en el desarrollo posterior de la teoría crítica. El ejemplo que usare es el de la noción de represión y sublimación. Freud entiende la represión como la defensa psíquica fundamental, como un intento de huida del yo ante una representación conflictiva, manteniendo en el inconsciente esta representación Se oculta el contenido mientras sigue existiendo la carga afectiva(Freud, 1893-1895). Asimismo, Freud entiende la sublimación como un proceso mediante el cual las pulsiones sexuales se desvían de sus metas y se orientan hacia otras nuevas(Freud, 1914). Como ejemplo voy a utilizar a Judith Butler, quien es una conocida teórica en el campo del postestructuralismo, feminismo y de la teoría queer. Butler, en su esfuerzo por deconstruir la noción de “hombre” y de explicar la correlación de este concepto con la homofobia, recurre a la definición freudiana de represión y de sublimación. Para esta autora, un “hombre” es un homosexual que se niega a sí mismo. Butler va recordando como Freud establece en Tótem y tabú, que la mención de los nombres prohibidos es temida por el miedo a despertar las pasiones profundas contenidas en este silencio(Fonseca y Quintero, 2009). Desde este punto de vista, la represión de la homosexualidad masculina tiene como fin la conformación de la hombría, dónde la represión a nombrar la homosexualidad es el miedo liberar el homosexualismo contenido. Por lo tanto, la sublimación de la homosexualidad se produce a través de la represión del deseo homosexual, y esto termina por garantizar al hombre la pertenencia social y la ciudadanía ,es decir, la adhesión a la ley y su incorporación. Si los hombres hablarán de su inclinación a la homosexualidad, ello amenazaría con destrozar la homosociabilidad que fusiona a la clase masculina. La insatisfacción provocada por el incumplimiento de la norma heterosexual se transforma en el sentimiento de culpa que generan el terror de perder el respeto de los otros hombres, por lo cual volviendo a la noción de represión freudiana, la prohibición termina por convertirse en el territorio y en la satisfacción del deseo. Nunca se renuncia al deseo, sino que se reafirma y se preserva en la propia estructura de la renuncia.
Este último ejemplo puntual da cuenta de cómo la teoría crítica ha recurrido al psicoanálisis y a sus conceptos. Las preguntas que surge es: ¿Por qué desde la teoría crítica ha sido tan valorado el psicoanálisis? ¿Que tiene de atractivo este sistema de pensamiento que para tantos autores ha significado una herramienta aguda y útil para criticar la realidad social? Michel Foucault, conocido por sus estudios críticos de las instituciones sociales, y por su notable influencia en la teoría social, es un autor que ha sido considerablemente influenciado por la filosofía de Nietzsche. Al mismo tiempo, ha incorporado conceptos del psicoanálisis en su labor como historiador de las ideas y filósofo. Señala lo siguiente acerca de esta disciplina:
El psicoanálisis va hacia el momento donde los contenidos de la conciencia se articulan o más bien permanecen abiertos sobre la finitud del hombre. A diferencia de las ciencias humanas que, a la vez que desandan el camino de lo inconsciente, permanecen siempre en el espacio de lo representable, el psicoanálisis avanza para franquear de un solo paso
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