Sobre la necesidad de preguntar por el hombre

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Ahora bien, tanto los sistemas religiosos como científicos han inculcado en el hombre una serie de ideas que a éste le bastan como explicación de su existencia y sustento, y no por ello se evitaría por completo que el hombre se cuestione por su existir. En este caso la filosofía hace su aparición e invita a la reflexión, el pensamiento profundo y razonamiento acerca de la misma temática, describiendo las posibilidades y no prescribiendo lo que se dice que uno es, si es que acaso se puede ser.

En los sistemas religiosos, científicos y filosóficos se halla el existir propio del hombre. Me refiero a que si se ha puesto de manifiesto una explicación en dichos sistemas a la existencia del hombre, no ha sido más que éste mismo quien se plantee tal cuestión, es decir, mediante los sistemas el hombre ha hecho patente su existencia y además ha intentado dar explicación de su existir. Si el hombre es capaz de recobrarse a sí mismo no ha sido por mera casualidad.

Considero entonces que, como hace mención Schopenhauer “Cuánto más inferior es el hombre en un sentido intelectual, tanto menos enigmática le parece la existencia misma…” [3] Por ello a muchos les ha parecido suficiente apegarse a cualquiera de los sistemas, mientras que para otros, la tarea fundamental es más amplia y han formulado y reformulado los sistemas mismos.

Por todo lo anterior pienso que el hombre se cuestionará por sí mismo y su complejidad en tanto que pretenda afirmarse como tal. Podría no ser necesario, pues como se ha mencionado líneas arriba, para algunos bastará una explicación ya dada, refugiándose en la suficiencia de elegir entre los diferentes sistemas y sus explicaciones. Aunque ciertamente en tanto que el hombre pueda superarse en sentido intelectual y continuar con el asombro por su propio existir cabrá la posibilidad de preguntar por él mismo.

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